26 feb 2014

12 años de esclavitud: La libertad robada

 
                                         "No existe la libertad, sino la búsqueda de la libertad,
                                          y esa búsqueda es la que nos hace libres."
                                                                                                        Carlos Fuentes 

Steven Rodney Mcqueen, más conocido como Steve Mcqueen, es, en este momento el director más importante de Inglaterra, ya que con sus últimas películas, no sólo ha estado nominado a mejor director en diversos festivales sino que sus películas - tres en total- están consideradas entre las mejores de esta década; Mcqueen, que además de la dirección, es productor y guionista; es un multifacético artista que ha incursionado en la fotografía, escultura y videoinstalación, ganando uno de los premios más importante de los artistas visuales británicos (El premio Turner). 

Este cineasta londinense, formado como artista plástico (licenciado en Bellas Artes), es un director comprometido socialmente; que en sus descarnados retratos sobre la humanidad, refleja lo más profundo y complejo del ser humano, sus vicios y virtudes son puestos a prueba, a través de los ojos de este realizador que ya suma una centena de nominaciones y premios, en los que destaca Una cámara de Oro en Cannes, BAFTA, Globos de Oro, entre otros.

Con 12 años de esclavitud, su última película, nos enfrentamos a un trabajo de la vida real y autobiográfico, además de ser la obra que ha dado a conocer mundialmente a este talentoso director, que ya fue abrazado por Hollywood y los premios de la Academia.


En los años previos a la Guerra Civil Estadounidense, exactamente en 1841, se vivió una de las historias más dramáticas y desesperanzadoras -pero con nombre propio- de la esclavitud estadounidense, reflejada en la vida de Salomon Northup, músico y hombre libre, que vivía en Saratoga, Nueva York con su familia y las comodidades, no sólo de su oficio como carpintero y violinista sino de la educación y cultura que poseía.

Contactado por dos hombres que le prometen un buen dinero tocando para un circo, Salomon será engañado, y vendido como esclavo, alejándolo de sus familia, conocidos, dignidad y de su propia esperanza. A partir de este momento, el ahora esclavizado Salomon, verá en carne propia, las humillaciones, degradación y brutalidad de los dueños de esclavos y, durante doce años, su vida se convertirá en una sucesión de odio y supervivencia. 




Escrita por John Ridley, quien adapta el libro homónimo y memorias de Salomon Northup, -que con este guión ha logrado una gran cantidad de reconocimientos y premios-; este productor, director y guionista cinematográfico y televisivo, no sólo encontró en el libro de Northup, una inspiración frente al tema del racismo sino un tema que él mismo - siendo afroamericano- desconocía, y por tal razón se imbuyó mucho más en la escritura de esta odisea de maltrato y odio, que miles de personas sufrieron antes del abolicionismo. Aunque Ridley, reescribió el trabajo de este hombre, la adaptación guarda los elementos fundamentales de las memorias; siendo ésto lo más importante, en un guión favorito de la crítica y de la misma Academia.

Con un estilo pausado, lineal en la mayor parte, y concatenado hacía la mitad del metraje, este libreto con una alta dosis de violencia,  personajes complejos en su misma percepción sobre el racismo, y ante todo, con una demoledora fuerza dramática que se centra en el personaje encarnado por Chiwetel Ejiofor, que finalmente, es el reflejo de las contradicciones y consecuencias, de esa oscura y vergonzosa historia de los Estados Unidos.  



Con unos actores secundarios de lujo, principalmente el actor fetiche de Mcqueen, Michael Fassbender -quien ha participado y protagonizado sus anteriores filmes- encarnando al cruel, incoherente y un arquetípico representante del esclavismo, como Edwin Epps; así mismo la participación de Benedict Cumberbacht, quien se presta como otra de las caras del racismo, que a pesar de su aparente benevolencia, no puede dejar atrás el beneficio que le prestaba la esclavitud, y en definitiva, los pocos minutos en los que aparece Paul Giamatti, son suficientes para la ver la gran calidad de su trabajo, y de su detestable personaje.  Sin dejar atrás, el sorpresivo debut de Lupita Nyong´o, además de la presencia de Paul Dano, y otros tantos personajes, que representaron ese infame, decadente y sinsentido de la esclavitud. 

Aunque la puesta en escena, esencialmente, abarca tanto las actuaciones como los elementos técnicos, es, en este largometraje donde podemos más que diferenciarlos, darle una connotación complementaria, donde sobresalen tanto el vestuario, diseño de producción para generar una ambientación que se amalgama perfectamente a la gran fotografía de Sean Bobbitt, -cinematógrafo de las tres películas de McQueen-, que además de resaltar las características de los personajes, se inclina por pasajes de gran lucidez estética, que contrasta y suaviza la cruenta narrativa del largometraje. El trabajo de Sean Bobbitt, se destaca por la simplicidad, una simplicidad que logra marcar tanto el dramatismo como la esencial realista de la fotografía, que sin caer el lo documental o verité, nos acerca a la época, y a la vivencia misma de estos hombres y mujeres, considerados en muchos casos como animales o pertenencias de la sociedad blanca sureña.



La extradiegética música de Hans Zimmer, aborda perfectamente el dramatismo y en cierto modo el terror de estos personajes; música compuesta para acompañar la narrativa, que se lleva todo el peso de las contradicciones de los personajes, sin olvidar que Zimmer ajusta esta atemporal banda sonora más a las sensaciones, que a la realidad del mismo trabajo; como siempre el músico de origen alemán concibe unos sonidos perfectamente remarcables - sus 68 nominaciones lo confirman- que aunque algo ajenos a la época e historia, si llega directamente a la sensibilidad del espectador.


Como suele suceder con este tipo de historias, donde la realidad supera a la ficción, algunas actuaciones, sucesos se hacen extravagantes y excesivos, sin embargo el largometraje trata de ser lo más fiel posible tanto a la época como a las memorias de Northup, centrándose en la actuación de Chiwetel Ejiofor, y enfocándonos en la tiranía misma de las contradicciones y bajezas humanas, tal vez el elemento más interesante de esta película, y en general del cine de McQueen, quien se detiene a mostrarnos en detalle, la naturaleza del hombre, para bien o para mal.

Aunque pienso que la película en líneas generales, es un producto más que destacado, impecable en su puesta en escena y contundente en su guión, algunos elementos son criticables, que sin restarle calidad, llega a afectar o empeña en mostrarse, como una sombría disculpa al racismo americano, jugando al redentor cinematográfico, que no cala en su totalidad, en un director tan personal como McQueen; estructuras  que se han visto en otras producciones como El Pianista de Polanski - quien ganó con este misma esencia redentora-. Sin dejar de lado, que la actuación de Brad Pitt, siendo la llave de salvación de Northup, más que errática, se hace innecesaria y más como una imposición de la producción - a la que éste pertenece-.

Sin embargo, - y como favorita de la Academia- es una excelente producción, dramática y brutal, pero necesaria - principalmente para el pueblo americano- para conocer ese tipo de historias que no se deben repetir.


Zoom in: Además de las múltiples nominaciones a nivel mundial, y los premios que ha ganado en diversos festivales, son los 9 Oscars, los que pusieron en el mapa cinematográfico al director londinense.

Montaje Paralelo: El Pianista (2002) - Django Unchained (2013) 


Cinematics

Ilustración/Diseño/Animación: Pier Paolo (pierpaolo.tv)
Música/Sonido: Marcelo Baldin (combustion.ws)
País: Brasil
Año: 2014
Técnica: Motion Graphics
Sinopsis: Una serie de timelines sobre películas clásicas. 




23 feb 2014

La jugueteria de Georges Melies


''Lo que empezó como una novedad se convirtió en algo más cuando los cineastas descubrieron que podían usar el nuevo medio para narrar historias. El cineasta Georges Méliès fue uno de los primeros en reconocer que las películas tienen el poder de capturar los sueños."

Ilustración de Brian Selznick

Fotografía de Melies en su jugueteria


Fotograma de la película Hugo

La invención de Hugo: El amor por el cine de Scorsese


                                                        "El cine es un espejo pintado."
                                                                                       Ettore Scola 

El cineasta Martin Scorsese, es uno de los directores más influyentes y conocidos de su generación, director que ha retratado la cultura italoestadounidense, su violencia y machismo; sin dejar de lado su gusto por la música, tema que ha reflejado en varios documentales. Scorsese, que en la mayor parte de sus obras tiene a Nueva York como fondo, o al propio Queens, en donde nació el cineasta.

Ganador de diversos premios internacionales, y nominado en múltiples ocasiones al Oscar, el neoyorquino, es uno de los realizadores con una huella cinematográfica identificable, tanto por su puesta en escena, violencia y virtudes técnicas que han hecho de éste, uno de los más importantes cineastas americanos y mundiales, donde la sangre, la brutalidad y los excesos son fundamentales para su obra, que tiene un trasfondo católico y, una acertada percepción sobre la culpa y la redención, que cae habitualmente en sus personajes principales, personajes tan duales y matizados, como la misma visión del italoamericano. 

Scorsese, es un director cimentado en la cinefilia, es un amante del cine, que no sólo conoce sobre diversas obras fílmicas, sino que muchas veces las ha recuperado o revisionado tanto para su gusto como para el público en general; y aunque esto, es notable en su trabajo, es, con esta película -la que vamos a reseñar- donde más se refleja ese gusto y concepción sobre la magia cinematográfica. 


La Invención de Hugo, es la primera incursión de Scorsese en el cine 3D, y una de las pocas películas de corte familiar de este director, que toma el libro de Brian Selznick, y lo adapta a su particular visión sobre el cine, aunque el guión esté facturado por John Logan, un experto escritor, que además del cine, se ha dedicado al teatro y, que ha recibido varias nominaciones por su trabajo.

Scorsese, toma el universo de Selznick, y lo traduce a un largometraje portentoso visualmente, que no se aleja demasiado de las gráficas del propio escritor/ilustrador americano, pero obviamente con las particularidades técnicas y estéticas del director de Goodfellas o Taxi Driver, además utiliza el 3D como parte de la narrativa y como elemento que complementa una historia que relata de forma Dickensiana, la pericias y aventuras de un niño llamado Hugo Cabret.  


Este cuento, que nos ubica en el París de los años 30, y que tiene como protagonista a un niño huérfano, que vive en la estación del tren, ajustando los relojes y robando algunos alimentos y piezas mecánicas para seguir el proyecto que estaba realizando con su recién fallecido padre. Hugo (Asa Butterfield) el niño en mención, se acerca a la tienda de un misterioso y lacónico juguetero (Ben Kingsley), quien tomará el libro de apuntes del niño, en donde está todo el trabajo que ha realizado con su padre. A partir de ese evento Hugo, empezará a vivir una serie de aventuras, en las que no sólo podrá terminar su trabajo sino que conocerá la amistad y la magia del cine.

La película que cuenta con dos jóvenes promesas de la actuación como Asa Butterfield y Chloe Moretz, la excéntrica amiga de Hugo, y ahijada del juguetero; se complementa con un reparto de grandes actores como Ben Kingsley, quien, en definitiva se roba el peso actoral, interpretando a una de las figuras fundamentales del cine mundial, como lo fue George Melies, y otros interpretes que cumplen en forma adecuada su labor, apropiándose de esta excelente puesta en escena, que en cierto modo se convierte en un canto o poema a la cinefilia.      




La estupenda fotografía y estudio del desarrollo en 3D, estuvo a cargo de un habitual del cine estadounidense como Robert Richardson, cinematógrafo que ya había trabajado con Scorsese en Shutter Island y El Aviador, -con la cual recibía su segundo Oscar-. Este legendario director de fotografía que tiende a los filtros, combinaciones de texturas, sobrecogedora luz, y principalmente, a narrar a través de sus diseños lumínicos, es finalmente un cinematógrafo de estilo clásico,  que logra adaptarse  tanto a las tecnologías como al estilo del cineasta; y como en el caso de El Aviador y JFK, con Hugo recibió su tercera estatuilla del Oscar.

Scorsese, que sabe rodarse de los mejores tanto en lo artístico como en lo técnico, se reúne de nuevo con Howard Shore (el compositor y mano derecha de David Croneneberg), quien genera la atmósfera musical y encanto de este largometraje; detrás del montaje y edición se encuentra su habitual compañera Thelma Schoonmaker, quien ha colaborado en el 90 por ciento del trabajo del italoestadounidense, y quien finalmente genera el dinamismo, coherencia y estilo a las obras de este director.


Esta historia familiar, que tiene como elemento fundamental la magia, tanto la del cine, como la de los sueños, es también un reto del propio Scorsese, quien no sólo nunca había dirigido una película infantil - en este caso, una película que pudiera ver su hija menor - sino por el manejo del 3D; sin embargo, los premios y las críticas le han dado la razón a este director, que puso más que sus ojos y pulso dinámico a esta obra impregnada por el amor al cine del propio Scorsese, quien además se reserva un pequeño papel como fotógrafo del mismo Georges Melies.

Una película que se presenta como un cuento de redención, de amistad y, cercana a la propia vida del director, quien "rescata" la obra de Melies, y la pone a disposición de dos niños, que encuentran en el cine o en los libros sus propios universos y aventuras, que, como al final del largometraje, el Melies interpretado por Kingsley, nos invita a: "perseguir sus (nuestros) sueños" .


Sin dejar de lado la gran calidad de este filme, y de cómo Scorsese, logra darle un estilo propio, aunque puede recordar a algún trabajo de Tim Burton - principalmente por el papel de Christopher Lee- sin embargo, los manejos de cámara, gruas y dinamismo en éstas, son bastante propias del director nacido en Nueva York. 

Sin dudas una de las películas más bellas de este cineasta, y que, aunque ajeno a su estilo y huella cinematográfica, logra crear una gran historia de cine que habla sobre cine, sueños y demás artilugios que pasan a través de ese reflector mágico.

Zoom in: 11 nominaciones al Oscar, incluyendo mejor película y director
Varias nominaciones tanto en los BAFTA, Globos de Oro, entre otros.
La vida de Melies y otros sucesos están sujetos a la realidad, peor obviamente adaptados al universos de este largometraje.

Montaje Paralelo: Georges Melies

20 feb 2014

The Monuments Men (Invitación Promocional)

         
                                      "Si destruyes toda una generación de cultura,
                                       es como si nunca hubiera existido."
                                                                                          
Gracias a CineVista blog de cine, tuvimos la oportunidad de ver la última película de George Clooney, película con un reparto de lujo y una historia que poco se ha mostrado en pantalla.

El conocido actor, director, guionista y productor George Clooney, se ha labrado una exitosa carrera, no sólo a la hora de actuar sino a través de su activismo político, que impregna sus obras audiovisuales. Clooney, quien debutó como director con la estupenda Confesiones de una mente peligrosa, nos entrega de nuevo, una producción en la que toma un hecho histórico dándole cierto carácter patriótico, humor y una puesta de escena retro, que sale bien librado en la mayor parte del metraje; el actor/director nacido en Kentucky, se reúne nuevamente con un par de conocidos -amigos realmente- como Matt Damon y Kate Blanchett, para formar este relato que tiene como fondo el fin de la Segunda Guerra mundial. 



El guión de esta película, co-escrita por el propio Clooney junto a Grant Heslov, -quienes adaptan la novela de Robert Edsel-, es un relato histórico, que nos adentra en la misión que deben cumplir unos selectos -ajenos a la guerra- hombres dedicados al arte, para poder recuperar las obras que fueron robadas por los nazis; quienes quieren montar, bajo las ordenes del Führer, uno de los museos más grandes del mundo. Estos hombres, reclutados por Frank Stokes (George Clooney), se reunirán en el propio campo de batalla, para lograr el objetivo de rescatar tanto las piezas de arte como los archivos culturales, que con la inminente caída del régimen nazi y muerte de Hitler, serán destruidas. 

Película que cuenta en sus filas con una serie de actores, ganadores del Oscar, de culto y veteranos de la pantalla grande como: Bill Murray, John Goodman, Cate Blanchett, Matt Damon, Jean Dujardin, entre otros, quienes interpretan a una serie de expertos conocedores del arte, que sacrificarán además de sus comodidades, su propia vida en nombre de la cultura y el arte.


Con una puesta en escena impecable, en donde destacan además de las actuaciones y la ambientación de finales de la Segunda guerra, una fotografía con oficio y al servicio de la misma atmósfera realista que quiere imprimir Clooney; detrás de los lentes y la cinematografía está Phedon Papamichael, griego radicado en los Estados Unidos, que ha trabajado con varios directores de la talla de Wenders, Payne y el propio Clooney, que sin tener una huella personal como fotógrafo, si es un director que logra adaptarse al mundo de cada cineasta con una cinematografía limpia, y en este caso con pocos contrastes, mucho más centrado en las propias actuaciones y veracidad de la misma fotografía.

Un habitual de Hollywood y de paso de este blog, es el compositor musical Alexandre Desplat, que construye una banda sonora casi como un ejercicio retro del cine de posguerra, con tonadas militares, heroicas, que nos imbuyen en unos sonidos épicos, que en cierta -y desafortunada- forma, pareciera no cuadrar con la misma película, sin dejar de lado que Clooney concibe un largometraje con muchos elementos de la época dorada de Hollywood, y del mismo cine bélico de posguerra; en resumen, una buena banda sonora, que no empata - o que se hace demasiado nostálgica o fuera de su propio -nuestro- tiempo-. 



The Monuments Men, no es la película más arriesgada de Clooney, camina por aguas, más bien tibias frente al tema bélico, y asume un patriotismo nostálgico, que sin restarle calidad a sus puntos fuertes, como la historia, actuaciones, no llega a formar un conjunto cinematográfico sólido o, una posición determinada frente a la guerra o el suceso; se queda en la anécdota y su frente de actores, que son los que llevan el gran peso del largometraje.

Aún así, con sus vicios y virtudes, es entretenimiento de gran producción, alejada de la violencia - que en este caso, resulta acertada una violencia fuera de campo, poco cruenta o desgarradora-, o romanticismos, concentrándose en lo verídico de una historia tan improbable y -del gusto del público-, como la de unos hombres, entrados en años y absolutamente inexpertos en la guerra, que decidieron asumir ir al frente de batalla, para recuperar las casi 5 millones de obras que el nazismo había robado en la mayor parte de Europa.


Aunque, me pareció un trabajo bien formulado, con unas sólidas actuaciones e interesante historia, si es notable esa "posición gris" de Clooney - posiblemente del mismo autor del libro-, en un largometraje lleno de matices, de posibilidades argumentales y hasta políticas, que más bien recuerda o rememora algunas películas de un tono más humorístico de los años 50 ´s o 60´s, en donde la liviandad del tema pasaba por encima de los mismo intereses del director.

Una película recomendable y hasta entretenida para conocer un tema poco explorado, como el del robo de las piezas de arte por el régimen fascista, pero que no debe ser tomada demasiado en serio, ya que Clooney, termina entregando una obra con cierta dosis de "amabilidad" y americanismo vacuo, que, acertando con su elenco de veteranos, y algunas secuencias de inteligente producción, no deja de ser bastante tibia en todo el sentido de la palabra.

Zoom in: Festival de Berlín: Sección oficial largometrajes (Fuera de concurso)


18 feb 2014

Cartografías cinematográficas*


                               "Lo principal y lo esencial es la cine-sensación del mundo"
                                                                                                            Dziga Vertov

Autor: Omar Ardila
Editorial: Gente Nueva
Año: 2013
País: Colombia
Género: Ensayo


Un libro escrito a modo de ensayos o cartografías fílmicas, documentando diversas ideas o concepciones con el cine como referente principal pero visto a través de una mirada que puede ir de los filosófico a lo poético, de lo analítico a lo expresivo por parte del poeta y ensayista Omar Ardila, quien planifica estos escritos basados, como el mismo anota, en "rutas que invitan a ser recorridas y pobladas de sentido. Y como en todos los ensayos, se tiende a la dispersión y a la incertidumbre, a la polifonía y a la contingencia."

Tomando la generalidad del cine latinoamericano a la particularidad de ciertas películas, el escritor nos muestra diversas relaciones de éstos modos cinematográficos, como unos se han influido de otros, y de cómo cada uno se conecta como una percepción espacial, cartográfica, geográfica que no necesariamente parte de un lugar sino que explora la interioridad del autor o su entorno.

Este libro, "finalista del II premio internacional Rara Avis de Ensayo y Memorabilia", es una interesante recopilación del pensamiento y conocimiento del autor, que toma tanto sus gustos cinéfilos, como estudios o percepciones literarios/filosóficos o líricos y, los formaliza con otros autores como Deleuze, Bazin o Zizek.

Mes del cine brasilero en el Museo Nacional de Colombia: Domésticas


                               "El problema no está en la imagen que el cine proyecta,
                               sino en el país que retrata."
                                                                                                 Fernando Meirelles 

El Museo Nacional de Colombia, en conjunto con La Embajada de Brasil y el Festival de cine de Bogotá, están realizando una muestra de cine brasilero, donde destacan ocho títulos de gran importancia para el cine carioca, películas de diversa índole y sin un lineamiento en común pero relevantes en festivales tanto nacionales como internacionales, además de la presencia de dos largometrajes que más triunfos y reconocimientos ha tenido el cine brasilero, destacando el nombre de Fernando Meirelles, quien es el director de la película que tuvimos oportunidad de observar en este denominado: Mes del cine brasilero. 

Fernando Meirelles y Nando Olival, dirigieron en conjunto este largometraje de humor ácido e interesante propuesta narrativa que gira entre lo documental y lo ficcional. Estos directores, formados en el mundo de la publicidad y, que habían trabajado anteriormente en un cortometraje, se reúnen de nuevo para realizar esta obra con tintes sociales y reflejo de un país. 

Fernando Meirelles (izq.) Nando Olival (der.)

Escrita a varias manos, por los mismos directores, en conjunto con Renata Melo (de quien es la obra original) y Cecilia Home de Melo. Domésticas, es un agridulce retrato sobre cinco mujeres paulistas que realizan los más diversos oficios de aseo y limpieza; compartiéndonos sus historias, vivencias y visiones sobre el mundo, su pequeño mundo de amistades, amores y sueños, donde impera la pobreza más no la tristeza. Cinco historias que se unen por lazos de amistad o sencillamente, por breves encuentros en el transporte público, la calle o un edificio de clase alta, que se convierte en el escenario para estas mujeres.

Este trabajo argumental, pensado y concebido como un "falsodocumental"; además de una crítica social, tiene un interesante planteamiento, en donde las actrices se preguntan el por qué de sus trabajos y, sus reflexiones y filosofías se dirigen directamente al espectador, recurso tanto narrativo como del estilo mismo del largometraje.

Para la mayor parte de estos actores era su primera experiencia frente a las cámaras, algunos, que venían del teatro, como la propia Renata Melo, que además es la autora de la obra teatral en la que se basa este trabajo, eran los de mayor experiencia, sin embargo, son más que loables las actuaciones, que se acomodan tanto a lo argumental como a sus propias experiencias o testimonios - ficcionales- .


Aunque la fotografía de Lauro Escorel, no se destaque tanto en esta película (posiblemente más por su paso a dvd, que en la misma producción), sin son valiosas sus composiciones, manejo cromático y recursos estéticos, principalmente aceleraciones, congelados y marcado uso del grano, forzando la película (sensibilidad), tanto en favor de la luz, como por economía, además de resaltar el estilo realista del largometraje; elemento que se une al gran montaje de Deo Teixeira, quien asume la responsabilidad de generar, un lenguaje cinematográfico dinámico por medio de varios recursos tanto técnicos, narrativos como semánticos/ fílmicos, jugando en favor de la calidad misma de la obra. 

Podemos destacar varias ejemplos, pero algunas son particularmente interesantes, como la secuencia - ya en la parte final- del edificio, donde la cámara se interna en diversas acciones, en un mismo espacio pero asumiéndolo como exterior e interior, tanto las aceleraciones en exteriores, entre otras; una película que recurre a la retórica de la imagen como parte de su propuesta, que mezcla perfectamente lo técnico, lo efectista y lo estético, configurando una acertada puesta en escena, pensada tanto en la producción como en la posproducción, en donde tendría su mayor virtud; elementos que fueron destacados con varios premios en festivales tanto en Brasil como en el exterior.


Personalmente, veo en este trabajo de Meirelles/Olival, una gran propuesta narrativa, recursos audiovisuales  e historia que mezcla realidad y ficción en un mismo denominador, que no se aleja o tapa la verdad de la marginalidad paulista o de Brasil en general, sino que utiliza la comedia y estos recursos en favor de la propia narrativa.

Una obra audiovisual que critica, y se establece como una suerte de "parlante" que la da voz a la mujeres de la limpieza, todo bajo una acertada mise en scene, y juego narrativo, que supera - personalmente- a la obra cumbre del director brasilero Ciudad de Dios.

Zoom in: Ganadora de múltiples premios en festivales de cine brasilero y mundial

Montaje Paralelo:  Ciudad de Dios (2002)


                                                 

15 feb 2014

Inside Llewyn Davis: El viaje del..músico

                                   
                          "Si nunca fue nueva ni nunca envejece es una canción folk."
                                                                                                          Llewyn Davis

Los hermanos Coen (Ethan y Joel) son, por antonomasia, los directores del cine independiente; representantes de un cine cargado de humor negro, pasajes desoladores, personajes excéntricos y arquetípicos, que nacen principalmente como respuesta a sus estructuras narrativas en donde La Odisea y algunos pasajes bíblicos, son los referentes. 

Estos directores nacidos en Minneapolis, que constantemente están presentes en festivales, premios de la Academia y alfombras rojas, han logrado a través de sus particularidades fílmicas, no sólo acercarnos a un trabajo de gran calidad tanto visual, narrativa o musical sino a un mundo estructurado con base en el cine de los años 30 y 40, al mismo Cine Negro, pero con la austeridad que prevalece en sus producciones, que muchas veces se acomoda a los mismos diálogos, emociones u otros elementos de la semántica cinematográfica pero que juegan en favor de la misma forma o estilo de sus trabajos.

Los Coen, saben retratar a los Estados Unidos, no sólo a través de los paisajes o personajes, sino que se adentran en determinadas situaciones o hechos que marcaron la historia americana o mundial, y este referente es el fondo mismo a sus historias, donde los personajes principales deben realizar un camino del héroe, en el que muchas veces fracasan.

Joel Coen (izq), Oscar Isaac (centro) e Etahn (der.)

A mediado de los años 60, el Greenwich Village fue (y sigue siendo) el icono cultural y bohemio de la música rock-folk; cuna de Bob Dylan, y de muchos que intentaron tener éxito con esta música, pero que en su intento no sólo fracasaron sino que le dieron ese carácter de música errante, peripatética, del viaje interno del músico americano.

En este sitio, ubicamos la historia de Llewyn Davis (Oscar Isaac), cantante de música folk, que intenta sobrevivir de cualquier manera, tocando en algunos bares, durmiendo en los sofás de los pocos amigos que tiene, luchando día a día por unas cuantas monedas; con su guitarra al hombro y, una actitud distante y melancólica.

La película inicia con Llewyn tocando en el Gaslight Cafe -lugar de reunión de varios de la músicos que conocen o son amigos de Llewyn -, recibiendo unos cuantos aplausos y, una golpiza por parte de un molesto hombre de traje, reclamándole por haber interrumpido la presentación de otro músico; a partir de este punto, Llewyn, vivirá su propia odisea, su viaje interno, que lo llevará hasta Chicago y, a los propios límites, de su apuesta por la música.


Inside Llewyn Davis, es la última película de los hermanos Coen, quienes la escriben y producen; tomando libremente las memorias del músico y activista Dave Van Ronk; aunque podríamos decir que es la primera película de los Coen, que cabe dentro de la categoría musical - aunque la música es un elemento bastante importante en el cine de los Coen-, es una obra, que posee los elementos habituales de estos realizadores, un humor negro que le da tregua a esta lacónica historia de decepciones y frustraciones, así mismo, mezclan perfectamente la realidad de la vida del músico con una especie de surrealismo, que parte muchas veces de ese retorcido humor de los cineastas nacidos en Minneapolis, de los extravagantes personajes, como de la manipulación que éstos asumen en la narrativa, y al igual que la frase del propio Llewyn: -Si nunca fue nueva ni nunca envejece es una canción folk-, que perfectamente, resume la vida de este músico y la estructura del guión, que puede ser interpretada de forma cíclica o loop.


El apocado pero a la vez explosivo personaje de Llewyn, interpretado por un correcto -y desconocido para mí- Oscar Isaac, que en definitiva, asume de la mejor manera a este frustrado, incorrecto y desmotivado músico, que a igual que su entorno y pequeña travesía hacía Chicago, es tan desconsoladora y triste como el rostro cansado de un hombre, que ve que todo a su alrededor se desmorona menos su actitud hacía la música.

Obviamente no se pueden descartar las logradas interpretaciones de Carey Mulligan, del mismo Justin Timberlake - quien realmente tiene una escena memorable o sesión musical memorable con Isaac, interpretando una hilarante y onomatopéyica canción - Please Mr. Kennedy -, y como es habitual, el imponente y muchas veces desagradable personaje que encarna John Goodman, que en los pocos minutos que aparece, literalmente ocupa toda la pantalla con su papel de músico de jazz; y no nos podemos olvidar del gato, de Ulises, quien no sólo es un personaje más, sino que parte fundamental del propio hilo narrativo.



La estupenda música, interpretada por los propios actores, tomada de algunas de las canciones de Van Ronk, y producida en conjunto por T-Bone Burnett y Marcus Mumford, no sólo son fundamentales para el desarrollo del filme, sino que al estar reproducidas a totalidad, sin cortes, le dan otro ritmo y tono al mismo; complementada por el genial trabajo fotográfico de Bruno Delbonnel, quien le da un estilo vintage y acorde a la estética misma de las caratulas discográficas de folk; fotografía que vira hacía tono azulado, frío, melancólico que se ajusta al clima - otro elemento que funciona muy bien de forma narrativa- y al estado mismo del propio cantante y guitarrista. El cinematógrafo francés, que ha estado detrás de la fotografía de Amelie, Dark Shadows o Across the Universe, es un director de fotografía que no se encasilla en un tipo de composición o manejo de luz; sin embargo, es un personaje que se destaca por su estilizada paleta de colores, el marcado manejo del grano y, gran talento para generar atmósferas que poseen su propia personalidad, en este caso los colores fríos y los filtros dignos de instagram, no sólo nos acercan a la nostalgia de los años 60´s sino a la del propio protagonista.
  

Con los hermanos Coen, uno siempre va a encontrar historias o argumentos perfectamente desarrollados, personajes que en su patetismo o decadencia, se hace entrañables para el público, además de las extravagancias y un sentido del humor tan negro, que las desgracias de unos se convierten en las risas de nosotros; afortunadamente, los hermanos apodados como "el director bicéfalo", toman esta historia, que tiene como fuente el fulgor y auge de la música folk, convirtiéndola, en otro de sus viajes del héroe - en el caso de los Coen antiviajes del héroe- donde juegan con la narrativa, enmarcada en una fría pero bella fotografía acorde con la música, el personaje principal y puesta en escena, que no sólo se detiene en mostrarnos al Greenwich Village, sino recursos iconográficos que comunican las sensaciones, desazones y complejidades de la época -para resaltar los espacios de las viviendas de los amigos de Llewyn, corredores y puertas dignas de la Alicia de Carroll, y del surrealismo- y así mismo de Llewyn y sus allegados.

Este loop, bucle fílmico nos trae lo mejor de los Coen, tanto a nivel musical, cinematográfico y, como propuesta para darle un giro a la propia narrativa, en este caso, desde el mismo recurso de la música que llevó a la fama a Bob Dylan

Zoom in: Galardonada con el Gran Premio del Festival de Cine de Cannes
Varias nominaciones y premios a nivel mundial, pricipalmente por sonido, fotografía y mejor película.

Montaje Paralelo: Crazyheart (2009) -Searching for Sugarman (2012)

13 feb 2014

En Rodaje: Inside Llewyn Davis*


Bruno Delbonel (Dir. Fotografía) haciendo un acercamiento a Oscar Isaac

 Monitoreando una escena en exteriores Joel Coen (izq.) Oscar Isaac (centro) Ethan Coen (der.)  

Joel Coen dando unas instrucciones junto a Bruno Delbonel






Otro de los protagonistas de la película -el gato-


*Las fotos son de diversos autores, y son sólo para uso informativo y pedagógico, los derechos, autoría y demás registros pertenecen únicamente a los fotógrafos involucrados o de las webs de as que han sido tomadas o utilizadas.