MANIFIESTO DEL SONIDO
El sueño del filme sonoro se ha convertido en realidad. Con la invención de la práctica del filme sonoro, los americanos lo han colocado en el primer escalón de una realización rápida y sustancial. En Alemania se trabaja intensamente en la misma dirección. El mundo entero habla del silencioso arte que ha aprendido a hablar.
Los que trabajamos en la URSS nos damos cuenta de que con nuestro potencial técnico no podemos situarnos a la cabeza de una realización del filme sonoro en un futuro cercano. Al mismo tiempo consideramos oportuno establecer un número de premisas principales de carácter teórico, porque parece ser que el resultado de esta invención se está empleando en una dirección incorrecta. Entre tanto, una concepción equivocada de las potencialidades dentro de este nuevo descubrimiento técnico, no sólo puede obstaculizar el desarrollo y la perfección del cine como arte sino que incluso amenaza destruir su actual perfeccionamiento.
Actualmente el filme, por medio de sus imágenes visuales, produce un poderoso efecto sobre las personas y ha alcanzado merecidamente uno de los primeros lugares entre las artes.
Se sabe que el medio básico (y el único) que ha dado semejante fuerza poderosamente efectiva al cine es el MONTAJE. La afirmación del montaje como el principal medio de efecto se ha convertido en el indiscutible axioma en el cual se ha construido toda la cultura del cine.
El éxito de los filmes soviéticos en las pantallas del mundo es debido principalmente a los métodos del montaje, que han sido los primeros en revelar y consolidar.
Por tanto, los momentos importantes del sucesivo desarrollo del cine serán solamente aquellos que refuercen y amplíen los métodos del montaje que afecten al espectador. Al examinar cada nuevo descubrimiento desde este punto de vista resulta fácil demostrar la insignificancia del color y la estereoscopia en el filme comparado con el sonido.
El sonido es una invención de dos filos y lo más probable es que sea usada siguiendo la línea de menor resistencia, es decir, siguiendo la línea de satisfacer la simple curiosidad.
En primer lugar habrá la explotación comercial de la mercancía más fácilmente vendible, los filmes hablados, en los cuales el registro sonoro procederá según un nivel de realidad, correspondiendo exactamente con el movimiento de la pantalla y proporcionando cierta «ilusión» de gente que habla, de objetos que producen determinados sonidos, etc.
Un primer período sensacional no perjudica al desarrollo de un arte nuevo, pero lo que es espantoso en este caso es el segundo período, un período que reemplazará y hará desvanecer la virginidad y pureza de esta primera percepción de nuevas posibilidades técnicas estableciendo una época de su empleo automático para «dramas altamente culturales» y otras obras fotografiadas de estilo teatral.
El uso del sonido en esta forma destruiría la cultura del montaje, porque cada ADHESIÓN del sonido a una pieza visual del montaje aumenta su inercia como pieza de un montaje y aumenta la independencia de su significado, lo cual redunda-ría sin duda alguna en detrimento del montaje, al operar primeramente en la YUXTAPOSICIÓN de las piezas y no en su montaje.
Unicamente un empleo «contrapuntado» del sonido en relación a la pieza visual del montaje puede deparar una nueva potencialidad al desarrollo y perfección del montaje.
LOS PRIMEROS TRABAJOS EXPERIMENTALES CON EL SONIDO DEBEN DIRIGIRSE HACIA LA LINEA DE SU DISTINTA NO-SINCRONIZACIÓN DE LAS IMÁGENES VISUALES. Solamente de este modo se obtendrá la palpabilidad, que conducirá luego a la creación de un CONTRAPUNTO ORQUESTAL de imágenes auditivas y visuales.
Este nuevo descubrimiento técnico no es un momento accidental en la historia del filme, sino una forma orgánica para salir de todas las series de callejones sin salida que parecían no tener remedio en la cultura de la vanguardia cinematográfica.
El primer callejón sin salida es el subtítulo y los infructuosos intentos de ligarlo en la composición del montaje como una pieza del mismo (tales como dividirlo en frases o incluso en palabras, aumentando y disminuyendo la medida de la letra empleada, usando el movimiento de la cámara, etc.).
El segundo callejón sin salida son las piezas explicatorias (por ejemplo, insertar ciertos primeros planos), que entorpecen la composición del montaje y retrasan su tiempo.
La labor de tema y de narración se complica cada vez más, y los intentos de resolverla por medio de métodos de montaje «visual» sólo conducen a problemas insolubles y obligan al director a realizar estructuras de montaje de fantasía, con peligro de hacer surgir la terrible eventualidad de la falta de sentido o la decadencia reaccionaria.
El sonido, tratado como un nuevo elemento de montaje (como un factor divorciado de la imagen visual), introducirá inevitablemente nuevos medios de enorme poder de expresión, y la solución de las tareas más pesadas que ahora nos oprimen, con la imposibilidad de vencerlas por medio de métodos imperfectos que empleen solamente imágenes visuales.
El método «contrapuntado» de construir el filme sonoro no sólo no debilitará el cine internacional, sino que llevará su significado a una altura cultural y un poder sin precedentes.
Este método de construir el filme sonoro no lo limitará al mercado nacional, como sucede con las comedias fotografiadas, sino que dará mayor posibilidad que nunca a la circulación a través del mundo de una idea fílmicamente expresada.
MANIFIESTO DEL CONTRAPUNTO ORQUESTAL
El arte del montaje, espectacularmente desarrollado durante la época muda, se encontraba con la aparición del cine sonoro en una seria disyuntiva: Desaparecer en un discreto segundo término, dejando que el cine se convirtiera en mero teatro hablado y proyectado, o desarrollar tecnologías que permitieran experimentar el inmenso potencial artístico y narrativo del nuevo lenguaje audio-visual. Con el tiempo, la divertida ilusión de ver hablar y cantar a los actores de las películas estaba destinada a convertirse en algo inesperadamente rico y complejo.
El sueño largo tiempo acariciado del cine sonoro es una realidad. Los norteamericanos han inventado la técnica del film hablado y lo han llevado a su primer grado de utilización práctica. Alemania, asimismo, trabaja muy seriamente en idéntico sentido. En todas partes del mundo se habla de esta cosa muda que finalmente ha encontrado su voz. Nosotros, que trabajamos en la Unión Soviética, somos plenamente conscientes de que nuestros recursos técnicos carecen de la envergadura suficiente para permitirnos esperar un éxito práctico y rápido en este camino. Pero ello no impide que consideremos interesante enumerar un cierto número de consideraciones preliminares de naturaleza teórica, teniendo en cuenta, además, que si no estamos mal informados parece que este nuevo progreso tiende a orientarse por un mal camino. Porque una concepción falsa de las posibilidades de este descubrimiento técnico no sólo puede estorbar el desarrollo del cine-arte, sino que también puede aniquilar su auténtica riqueza de expresión actual. El cine contemporáneo, al actuar como lo hace por medio de imágenes visuales, produce una fuerte impresión en el espectador y ha sabido conquistar un lugar de primer orden entre las artes. Como sabemos, el medio fundamental -y por añadidura, único- mediante el cual el cine ha sido capaz de alcanzar tan alto grado de eficacia es el montaje. El perfeccionamiento del montaje, en tanto que medio esencial de producir un efecto, es el axioma indiscutible sobre el que se ha basado el desarrollo del cine. El éxito universal de los filmes soviéticos se debe en gran parte a un cierto número de principios del montaje, que fueron los primeros en descubrir y desarrollar.
1.- Así pues, los únicos factores importantes para el desarrollo futuro del cine son aquellos que se calculen con el fin de reforzar y desarrollar sus invenciones de montaje para producir un efecto sobre el espectador. Al examinar cada descubrimiento, situándose en esta perspectiva, es fácil demostrar el escaso interés que ofrece el cine en color y en relieve en comparación con la gran significación del sonido.
2.- El film sonoro es una arma de dos filos, y es muy probable que sea utilizado de acuerdo con la ley del mínimo esfuerzo, es decir, limitándose a satisfacer la curiosidad del público. En los primeros tiempos asistiremos a la explotación comercial de la mercancía más fácil de fabricar y de vender: el film hablado, en el cual la grabación de la palabra coincidirá de la manera más exacta y más realista con el movimiento de los labios en la pantalla, y donde el público apreciará la ilusión de oír realmente a un actor, una bocina de coche, un instrumento musical, etc. Este primer periodo sensacional no perjudicará el desarrollo del nuevo arte, pero llegará un segundo periodo que resultará terrible. Aparecerá con la decadencia de la primera realización de las posibilidades prácticas, en el momento en que se intente sustituirlas con dramas de "gran literatura" y otros intentos de invasión del teatro en la pantalla. Utilizado de esta manera, el sonido destruirá el arte del montaje, pues toda incorporación de sonido a estas fracciones de montaje las intensificará en igual medida y enriquecerá su significación intrínseca, y eso redundará inevitablemente en detrimento del montaje, que no produce su efecto fragmento a fragmento sino -por encima de todo- mediante la reunión completa de ellos.
3.- Sólo la utilización del sonido a modo de contrapunto respecto a un fragmento de montaje visual ofrece nuevas posibilidades de desarrollar y perfeccionar el montaje. Las primeras experiencias con el sonido deben ir dirigidas hacia su no coincidencia con las imágenes visuales. Sólo este método de ataque producirá la sensación buscada que, con el tiempo, llevará a la creación de un nuevo contrapunto orquestal de imágenes-visiones e imágenes-sonidos.
4.- El nuevo descubrimiento técnico no es un factor casual en la historia del film, sino una desembocadura natural para la vanguardia de la cultura cinematográfica, y gracias a la cual es posible escapar de gran número de callejones que realmente carecen de salida; el primero es el subtítulo, pese a los innumerables intentos realizados para incorporarlo al movimiento o a las imágenes del film; el segundo es el fárrago explicativo que sobrecarga la composición de las escenas y retrasa el ritmo. Día a día, los problemas relativos al tema y al argumento se van complicando. Los intentos realizados para resolverlos mediante unos subterfugios escénicos de tipo visual no tienen otro resultado que dejar los problemas sin resolver, o llevar al realizador a unos efectos escénicos excesivamente fantásticos. El sonido, tratado como elemento nuevo del montaje (y como elemento independiente de la imagen visual) introducirá inevitablemente un medio nuevo y extremadamente eficaz de expresar y resolver los complejos problemas con que nos hemos tropezado hasta ahora, y que nunca hemos llegado a resolver por la imposibilidad en que nos hallábamos de encontrar una solución con la ayuda únicamente de los elementos visuales.
5.- El «método del contrapunto» aplicado a la construcción del film sonoro y hablado, no solamente no alterará el carácter internacional del cine, sino que realzará su significado y su fuerza cultural hasta un punto desconocido por el momento. Al aplicar este método de construcción, el film no permanecerá confinado en los límites de un mercado nacional, como sucede en el caso de los dramas teatrales y como sucedería con los dramas teatrales filmados. Al contrario, existirá una posibilidad todavía mayor que en el pasado de hacer circular por el mundo unas ideas susceptibles de ser expresadas mediante el cine.
(firmado por)
S. M. Eisenstein.
V. I. Pudovkin.
G. V. Alexandrov.
* De uso educativo
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