5 jul 2019

Happy end: lanif zilef......en humor negro

                                                            


                  “La vida deberia ser al reves; Se debería empezar muriendo
                   y así ese trauma está superado; luego te despiertas en una 
                   residencia mejorando día a día…"
                                                                                    Quino 

Las dictaduras en varios casos han llevado a que la creatividad artística se desborde, ya sea través de lo metafórico, lo estético o simbólico, en algunos otros casos, la represión se ha retratado de la mejor manera o la falta de recursos ha puesto a prueba las facultades de los artistas, esto exactamente podemos ver en la Nueva Ola Checa, una nueva ola cinematográfica que rompió con las pautas del realismo socialista, que impuso una innovación y creatividad en su narrativa, de cierta manera modernizando a un cine checo estancado por la dictadura comunista. Estas características se hacen evidentes en el trabajo de Oldrich Lipsky, cineasta nacido en la antigua Checoslovaquia, quien dejó una impronta muy personal y arriesgada visual y narrativamente. Happy End, de la película que vamos a escribir, fue su treceava obra, y posiblemente la más celebrada, aunque no necesariamente la más conocida. Escrita por el mismo Lipsky, quien toma una sencilla historia de venganza e infidelidad, y la convierte en un absurdo relato de comedia negra contada al revés donde el asesino de su infiel esposa, se convierte en su "salvador", gracias al relato invertido y a la voz del protagonista que "dialoga"con las imágenes y con la historia. Es decir, el asesinato se ve justificado no moralmente sino narrativamente, gracias a la pericia de Lipsky, en la puesta en escena al grabar algunos diálogos al revés y unificar esa inversión del desarrollo de la historia. 

De todas maneras, el guión no sólo se queda en el recurso de la inversión sino que es una sátira del  amor, de las convenciones de la época y de las mismas incoherencias propias de la relaciones sentimentales.


  
También cabe destacar la fotografía de Vladimir Novotkny, no sólo por lo planos y el trabajo lumínico sino porque logra darle una tonalidad sepia, que además de "añejar" la imagen, se acomoda al estilo de ésta, dándole preponderancia a lo humorístico, lo artificial y en cierto modo, al ilógico mundo creado por Lipsky.

Los checos fueron unos grandes experimentadores del montaje, no sólo en su "lenguaje" y técnica sino en su forma, y Miroslav Hájek fue uno de los más representativos, un montajista que arriesga y saca de su manga los mejores recursos para añadir al lenguaje cinematográfico, ralentis, inversión del tiempo y demás, que dan perfecta cuenta de lo que vimos en pantalla; Hajek, igualmente logra acomodar los tiempos, la inversión de los diálogos -aunque en este caso se más talento de los actores y de la puesta en escena- y otras técnicas, que perfectamente cabrían en el slapstick , en el cine de acción y hasta en los experimentos de una Maya Deren o Keneth Anger. 


   
Interesante la actuación de Vladimir Mensík, voz y personaje principal de esta obra, que sí bien está marcado por lo superlativo, su rostro y actitudes complementan el tono humorístico de la obra.

Un trabajo realmente sorprendente, de una originalidad y humor más que logrados, marcando la fuerza que tuvo el cine checo de los años 60, que no sólo tuvo a los Milos Forman o Jiri Menzel como protagonistas, sino que existieron otros directores, tan arriesgados y creativos, que terminaron encontrado en un relato boografico al revés, la respuesta al humor de la época y hasta justificar un asesinato, con índoles purificadores. Una de las películas más divertidas que he visto en este año.

Montaje Paralelo: Memento (2000) -  Nueva ola Checa



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