Autor: Katia González Martínez
Año: 2014
País: Colombia
Editorial: Ediciones Uniandes
Género: Ensayo Arte
Trabajo de tesis de la magíster en historia y teoría del arte, la arquitectura y la ciudad de la Universidad Nacional, libro ganador de la beca investigación en artes, que no sólo hace referencia al Cali de los años setenta frente a temas como el cine, el arte, ciudad solar y otros referentes sino al transito artístico de esta ciudad; tomando el saber indiciano, basado en la recopilación de lo mínimo y vivencial, esta autora construye esta serie de ensayos.
Notas tomadas del libro:
Carlos Monsivais: "(...) Y el público de pueblo y de barriada, aunque no lo admita, usa sus películas para inventariar los ambientes familiares, y en ello los actores de carácter son determinantes, cada uno de sus rostros un paisaje conocido, un buen augurio, un signo de amenaza, la confirmación de que se está en el cine y que el cine es la otra familia, el otro pueblo natal, la otra ciudad en que se vive, quese goza y se produce."
James Elkins "No existe el mirar sin la idea de usar, poseer, adueñarse, asegurarse, apropiarse, conservar, recordar y conmemorar , festejar, tomar prestado y robar (2001)
Para Aby Warburg la obras del arte cumplen una doble condición: son objetos en sí mismos y vehículos de la memoria.
Carlos Myolo nos dice que: "el calor es el origen de toda una estética"; ser provinciano significa recuperar los valores colombianos en lo recóndito de la cultura desconocida, alejándose de interpretaciones exóticas y vendibles en el exterior.
También Mayolo nos dice que: " Así como la provincia hizo al neorrealismo, o al cinema novo, o el cine de Birri en Argentina; y hasta el mismo western es hijo de ese inconsciente provinciano que todo gringo de hoy ha reemplazado por unas hamburguesas (1982)
La cinefilia formó un público especializado y creó la idea de una provincia universal, que se conectaba con la imagen del mundo. El movimiento cinéfilo dio origen a una mirada urbana...
Oiga Vea: un zoom panamericano
Dice Mayolo su concepto sobre la toma dialéctica; casi siempre, en la misma toma, partía de una tema para llegar a otro, no cortaba pues era una toma autónoma.
El ferrocaril y el cinematógrafo fueron signos de la modernización social y cultural en Cali, pues expandieron los límites estrechos del villorio y acercaron el mundo a su realidad.
La primera filmación en Colombia de que se tiene noticias en prensa se hizo en Cali, en 1899; y como lo señala Jorge Nieto, fue un material documental con vistas de la ciudad que nos gustó mucho al público.
La autora también reflexiona sobre Mayo del 68 a través de las palabras de Daniel Cohn Bendit que dice: el 68 se resquebarjó el yugo del conservadurismo y el pensamiento totalitario, habilitando el deseo de autonomía perosnal y colectiva y la libertad de expresión.
Además como el mismo Cohn - Bendit reflexionaría sobre las acusas de esas reacciones o indignaciones juveniles, poniendo de presente cómo el desarrollo de los medios de comunicación fue fundamental entonces, puesto que ello formó parte de la "primera" generación que vivió, a través de una oleada de imágenes y sonido, la presencia física y cotidiana de la totalidad del mundo (Cohn -Bendit, 1998)
De nuevo la autora cita a Mayolo diciendo esto: "Toda latinoamericana gritaba unas maneras de ser, la tercera opción, el tercer cine, La Hora de los Hornos, la realidad como si nunca se hubiera visto, la cámara estrenando otros pobres después de Neorrealismo. Pobres sin Zavatiini, sin Pratolini. Hacen un nuevo Neorrealismo, peor no el que que má spueblo agarre, o justifique como tema y lo haga mercancía. Hay una presencia mediatizada por el amo de la cámara. Siempre seremos filmados. Y lo peor por nosotros mismos (Mayolo, 200; 63)
...[...] el hambre latina, por ello, no es sólo un síntoma alarmante; es el nervio de su propia sociedad. Ahí reside la trágica originalidad del cine nuevo ante la cinematografía mundial, nuestra originalidad es nuestra hambre y nuestra mayor miseria es que esta hambre, siento sentida, no es comprendida (Mncars, 2001, 40)
Existía la teoría de que el cine colombiano iba a salir de los cineclubes, que eran la única manera de aprende cine" Mayolo, 2005
El cine propagandístico, desde el cine soviético, utiliza la colisión de las estructuras. El maestro soviético Eisenstein logró asociar con el montaje emociones emanadas más allá del significado de la propia imagen sola. Las imágenes juntas integran un ideograma. Poe ejemplo, una cascada y un potro feliz podrían significar la primavera,. Se empezó a buscar en la imagen en el ritmo Mayolo
"A partir de Mayo del 68, los jóvenes éramos dueños del mundo, dice Mayolo (2008) con el orgullo que debió representar ser joven en ese entonces. Los movimientos sociales del 68 contribuyeron a construir un sujeto juvenil crítico, con libertad de cuestionar abiertamente cualquier tipo de institucionalidad fundada en principio de autoridad. Los clamores juveniles pretendían poner en jaque las relaciones de poder aparentemente intocables de la familia, la escuela, la universidad, la policía o el gobierno. Los jóvenes se apropiaron de la calle; que devinieron su escenario político por excelencia, tal cual sucedió con aquellas manfestantes que se movilizaban por entonces en diferentes ciudades del mundo contra la Guerra de Vietnam.
El cine, eslabón de una generación, de la cual la autora reflexiona con la siguiente frase sobre Caicedo y el grupo de Cali: "La cinefilía en Caicedo no sólo se entiende como una obsesión y un camino de erudición en el cine, sino a su capacidad para gestionar todo un plan de circulación y publicación, que logró movilizar a otros jóvenes como él a ver la realidad a través del cine"
Vale la pena reflexionar sobre lo que dice Ever Astudillo que: "a pesar de vivir en un clima tropical, cálido y lleno de claor, nunca me identifiqué con el paisaje natural. Aquí aparece el cine como medio ferozmente marcante en nuestra formación visual (al menos mía) pues captura una realidad también vivida, pero revirtiéndola con más intensidad que la vida misma." (Astudillo, 1988, 6)
En el mismo capítulo dedica a este artista podemos encontrar la siguiente cita: "La fotografía fue un recurso para descubrir lo que pasaba en su entrono barrial y urbano, pero fue en mayor medida el cine lo que incitó a valorar su realidad. Ever, un aficionado al cine mexicano que desde niño recorrió estos lugares y representados en papel, logró universalizar su realidad cotidiana mediante el claroscuro y la composición del plano. Este cine - una suerte de neorrealismo latinoamericano- formó su capacidad de ver la ciudad a través del barrio, la calle, la esquina, los inquilinatos, la cantina, las prostitutas, el billar, las galladas, los teatro de barrio y la noche...."
De nuevo la autora cita a Monsivais, que dice: " en el cine barrial, como apunta el crítico y cronista Carlos Monsivais, se adquiere lo que difícilmente admite la ciudad en expasión: el sentido de intimidad dentro de la multitud (2001, 36)
Otra frase relevante del mismo autor es: "el cine acababa siendo el "museo facila del pueblo", donde el público se reconocía en los gestos, el lenguaje, la forma de bailar, los lugares; y así la pantalla rsultaba un espejo donde contemplar la más cercana realidad."
La autora utiliza la Cultura de la Persistencia como un referente de los años setenta, para establecer un punto donde la provincia, el subdesarrollo, la temática social.el desprecio frontal a la universidad, el rechazo de las modas y el orgullo por la identidad.
De nuevo Katia González hace uso de una frase de Astudillo en la que dice: "Esa realidad cinematográfica lo llevó a crear el espectador de la sala de cine, el centinela de la ciudad más cotidiana y a la vez más enigmática"
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