"El misterio es el elemento clave de toda obra de arte."Luis Buñuel
Que se puede escribir sobre uno de los directores más conocidos y originales del cine mundial, representante del surrealismo y crítico de las burguesías y poderes laicos; cineasta que aprendió el oficio de Jean Epstein, y que con sus propias ideas y compulsiones creó, junto a Salvador Dalí, a "Un perro Andaluz", y un estilo que no sólo marcó la carrera del cineasta español, sino del cine en general.
Luis Buñuel Portolés, cineasta y hombre de contradicciones, que imprimió en su cine, sus deseos, temores y oscuridades pero, principalmente un cineasta que encontró en la libertad - tanto de presupuesto como de creatividad- un modelo para plasmar sus inquietudes y su choque con la realidad.
El aragonés, nacionalizado mexicano en la década del 40 (más por pragmatismo que por cualquier otra cosa), tuvo en este país como en Francia, sus más productivas y reconocidas obras, y éstas fueron acogidas en la Retrospectiva, que la Muestra de Cine Español 2013, retomó como uno de los ejes temáticos, una selección que se vislumbró como muestra del talento creativo del español y su constante evolución, selección apoyada por las embajadas de Francia y México.
El ángel exterminador, es una de las películas que mejor representa al cine de Buñuel, y está considerada como una de las mejores películas del cine méxicano (figura como decimosexta entre 100) y aparece entre las mil mejores películas del cine mundial.
Realizado en 1962, este largometraje que se filmó en México bajo la tutela económica de Gustavo Alatriste, y con las libertades creativas que supuso el éxito de su anterior película Viridiana, el aragonés decide retratar a la sociedad burguesa méxicana, en este caso a los Nóbile, quienes han invitado a varios de sus semejantes a una cena en donde las buenas costumbres y la cordialidad se pondrán a prueba, frente a un hecho misterioso y absurdo, como sus propias "modélicas normas".
La película inicia con los sirvientes tratando de salir lo más rápido posible de aquella mansión; la llegada de los Nóbile y sus invitados después de la ópera, se cruzará con la huida de éstos; la cena, sus interlocutores y reflexiones se irán transformando en una inexplicable y aguda crítica a sus propias convenciones y convicciones, cuando después de varios días los burgueses no se puedan alejar de aquel hechizo y mansión que los retiene sin ninguna razón aparente, se iniciará este naufragio, alejamiento social que mostrará la cara más oscura y salvaje de esta clase social.
El nombre de la película, es tomado de un personaje y pasaje del Apocalipsis (La Biblia), que Jose Bergamín quería utilizar en una obra de teatro que también inspira a esta película; escrita por el propio Buñuel - repleta de recuerdos de su infancia, surrealismo y notas personales- junto a Luis Alcoriza, -quien en cierta medida funge como la parte técnica del guión-, quienes elaboran la conformación de estos personajes, casi en forma coral - ya que no existe un personaje principal, sino el mismo grupo y sus decadencias- adheridos a la situación misma y los vicios singulares que cada uno de éstos, irá desbordando a medida que pasan los días.
Con muy pocas escenas en exterior, y siendo la mansión el foco de interacción; la cámara y fotografía de Gabriel Figueroa (uno de los cinematógrafos más importantes y representante de la Edad de Oro del cine méxicano) con su maestría de la luz: el claroscuro y el escorzo, contrastes, y los bellos primeros planos de las actrices, además de los sutiles y armoniosos movimientos de cámara, que resaltan las actuaciones y los absurdos de las escenas, en donde la mano de Buñuel y los ojos de Figueroa se sincronizan.
Obviamente, está presente el surrealismo, el misterio y el humor que encarna cada uno de los personajes, encabezados por la pareja de los Nóbile (Enrique Rambal y Jacqueline Andere) y Silvia Pinal, que junto a los demás actores priorizan, el hecho y sentencia del primitivo instinto de supervivencia.
La música recogida por Raúl Lavista, será otro de los puntos primordiales del filme, no sólo como ambientación de la narrativa, sino que hará parte de la misma estructura y resolución de la película.
Una película que se refugia en el universo buñueliano, repleta de las características y acciones poéticas y no tan poéticas del aragonés, donde la repetición, el oscuro humor, las referencias del propio Buñuel, el absurdo y la crítica a su propia clase social, a la humanidad misma, no sólo se referencia en el contexto de esta serie de personajes, sino de intrsopectivos o agudos símbolos del director español, que manifiesta a través de esta película, ideologías y razonamientos que en su evolución cinematográfica se hacen constantes y, son generadores de su propia creatividad y perspicacia.
Desafortunadamente con el cine de Buñuel, a pesar de la gran cantidad existente de material tanto en la red como en DVD´s y otras opciones, son pocas las películas que he visto del español; y estas oportunidades que brindan las muestras o festivales de observar las películas de directores tan importantes como Buñuel, son imperdibles y funcionales para el reconocimiento de los uno de los grandes y más creativos directores del cine mundial, con esta retrospectiva que la MCE2013 brindó, se pudo observar la obra no sólo de uno de los más grandes del cine, sino las capacidades misma de narrativa, de aunar el lenguaje fílmico como un universos de múltiples posibilidades, que con el surrealismo y otros manifiestos estéticos se apropiaron y abrieron el camino a diversas concepciones en diversas áreas, que afectaron positivamente al cine del aragonés.
Toda una sátira y ácida crítica, a la sociedad burguesa, con densas y oscuras reflexiones sobre la naturaleza del hombre, y la (in) capacidad misma de la sociedad para convivir frente al naufragio moral de éstos, temas en los que Buñuel era experto, y reunía en el conjunto de sus películas.
Zoom in: El título original de "Los náufragos de la calle Providencia" fue modificado gracias a una obra teatral que nunca se escribió.
Tras el éxito en Cannes de Viridiana, a Buñuel se le permitió volver a rodar una película con entera libertad, aunque no con todos los medios económicos que hubiera deseado. Y todo ello porque El ángel exterminador es un retrato de la alta burguesía, y Buñuel se quejó en sus memorias de lo parco que hubo de ser en cuanto a diseño de producción en esta película en particular. (1)
Cuando terminó de hacerse la copia, el fotógrafo Gabriel Figueroa vino a verme alarmado y me dijo «Oiga usted, la copia no está bien, una escena se repite.» Le dije: «Pero Gabriel, el montaje lo hago siempre yo mismo. Además usted filmaba conmigo y sabe que en la repetición usamos otro encuadre. Es una repetición voluntaria...» «Ah, ya veo», dijo, pero en verdad estaba asustado." (2)
Esta película recibió el Premio Fipresci de la crítica internacional y premio de la Sociedad de Escritores del Cine en Cannes de 1962.
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