" El arte no cambia nada, el arte te cambia a tí"
Documental dirigido a seis manos por Rick Barnes, Jon Nguyen y Olivia Neergaard-Holm, el cual se centra en la obra pictórica de David Lynch, y su universo creativo, que no sólo está en las películas sino en los proyectos emprendidos por el artista nacido en Montana (USA); este trabajo audiovisual, ajeno al universo cinematográfico de Lynch, no sólo es una revisión de cómo se fue formando este artista, sino la lucha que tuvo que enfrentar con su familia, principalmente su padre, al igual que sus dudas - como persona, pintor y artista en general-, sus años de "descontrol" y finalmente, en el momento que su decisión artística, lo va a llevar por otro, por otro camino, en el que el cine estaba al final de éste. Este retrato íntimo, de muy buena factura narrativa, no solo es un acercamiento al hombre, sino a la figura del artista, en la que los miedos como las competencias de Lynch, se van remarcando por una voz en off, que es la del propio Lynch, con una serie de imágenes de archivo, y una puesta en escena, en la que la pintura, las gruesas pinceladas y diversos materiales van al ritmo creativo de quien dirigiera Blue Velvet, El Hombre Elefante o Mulholland Drive; aunque son secuencias que muestran el acto creativo de Lynch, también nos muestran su retrato más personal, interactuando con su pequeña hija, con sus rutinas y deberes, a un ritmo pausado, reflexivo, en el que su característico cabello, forma de andar y copiosa fumadera, también son reflejos de sus trabajos.
Dentro del documental cabe destacar, el trabajo con la voz en off de Lynch, no como un narrador omnipresente, sino más bien, como una serie de grabaciones sonoras encontradas, en las que las memorias del director son ilustradas de diversas maneras, donde vemos tanto su vida familiar como sus primeras obras, donde reconocemos su miedo a ser padre y las imágenes mas paternales, con su última hija; y es en este punto, donde este documental tiene grandes aciertos y nuevas piezas de engranaje de esa gran dispositivo, que es el mundo lynchiano, donde los alfabetos dan miedo, la pintura se hace pesadilla y las cabezas de borrador crean un nuevo universo. Documental que vale la pena ver para los más aficionados al señor Lynch -incluyéndome- o para los neófitos en este director, pero igualmente un trabajo, que logra reflexionar sobre el acto de crear y lo que esto implica, y en esa parte, también es u documental que funciona a cabalidad.
Montaje Paralelo: Documentales sobre David Lynch
Dentro del documental cabe destacar, el trabajo con la voz en off de Lynch, no como un narrador omnipresente, sino más bien, como una serie de grabaciones sonoras encontradas, en las que las memorias del director son ilustradas de diversas maneras, donde vemos tanto su vida familiar como sus primeras obras, donde reconocemos su miedo a ser padre y las imágenes mas paternales, con su última hija; y es en este punto, donde este documental tiene grandes aciertos y nuevas piezas de engranaje de esa gran dispositivo, que es el mundo lynchiano, donde los alfabetos dan miedo, la pintura se hace pesadilla y las cabezas de borrador crean un nuevo universo. Documental que vale la pena ver para los más aficionados al señor Lynch -incluyéndome- o para los neófitos en este director, pero igualmente un trabajo, que logra reflexionar sobre el acto de crear y lo que esto implica, y en esa parte, también es u documental que funciona a cabalidad.
Montaje Paralelo: Documentales sobre David Lynch
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