9 dic 2019

Once upon a time in Hollywood: El actor, el doble y la bella


                     "Hollywod es como estar en ningún lugar hablando a nadie sobre nada."
                                                                                                   Michelangelo Antonioni

La ucronía, entendida en la literatura como historia alternativa o contrafáctica, parte de la premisa más obvia: ¿Qué hubiera pasado si...?, que sí bien, es algo que todos nosotros nos hemos planteado, algunos escritores de ciencia ficción y uno que otro director, con ínfulas orsonwellianas nos han presentado dicha propuesta; sin embargo, y aunque deben haber varios ejemplos, el que mejor se ha tomado esta premisa en serio en los últimos años, es el señor Quentin Tarantino, que desde una visión muy particular nos ha presentado dos versiones alternadas de la historia que sumada a su cinefilía de serie B, y gusto por la violencia ha encontrado un formato para sus obsesiones y fetiches; obviamente hablamos de su Inglorious Basterds, y el asesinato de Hitler en un teatro de cine que será consumido por las llamas, como la mejor referencia de lo combustible del cinematógrafo de los primeros años, y como no, de la película que salió este año, en la que hace un recuento del cine de los años 60, la serie B, la decadencia del western, y el patio trasero de Hollywood, donde los perdedores golpeaban a Bruce Lee, los hombres rudos lloraban en escena, y las borracheras más épicas le daban oportunidad a Roman Polanski de abrazar nuevamente a Sharon Tate. Ese universo creado por Tarantino, puede sonar insulso o hasta postizo, pero la verdad, es que el nacido en Knoxville logra sintetizar lo que alguna vez dijo sobre Los ocho más odiados, que ese era el tipo de historias que verían sus personajes, que a la final, son el mismo Tarantino; y de eso se trata Once Upon a time in Hollywood, de un autohomenaje a los gustos de este director, con un gran empaque fotográfico, sonoro, de actuaciones y en general de puesta en escena, que es a lo que muchas veces se va a cine, y en definitiva, esta obra no defrauda en ninguno de esos apartados, por el contrario, la anarquía con varios millones de soporte, se hace más efectiva y entretenida, y los guiños cinematográficos mucho más elaborados, pero obviamente, uno escribe esas impresiones, no sólo porque le gustó la película, sino porque desde un principio, se iba con la idea de ver una obra, que no debía ser tomada con demasiada seriedad, y creo que con esta frase no se sentiría defraudado Tarantino, sino que por el contrario, marca el sentir de un director, que puede hacer lo que le viene en gana pero con cierta calidad y alejado de lo políticamente correcto y las buenas posturas, que no es lo mismo que ser arriesgado y romper parámetros; a la final, como todo en la carrera de Tarantino, tanto sus detractores como admiradores, deben ver como sigue permaneciendo en ese inestable Olympo que es Hollywood, del que algunas veces reniega pero que hace tiempo es parte de su obra, como de esta, su última película.

      
El guión concebido por el mismo director, se puede reducir románticamente a una declaración de amor de Tarantino a Los Ángeles de los años 60(1), pero obviamente no se puede ser tan reduccionista, porque el argumento se centra en un actor venido a menos Rick Dalton (Leonardo Di Caprio), al que le aconsejan que se dedique al Spaguetti Western, género que empieza a despegar en Italia, a lo cual Dalton responde con más alcoholismo, miedos y zozobra; por otra parte Cliff Booth (Brad Pitt), amigo, doble y guardaespaldas de Dalton, no sólo cuida de la integridad de éste, sino que vive a su propio ritmo, mezcla de violencia, a la sombra de otro y del mito de haber asesinado a su esposa; esto dos hombres, en cierta medida, alteregos de Tarantino; viven en un mundo al que ya no pertenecen, en el que empiezan a sobresalir los Polanski, las Sharon Tate, el cine de autor y los hippies se han tomado los ranchos de antiguas películas western. A la final, después de cierto éxito de Dalton en Italia, de protagonizar una serie de películas Sharon Tate y de dejar sin trabajo a Booth su mejor amigo, estos deciden emborracharse, para separarse definitivamente; en ese alejamiento, los amigos, se toman las últimas copas en la casa de Dalton, paralelamente, unos de los chicos de la familia Manson, se dirigen a la casa de Sharon Tate, pero en un giro del destino, Dalton los enfrenta, y éstos cambian de planes.....el mundo ha virado a un universo en el que Tarantino tiene la razón.

Episódico, aunque centrado en la pareja Booth/Dalton, este argumento con tintes histórico cinematográficos, es una mezcla de homenaje, sátira y argumento bien entrelazado, donde se peca por lo excesivo e hiperbólico, sin negar, que esas son las referencias de Tarantino.

  
Robert Richardson, ha colaborado en las últimas obras de Tarantino, pero también lo hecho con  Scorssese, Stone y otros directores, por los que ha sido nominado o ganador a mejor fotografía en diversas ocasiones, en este caso, el director de fotografía estadounidense, no solo diseña con esa artificiosa pero natural luz que rebota en las colinas hollywoodenses, sino con ese mismo aire, propio de esa mal llamada "ciudad de los sueños"; Richardson le apuesta a las texturas de esa soleada ciudad, de las películas dentro de la película, y de cierta forma a la nostalgia de la óptica y color del cine de finales de los 60, es decir, de un espacio lleno de iconos y elementos, que contrastan, chocan pero a la vez se complementan, ya sea por el neón de las noches, de las sombras o los brillos del sol en el capó de los autos. Porque en definitiva, esto en un ejercicio visual de nostalgia y autosatisfacción, al que Richardson, no sólo entiende sino ha experimentado en otras obras como JFK (Stone), Hugo (Scorssese) o la misma Wag the Dog (Levinson).  En este punto también podemos colocar, que más que efectos digitales o pantallas verdes, el director se inclinó por fachadas, decorados y un trabajo, que si bien tomó más tiempo, también fue más auténtico, como dirección de arte pero también como ejercicio nostálgico y de apropiación de una época, al estilo viejo Hollywood.   

Tampoco se puede dejar de lado el trabajo de edición de Fred Raskin, quien se cultivó en las películas de acción "trepidante" como Rápido y Furioso, y con el mismo Tarantino en Kill Bill, donde fue editor asistente; Raskin si realizar un montaje demasiado evidente, logra darle la suficiente coherencia a la obra, y enfatizar en varias secuencias, principalmente las mezclas cine dentro del cine, los flashbacks de los personajes principales, y la parte final, en la que paralelismo, ritmo y detalles,está muy bien sustentada. Como es habitual, la música en las películas de Tarantino es uno de los grandes aciertos,  en sincronía con la época, donde el rock y el pop, son protagonistas. 


Pero en definitiva, son las actuaciones de Di Caprio y Pitt, las que se llevan todo el peso de la obra, no necesariamente porque sean las mejores, aunque realmente los dos lo hacen muy bien, sino porque están muy bien construidos sus papeles, una especie de "perdedores" o de hombres liminales, de su época, de sus vidas, trabajos, pero a la final los héroes de esta obra, un actor alcohólico en decadencia y un doble, que vive bajo la sombra de su amigo, en esto, Tarantino es muy pertinente, y es donde mejor se solventan  las actuaciones de estos dos, también porque es una obra plagada de estrellas invitadas, Pacino, Rusell, Margot Robbie y más, que complementan una nómina de lujo. 

Un trabajo más que correcto,q ue no hay que tomarse demasiado en serio, en el mejor sentido de la frase, que visualmente es impactante, repleta de los fetiches de Tarantino, con una nómina de lujo, y una historia tan libre como la versión de los hechos contados por la historia del cine, si uno puede hacer una comparación, Once Upon...  es una versión violenta, ucrónica y psicotrópica de Singing in the Rain, sin bailes, ni esperanza, puro Tarantino. Una obra de repetir, para ver con palomitas, sin palomitas, con cara de intelectual o destornillado de la risa, en resumidas cuentas, y como lo van anunciando los portales y revistas de cine, una de las mejores de este año.

Zoom in: Nominada en los Choice Awards, Globos de Oro y posiblemente a los Oscar. 
Como ha venido sucediendo en los últimos años, la película ha sido fuente de críticas por su evidente machismo - algo muy propio de Tarantino y del cine  de género en general-, de racismo, algo que ya parece redundante, en una película evidentemente blanca -anglosajona, aunque muy pertinente por la época que describe, y tantas otras cuestiones ligadas a lo políticamente correcto, que parecen estar presentes en el cine  de estos años.

Montaje Paralelo:  Cine dentro de cine - ucronía - Kill Bill - Hollywood 


         


Referencias


J. Pelegrín (2010). “La historia alternativa como herramienta didáctica: una revisión historiográfica”, Proyecto CLIO, 36. ISSN: 1139-6237. http://clio.rediris.es


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