Algunos conceptos pueden simplificar el trabajo de un artista, pero nunca profundizar en lo que realmente podría llegar a significar éste, como lo podemos comprobar con una identificación tan perspicaz y copiosa como la que, historiadores, críticos y teóricos del cine le direon a las comedias de Ernst Lubitsch, es decir, la de un toque, que estaba entre, el de Midas y la sugerencia; pero también el de una comedia sofisticada que narraba de manera sutil pero capaz de resolver de forma inevitable y a la vez soprendente cualquier situación dramática, un cine y un cineasta, que iba tomando prestado del cine silente su insinuación y lenguaje, adaptándolo al don de la palabra, que cabalgaba entre la mordacidad y la elegancia.
Lubitsch, quien no fue un realizador de complejidades sociales o de profundizaciones psicológicas, sí fue uno que logró retratar "la amoralidad" de personajes entrañables, divertidos y astutos, que vivían el momento; un hedonismo simpático, sin juzgamientos y con finales felices, que se contraponía a la seriedad e infantilismo moral hollywoodense; igualmente, un cine que como reconoció otra gran figura del cine clásico como Marvin Le Roy: "Contribuyó más que nadie al progreso de las técnicas de la comedia cinematográfica. De pronto se dejaron atrás el batacazo y la reacción tardía y empezaron a explotarse las fuentes de la risa interior" (1); pero todo, bajo la exploración del lenguaje cinematográfico, ese, en el que los fuera de campo, la insinuación, el recorte del tiempo o narrativo, hacía del relato, no sólo más efectivo sino atractivo, en un principio para la crítica y más adelante para el público, porque Lubitsch, se acomodó perfectamente a esa maquinaria, y en esa misma se "rebeló" subvirtiendo las normas de los géneros, satirizándolos y moldeándolos a su -buen- gusto.
Trouble in Paradise (Un ladrón en la alcoba) 1932
Apreciar a un ladrón en el cine, no es dificil, pero sentir empatía y casi una reverencia a sus formas, modales y estilo, sólo lo pudo haber logrado el cine de Lubitsch, que con esta obra nos acerca a una pareja de estafadores, tan elegante como sarcastica, que cuando intentan engañarse, haciéndose pasar por una Condesa y un Barón, se enmorarán, conformando una "familia feliz", hasta que Gastón Monescu, este afamado ladrón, roba el bolso con diamantes de la viuda Marione Collet, y éstos empezarán a sentir algo más que una atracción. Monescu ahora convertido en secretario de la viuda, deberá escoger entre su vida de delicuente, amistad/amor por Collet y sus propios sentimientos, tan artificiosos como sus modales.
Lubitsch crea una obra tan certera y bien desarrollada, en la que los supuestos son los protagonistas, es decir la elipsis y los fuera de campo, nos dicen tanto, como nuestra imaginación pueda asimilar, porque lo que el director europeo dispone en esta corta película, además de su inteligente humor está mediado por el pasó, pasará o pudo pasar en las acciones de los protagonistas, eso sí, todo tan elegante como romantizado, que sólo puede existir en Lubitschlandia, ese espacio-temporal diseñado por el director teutón y asimilado por los críticos para entender su obra, una obra de una fotografía clásica, repleta de brillos, sombras, reflejos y glamour, que no sólo reflejaba a la alta sociedad sino a su artificio - moral e intelectual-, así como una, donde los relojes y las puertas, servían ya no tanto para su fin principal sino para enmascarar las sensaciones, acciones y sentimientos de este trío.
Aunque estemos escribiendo sobre una talkie, la película aún guardaba ciertos rasgos del cine silente, haciendo eco de brillantes momentos donde la imagen "decía" todo, mezclándose con unos inteligentes y sugerentes diálogos, que hicieron de esta película, una tan clásica, y a la vez moderna en su forma y desarrollo.
Minicrítica
Aunque fue la primera película que vi de Lubitsch, con ésta me bastó para empezar seguir su filmografía, en la que humor inteligente y sensualidad visual están cohesionadas, donde se logra aprender o por lo menos entender la capacidad de la elipsis; igualmente porque su guión funciona como un reloj, y visualmente es tan atractiva como sus protagonistas. De esas películas con las que vale iniciar en el ciclo de este director, y una de las que mejor guarda su forma y estilo.
El abanico de Lady Windermere (1925)
Adaptación libre de un cuento de Oscar Wilde que Lubitsch y guionistas transforman en todo un drama de celos y conflictos familiares, en la que la señora Erlynne, mujer de dudosa reputación pone en conflicto a los esposos Windermere, entre engaños, y malentendidos, se va estructurando una comedia ligera, con una soberbia puesta en escena, que no está exenta de ese elaborado juego de sugerencias, elegancia y doblesentido que funcionaba tan bien, bajo el mando del director alemán.
Minicrítica
Aunque ya la había perdido la pista un poco a esta obra de Lubitsch, tiene grandes momentos, principalmente en el hipódromo y en la gran fiesta, en que el alemán saca sus mejores recursos, sin embargo, en conjunto, no fue la película que más me impactó de este este director, sin negarle sus cualidades y estilo.
Heaven can wait (El Diablo dijo no) 1943
Tan divertida como superficial este recuento de la vida de Henry Van Cleeve, es una sátira no sólo de las clases altas de Lubitschlandia sino del amor, y de los mismos perosnajes que entronan el mundo de este director alemán ya nacionalizado estadounidense; Van Cleeve le cuenta al mismísismo Diablo sus correrías de juventud y adultez, pero finalmente será rechazado, porque como el dice el mismo personaje, en el "infierno no se reciben hombre como él".
En este largo flashback, que es la vida, Van Cleeve nos deja su historia para que los juzguemos, y como es habitual con Lubitsch, es más el humor y la elegancia de lo único que se puede culpar a este personaje.
Minicrítica
Aunque puede pecar en su puesta en escena teatralizada del infierno, es más la diversión y los apuntes satíricos sobre el amor y la familia, lo que le dan forma a esta obra; igualmente porque hay perosnajes y situaciones hilarantes; y su toque, ese en el que se insinúa más de lo que se muestra, seguía funcionando a pesar de los años.
(1) https://www.fundacionpfizer.org/sites/default/files/010_ernst_lubitsch_indd.pdf
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