En esta antología de ciencia ficción surcoreana dirigida a cuatro manos, nos encontramos con tres historias, que pasa de un apocalipsis zombie, a un robot budista y la exagerada reinterpretación de un cuento navideño. Película por episodios, que no tiene una línea temática definida, es decir el título es bastante mentiroso; aunque partiendo de la idea de la autodestrucción humana, gracias al mal uso de la tecnología y la insensibilidad moderna. Sin embargo Kim Yeen Woon (El bueno, el malo y el raro) y Yim Pil Sung, sus directores no llegan a concretar ni un estilo o forma definido, con tres historias independientes, que no logran cuadrar del todo, - para mí, la mejor es la del Buda encarnado en un robot, por sus reflexiones filosóficas y morales-, de resto las otras se quedan cortas; eso sí, cabe destacar que la primera historia, al del apocalipsis zombie, viene muy bien para estos días de Coronavirus y miedos infecciosos.
De resto, aunque correctas en su fotografía, edición y demás departamentos técnicos y artísticos, poco hay para destacar.
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