3 dic 2018

El diablo en el corazón: Hacia la madurez...




"Existir es cambiar, cambiar es madurar, madurar es creación sin fin."
                                                                                          Henri Bergson

El cine de Marcel L´Herbier, que por primera vez reseñamos en este blog, fue un cine donde la exploración de la imagen, desde lo lumínico hasta la textura de la misma, prevaleció por encima de la narración, o por lo menos es lo que pudimos observar en El diablo en el corazón, película que hizo parte de obras basadas en escritores del siglo XIX y producidas por su propia compañía. L´Herbier, considerado parte de esa primera vanguardia del cine francés, mal denominada como impresionismo francés, no sólo aportó al cine de su país desde la creación, sino desde la literatura, teoría y la misma administración, haciendo parte de diversos cargos entorno al cine, como la dirección de la Cinemateca Francesa,- donde chocó con Henri Langlois- y la creación de la IDHEC, una de las escuelas de cine más reconocidas. 

La obra de L´Herbier, considerada como modernista, no sólo por los recursos visuales que llegó a utilizar sino por su capacidad de oscilar entre la industria y la vanguardia del cine, asimilando las artes y la sintetización (Evans, Uhhilrova, 2014) de éstas en imágenes en movimiento. Aunque Le diable au coeur/El diablo en el..., no es de sus películas más importantes o mejor fue opacada por otra de mayor trascendencia como El dinero del mismo año, si tiene un recursos y expresividad que vale la pena señalar en esta reseña.

       
El guión escrito por L´Herbier basándose en la novela de Lucie Delarue -Mardrus, es un tránsito a la madurez en la vida de la díscola Ludivine, una joven curtida en mañas, que además de vagar por el puerto pesquero, lidera a una pandilla de niños; en sus travesuras, su principal víctima es Delphin, un respetable y responsable joven pescador; en una de sus travesuras, la joven será castigada y humillada por el padre de Delphin, y ésta deseará la muerte de éstos; al día siguiente, la embarcación del joven y su padre, claudicará a una fuerte tempestad; la vergüenza y culpa, hará de la joven Ludivine una nueva persona, y le brindará apoyo al ahora huérfano Delphin; las buenas intenciones se convertirán en amor, pero será el amor no es tan fácil de explicar.

Aunque el guión, es el punto más débil de este trabajo, haciendo los puntos de giro muy obvios, forzados y hasta innecesarios en el clímax de la obra; de todas formas tiene su gracia la historia de contrición y vergüenza, mediada por lo visual más que por lo literario, donde L´Herbier apuesta todas sus capacidades.

  
La excelente fotografía, hecha a seis manos, no sólo es un punto esencial en esta obra, sino en lo que se denominó impresionismo francés, donde la luz, con sus sutilezas y expresividades, creaba grandes atmósferas, estilos y formas, como viene a sucede en este caso en la secuencia del castigo a Ludivine, y en el climax de la obra, donde el montaje también cobra una gran relevancia. Cabe destacar, varias de las secuencias nocturnas - en estudio- donde la luz se hace protagonista, tanto como narración, metáfora y estilización.

De los actores del cine mudo siempre es complejo determinar la calidad de sus interpretaciones - para nuestro caso-, porque pecan por ser demasiado reservados como sucede con Jacque Catalin o hiperbólicos como lo hace Betty Balfour, siendo ésta la protagonista y la que se lleva todo el peso dramático de la obra. Aún así, las escenas cómicas interpretadas por Balfour son realmente ingeniosas, en gran parte por su histrionismo y los recursos sonoros.

  
Aunque no tuvo mayor trascendencia, es una película que vale la pena ver, ya que muchos de sus recursos visuales siguen siendo importantes, como el manejo de la luz, tanto en la creación de atmósfera como en lo dramático, funciona; y eso hace de esta obra un trabajo recomendable para conocer no sólo la obra de L´Herbier sino de ese impresionismo francés en el que Gance, Delluc y otros produjeron, poesía visual.

Zoom in:   primera película francesa en ser filmada en pancromático.

Montaje Paralelo: Sunrise (1927)  - Coming of age (género) - Cine Mudo 



Referencias
Evans, Caroline and Marketa Uhlirova, eds., Marcel L'Herbier: Dossier (Fashion in Film, London, www.fashioninfilm.com), 2014

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