6 ene 2017

They Live: Crítica social extraterrestre

              "Ellos son inversores. La Tierra es sólo un planeta más.
Su tercer mundo..."
They Live, es una de esas películas que quería ver hace mucho tiempo, no sólo por estar dirigida por el icónico pero irregular John Carpenter sino porque se había convertido en una recomendación indirecta del señor Zizek, en su Guía cinematográfica del Perverso, algunos libros de cine y uno que otro blog o página de internet, donde se le consideraba además de una obra de culto, un trabajo con un trasfondo "antisistema", crítico de su época y una especie de estudio sobre el comportamiento de la sociedad estadounidense en la era Reagan y demás situaciones; afortunadamente, cumple con esos elementos, además de ser un largometraje altamente entretenido y fácil de visualizar tanto por la capacidad del director newyorkino como por el estilo sarcástico - muy cercano al cómic- que asume la obra. Carpenter, conocido por sus películas de terror y ciencia ficción, aunque semi-retirado del mundo del cine, aún es un director que despierta interés por sus obras con cierto carácter crítico, buen pulso narrativo e influyente para el horror y directores como Tarantino, Rob Zombie, entre otros. 

Con They Live, nos acercamos a su obra más personal, crítica y en cierto modo un "documento" de la crisis económica que se preveía para esos años, pero todo bajo la forma de seres extraterrestres y acción.


Escrita por Carpenter, tomando como referencia el cuento corto Eight o´clock in the morning de Ray Nelson, asumiendo al personaje principal y el despertar de un mundo invadido por el consumo y el control, pero en este caso desde unos grotescos extraterrestres que están colonizando al planeta en forma del capitalismo más salvaje.

El sarcástico e inteligente guión de Carpenter, nos pone a ver  la realidad a través de las "gafas oscuras" de John Nada (Rody Piper), un obrero desempleado, que descubre que una raza de aliens nos controla a través del dinero, de la televisión y de todas las cosas que hacemos habitualmente; el desempleo, la pobreza y el asumir una postura de aceptación, además de la grotesca apariencia de ciertos personajes harán "despertar" la conciencia de este hombre, y de otros, que luchan para romper con tal control. 

El newyorkino, además de utilizar como fuente este cuento corto, sólo tuvo que ver el momento que se estaba viviendo en los Estados Unidos, la crisis económica, la publicidad y el gasto desmedido en la clase media, para crear un texto que disfrazado de ciencia ficción también tenía una alta dosis de conciencia social.


Con la fotografía de Gary Kibbe, colaborador habitual de Carpenter, que en este caso separa inteligentemente la visión realista y la que quieren que vean los extraterrestres, naturalista y un poco plana en el mundo dominado y mucho más "artificiosa", en blanco y negro y contrastada para lo que es la realidad o por lo menos la que es vista a través de las gafas oscuras.  Aunque técnicamente no sea deslumbrante, igualmente una de las cualidades del cine de Carpetener, era su fotografía un poco "sucia" o mínima, concentrándose mucho más en el dinamismo de la cámara y del encuadre.

Aunque la música de Carpenter, en este caso no es la más sobresaliente, de todas formas funciona con el estilo de la obra, eso sí, cabe destacar el trabajo de montaje de Gib Jaffe y de Frank Jimenez; también cabe destacar la dirección artística de William Durell y Daniel Lomino junto a Marvin March, para recrear ese gris y minimalista mundo  que nos dice que consumamos, nos reproduzcamos y viéramos televisión por unas horas. 


Más allá de su estilo de serie B, y eso sí, que los actores no están a la altura, es un trabajo representativo de los años ochenta, de la carrera de Carpenter, y una forma inteligente de hacer crítica de una época y situación que se estaba viviendo, además de los inteligentes recursos tanto de fotografía como de maquillaje - icónicos para la cultura popular-,que se han ido convirtiendo en verdaderos modelos o por lo menos, imágenes populares antisistema, y de la misma cultura consumista de los Estados Unidos, que se dio después de la década del 50; y en eso es bastante efectivo el mensaje de Carpenter.

Zoom in:  En el guión aparece escrito por Frank Armitage (seudónimo que utilizaba Carpenter) y el nombre del personaje encarnado por Keith David.

Aunque en un principio fue fracaso de taquilla con la renta de video, logró triplicar sus ingresos, convirtiéndose  en obra de culto.

Montaje Paralelo: Matrix (1999) - Dark City (1998)



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