Los Elseworld, además de haber sido un sello editorial alterno de la DC Comics, fue también la oportunidad de colocar a los superhéroes de dicha editorial, en universos absolutamente ajenos a tiempo y lugar del establecido, pasando por épocas históricas absolutamente conocidas o universos cinematográficos, entre otros; en este caso, uno donde se mezcla ese período conocido como El Expresionismo Alemán y el personaje creado por Bob Kane. Escrita por los hermanos Lofficier, Jean-Marc y Randy, que evidentemente toman al Gabinete del Doctor Caligari, Nosferatu y Metropolis como referentes para crear este cómic con aires oscuros, sangrientos y nihilistas. Igual, cabe esaltar el trabajo de ilustración de Ted McKeever, que se acerca mucho a la estética de la pintura expresionista y al mismo movimiento cinematográfico.
La historia ambientada en una Metropolis, bajo la ley de Clarc y Lois Kent, cierta prosperidad y la muerte de Lex Luthor, se irá empáñando tras el asesinato de varios personajes vitales para la ciudad como el Detective Gordon y el mismo Dirk Grayson, todo esto después de la aparición de un hombre- invención denominada El hombre que ríe, que en sus palabras y acciones, lleva la palabra muerte. La sangre y la traición, hará que Bruss Wayne, salga a la calle, a buscar venganza y protección de su amada Barbara Gordon, ahora la paradoja, es quien es el demente, detrás de todas estas acciones....y nadie sale a salvo.
Visualmente impecable, con una violenta y demencial historia que indaga en la cara más oscura, no sólo de Batman sino de la psique humana. Un cómic que hace parte de una trilogía compartida por el Metroplis de Batman, que hace alusión a la pelíucla de Fritz Lang y El Blue Amazon, que le rinde homenaje a ese primer papel de Greta Garbo. Un trabajo de cómic con unos referentes cinematográficos, no sólo muy logrados sino de gran calidad.
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