18 jun 2021

Sound of Metal: los sonidos del...silencio



"El silencio es el ruido más fuerte, quizá el más fuerte de todos los ruidos" 
                                                                                                Miles Davis
 
El sonido, ese fenómeno que involucra la transmisión de ondas mecánicas que pueden o no ser audibles (1) y el ruido como ese sonido indeseable (2), no entran en conflicto en el debut cinematográfico de Darius Marder Sound of Metal, por el contrario, son los protagonistas de esta historia en la que un baterista de Noise Rock  va perdiendo la escucha, reconoce el valor del silencio y entiende, que el mundo, como las canciones y su música, duelen.

Para Darius Marder, además de ser su debut, ésta obra se conviritó en su mejor carta de presentación, no sólo por su sólida historia sino por ese estilo de cine, en el que la lección de vida es más cruel que el problema; muy cercano a la obra de Derek Cianfrance, amigo y de quien tomó la idea de un baterista de rock extremo que se empieza a quedar sordo - Metalhead-; igualmente, hay que reconocerle a Marder que además de escribir y dirigir, su labor más reconocida està asociada al montaje cinematográfico, uno de los puntos más fuertes de Sound of Metal, principalmente el sonoro.  Eso sí, el camino cinematográfico para este director aún es largo, y junto a su hermano Abraham, co-escritor, aún queda bastante por ver, o eso esperamos.
  

   
Los sonidos del metal son los sonidos del mundo 

Escrita en conjunto por los hermanos Marder, basándose en la historia de Derek Cianfrance, esta obra con tintes de autosuperación, no sólo nos cuenta la vida de Ruben y Lou, un dúo/pareja de Noise Rock que está de gira por los Estados Unidos en su caravan, sino como Ruben (Riz Ahmed) el baterista, se va quedando sordo; sin embargo, lo que tiene mayor fuerza en su narrativa, más que la historia en sí, es la crudeza de la misma, un "golpe al hígado" de superación y aceptación, en el que los finales felices no son importantes, sino ese duro aprendizaje que parece ser la vida, como lo vemos en la última secuencia en la que Ruben, por fin, entiende al silencio.

Y como en el cine no todo es contar historias, con Sound of Metal entendemos dicha premisa, porque es con el montaje, donde esta obra configura su estructura, tanto sonora como visual, esos cortes intermitentes, mezclas sonoras, silencios y en cierto modo, ese sonido metálico, que es la sociedad, la ciudad y el artificio que se construye en el cerebro de Ruben. Aunque editado por Michael E.G Nielsen, no queda duda que la influencia es del mismo director, quien también es editor, y cercano al mundo de la batería, como afirmaba en alguna entrevista.  Evidentemente, la música y el diseño sonoro están muy cuidados en esta obra, donde la rabia y la frustración se unen, porque la música de Backgammon, el grupo de Lou y Ruben, lleva al extremo tales sentimientos y sonidos, que se trasladarán rápidamente a la vida de ambos; es en este punto donde el trabajo musical de Nicholas Becker y Abraham Marder, se hace más sòlido.


    
Actuar el silencio

Algunas interpretaciones están más allá del estilo y el método, eso probablemente es lo que sucede con Riz Ahmed, que además de hacerlo bien, su actuación pasa por lo más diversos estados y confrontaciones con su propia personalidad, una que difícilmente aceptaría que un hombre que hace ruido y lleva al extremo el sonido, se esté quedando sordo; es, en definitiva, la paradoja del hombre duro que debe aceptar su debilidad, aunque ésta termine siendo su mayor virtud, como lo vemos al final de la obra y a lo largo de su aceptación; la presencia misma de Ahmed, la vida que llevan como Backgammon, son los elementos que más fortalecen la actuación del británico palestino, que estuvo nominado en lo más diversos festivales.

También cabe destacar el papel de Paul Laci, un guía tan atípico como el propio protagonista; quien es finalmente el que le muestra los dos caminos a Ruben, caminos que además de aprender, tendrá que sacrificar, y es tal vez, una de las secuencias más emotivas pero a la vez contenidas, que finalmente le dieron a estos actores sus mejores respuestas interpretativas.    

Mi crítica

Personalmente, este tipo de obras me gustan bastante, que el rock pesado esté como fondo también me parece importante, pero lo principal, es cuando el cine se desconecta de ciertos artificios se enriquece mucho más una historia, al igual que la interpretaciones;  es donde el montaje, los aspectos lumínicos o el sonido, toman papeles preponderantes y más efectivos en la obra.

Esperaremos nuevas películas de los hermanos Marder, y esa generación o estilo, que con Derek Cianfrance más que acercarnos a la realidad, ésta se hace más cruda al desprenderse del efectismo de lo sentimental. Una gran película, que vale la pena ver, o en este caso escuchar.


Zoom in: Nominada en varias categorías y festivales, Oscar incluido, principalmente  a mejor actor principal, guión, música y montaje.

Montaje Paralelo: Whiplash (2014) 



 

Referencias

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