Aunque del texto Aguirre hay varias frases por destacar, ésta particularmente entra en relación con los dos documentales, pero a la vez fortalece en lo que se propone cada uno de éstos:
Resulta significativa la insistencia de algunos autores en la relación de Welles con la industria cinematográfica, particularmente la hollywoodense. Se ha señalado que el veto tras la realización de Los magníficos Amberson e It´s all true, oficialmente causado por problemas relacionados con la personalidad y supuesta falta de profesionalismo del cineasta, soslayaba la incomodidad de los poderes hegemónicos de la comunidad artística hollywoodense por las tendencias políticas de Welles, y la intención de escarmentarlo por ello." (pág.22)
Tanto en Magician... como en Me amarán...., este conflicto se va a hacer evidente, no sólo en el veto que tuvo Welles, sino en el fortalecimiento de un estilo, y porque no, una definición más adecuada de la independencia cinematográfica, en la que Welles más que pionero, tuvo que disponer de esta forma de producción para seguir en en su construcción fílmica. La misma frase nos acerca a los desencuentros que tuvo el cineasta con las majors, público y cierta crítica, sin negar el carácter conflictivo de un personaje que todo se lo tomaba a pecho tanto en lo profesional como en lo personal, como lo reconocieron sus más cercanos: amigos, parejas y familiares, sin olvidar, que ese carácter no se formó sólo, las exigencias y temprana pérdida de sus padres, que se puede reflejar en el Ciudadano Kane, su asimilación de enfant terrible que evidenció desde la transmisión radial en la Guerra de los Mundos, y esa libertad que dispuso en su vida, que para bien o para mal, siempre lo tuvo en el ojo de la prensa, más la europea que la estadounidense.
Detrás de estos documentales hay dos nombres importantes para la industria del cine: Chuck Workman, reconocido realizador, que además de haber ganado un Oscar con su cortometraje Precious Images, es quien ha realizado por varios años los reel u homenajes de montaje para los Academy Awards, elemento que sabe trabajar bastante bien, y que pone en práctica en este documental sobre Welles, por el otro lado Morgan Neville, es uno de esos documentalistas especializados en música y en cierto sentido, un retratista de dos grandes: Keith Richards y Orson Welles, del segundo, creo toda una narrativa para explicar el porqué no finalizó una de sus obras, y sus últimos 15 años.
Dos trabajos que vale la pena revisar - de los muchos que existen sobre Welles- en los que además de "descubrir al realizador de una de las mejores películas estadounidense" y mundiales, también estuvo un soñador, un mago, un artificio - en palabras de Aguirre-, que la misma industria lo convirtió en otro producto cultural: Orson Welles.
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