10 mar 2025

Flow: Fábula contemporanea sobre nuestro destino




"Los animales del mundo existen por su propia razón.
                          No fueron hecho para los humanos"
                                                                 Alice Walker

La recien ganadora al Oscar a mejor pelicula animada no solo es una bella  fabula sobre la cooperación animal sino un ejercicio que nos pone a reflexionar sobre la ausencia humana tanto en la pantalla como en el mundo, porque Flow es un trabajo audiovisual animado, alejado de todo antropocentrismo, donde un gatito negro es el protagonista de una serie de aventuras absolutamente animales, es decir desde la supervivencia hasta la inmediatez de sus acciones,  bajo las pautas del instinto, mediando sus miedos, ternura y conservación, en un principio individual y mas adelante con su nuevo e improbable grupo: un perro labrador, una capibara, un lemur y una especie de garza. El gran logro del directos letón Gints Zilbalodis, es que logra transmitir los mas profundos sentimientos sin recurrir a la la humanizacion de los personajes; asi mismo es una pelicula, en la que  nos imbuye en el  mundo personal del animador y director, uno de paisajes que recuerdan a la pintura metafica de Di chirico o al realismo onirico mas contemporaneo, sin negar las  "huellas de identidad" del leton quen incluye a su propio perro como inspiración de uno de los protagonistas, al mismo gato negro - que también utilizó en su anterior largometraje-  y en cierto sentido, a la capital de Letonia, considerada la "capital de los gatos".  Eso si, la pelicula es una variacion del viaje del héroe, con lecturas de colectividad o asociacion, en la que mas que la transformación del personaje(s), es la aceptacion de algo mucho mayor, más trascedente que ellos, como lo representa la ballena/Leviatan y el agua, elementos principales que transmiten tanto lo desconocido como su poder avasallador. Igualmente, con un escenario apocalíptico, la pelicula no explica o profundiza sobre la inundacion que cubre al mundo, dándole libertad no solo a la acciones de los animales, sino a las interpretaciones y metáforas propias de las fábulas pero tambien de las lecturas sobre nuestra presencia y destino en este mundo. 



Una película que fluye como el agua

Flow, termina siendo una de esas interasante paradojas que tienen las películas "independientes" de lo mainstream o de la misma industrialización, es decir, que ésta, como reconoce el director, se aleja del realismo y perfeccionismo de las animacion 3D, que no sólo estandariza sino que produce ese concepto del uncanny valley, que no siempre es el más certero a nivel narrativo, porque este largometraje, a pesar de no tener diálogos le apuesta a las sensaciones que entretejen un sólido cuento tanto de superación de los miedos y de comunidad, con  un discurso de fondo medioambientalista, pero a la vez, una madura advertencia de los tiempos que vivimos. O tal vez, más que una paradoja, es una película fiel a las convicciones de su creador, hecha con un software libre como Blender, madura en sus intenciones narrativas - nada asusta y emociona más que ver las acciones de los animales  sindo animales- y con esa "aura" si se quiere benjaminiana de la singularidad y lo auntentico, en estar más cerca a lo "artesanal o a lo manual", a pesar de ser un producto digital. Es decir, sí profundizamos más, el gran logro del director es hacer ver los diseños y formas muy manuales, orgánicas y se quiere "imperfectas" pero no en su calidad sino en su propio verismo, en una especie de  tangibilidad digital que hace a cada figura más cercana, empática, como si nuestras mascostas fueran los protagonistas.  

Así mismo, Zilbalodis y su equipo logran algo muy particular con el sonido, y es que, aunque todo es naturalista - los ruidos y sonidos animales -  generan una suerte de extrañamiento, eso sí, no ajeno a la ternura y empatía que producen los 4 personajes que se desplazan por esa embarcación en medio de un algo que ya pasó; en este punto también cabe destacar la música también creada por Zilbalodis junto a Rihards Zalupe, tanto por su calidad como por la atmósfera que va creando, en un principio con el gato y más adelante con los demás personajes.

Un elemento importante de esta obra, tanto a nivel narrativo como de la forma, es el tiempo y el espacio, y acá unímos estos conceptos, como una sóla idea, tanto por lo cinematográfico como por esa "animalidad" de la obra, es decir, aunque es una odisea de estos cuatro animales, el recorrido es circular y corto, en cierto sentido el tiempo y el espacio, que termina siendo el agua, se reduce a cómo lo perciben estos personajes, y en eso acierta el director, es un tiempo, sí se quiere ajeno a lo humano, es un tiempo absolutamente en presente, como se escribe el cine, es un loop pero también es un tiempo que como el agua, fluye.  



Minicrítica

Una de las películas más bonitas e inteligentes que he visto este año - eso sí más bien pocas-, no sólo en su narrativa y forma, sino en esa coherencia que el director letón le imprimió a esta obra, en la que se aleja de conceptos dominantes, estéticas y discursividades siendo igualmente un lector muy eficente del mundo actual; y porque no, de la capacidad expresiva y narrativa que tienen los animales; además porque es  una película que no escapa o no es ajena al misterio, sin sobreexplicar, dejándonos mucho a la imaginación sin caer en vaguedades; además, como toda gran obra, nos logra explicar nuestro sentimientos,  vivencias y destino, muy ajeno al que reflejan nuestros protagonistas.

Zoom in: Primera película letona en ganar un Oscar, múltiple nominada y ganadora en diversos festivales.

Montaje Paralelo:  The Red Turtle (2016) 




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