El día 28 de noviembre pudimos observar varios de los trabajos audiovisuales que se llevaron a cabo gracias a la gestión de IDARTES, de la Cinemateca Distrital, y los talleres locales en formación audiovisual; la evolución técnica y la mejora en las historias, también ha dado paso al estereotipo y los lugares comunes, entendiendo las cualidades y calidades artísticas de quienes han estado detrás de este proceso.
A continuación vamos a hacer un somero análisis de la docena de cortometrajes que tuvimos la grata oportunidad de ver en el teatro Jorge Eliecer Gaitán.
Colera (Yesid Zuñiga)
Waldino (Mauricio Franco)
Entre los ojos ( Tomás Hakoe)
De las dos animaciones, no sólo es la mejor sino que su experimental y "varias técnicas" resultado es más que eficiente en lo visual como en su narrativa que está ligada a lo poético; el stop motion, cut up y collage no sólo están muy bien desarrollados sino interrelacionados, y como conjunto visual funciona, tanto, que puede ser el mejor trabajo de este estreno.
Casa (Raúl Espitia)
Un argumental con tintes humorísticos, que técnicamente es correcto, y que al evitar los diálogos, potencian la labor del actor; aunque la historia es ya, un lugar común, casi caricaturesca, funciona en su desarrollo, montaje y fotografía. Para resaltar el manejo de los planos, en cierta forma su absurdo humor, y el giro narrativo, aunque obvio, bien trabajado en lo argumental.
Waldino (Mauricio Franco)
Aunque tiene un tono institucional, principalmente en la parte que hablan de la biblioteca pública, tal vez, es el mejor de los documentales, no sólo por el personaje de Waldino, sino por su historia de lucha poética, soledad y ternura. Aunque técnicamente, tiene unos errores evidentes en cámara, el montaje y el manejo de los demás elementos, es bastante correcto.
Entre los ojos ( Tomás Hakoe)
De las dos animaciones, no sólo es la mejor sino que su experimental y "varias técnicas" resultado es más que eficiente en lo visual como en su narrativa que está ligada a lo poético; el stop motion, cut up y collage no sólo están muy bien desarrollados sino interrelacionados, y como conjunto visual funciona, tanto, que puede ser el mejor trabajo de este estreno.
Casa (Raúl Espitia)
Aunque algo complejo en su estructura narrativa, y con reminiscencias a Lolita, es un trabajo que funciona a nivel visual, narrativo y en su misma dificultad con el tiempo: pasado/presente en el mismo espacio; un trabajo bastante logrado en esas transiciones, así como la angustia de la actriz, su historia y erotismo introvertido, que va pasando pausa y copiosamente. Técnicamente es correcto y por lo menos se arriesga en su narrativa, que puede ser uno de los puntos más débiles de esta muestra.
Samuel Canaguey (Creación Colectiva)
Documental que explora el mundo de la pelea de gallos bajo la figura de Samuel Forero, un criador de gallos, que entre el romanticismo de su oficio, se debate frente a la muerte de un animal y el cuidado del mismo; sí bien es un trabajo interesante en su lógica neutral marcada por el personaje, técnicamente se queda corta, y con el paso del tiempo, también se queda corta en su estructura, aún así, sin arriesgar demasiado, logra jugar con las posturas éticas y morales de este tema, y en este punto, podría haber indagado mucho más, pero funciona.
Santiago (Sebastián Dominguez)
Aunque visualmente, es un buen corto, su historia deja mucho que desear, y su punto de giro, más que romper con la narrativa, rompe con la coherencia del relato; historia de amor, tecnología, obsesión y "hombres inflables", que no llega a causar ni el humor deseado ni la reflexión necesaria, y que obviamente se liga con Her, con la misma A.I de Spielberg y otras obras por el estilo. Decepcionante, aunque no por eso se puede negar su calidad en el montaje, puesta en escena y actuación de Maria Fernanda Gómez.
Deterioro (Claudia Osejo)
Aunque la precariedad de la artesanía de este corto le podría restar, su stopmotion, historia y mensaje, tapan este "error", y le dan cierta personalidad a la misma. Con un fuerte mensaje frente al deterioro de la ciudad y los conflictos de la misma, el argumento se aúna al trabajo visual de animación, y logra su cometido. Aunque se notan los errores en el personaje principal, y la artesanía de los fondos, se acopla a lo que se está diciendo.
Tierra Somos (Sebastián Salazar y Juanita Andrade)
Otro de esos documentales que son más fondo que forma, con mucho de institucional, abarcando el tema no sólo del cuidado de la tierra y territorio, sin del mismo entorno; aunque el tema realmente es interesante, como documental es más una nota periodística destacada, sin restarle a su temática y mucho menos a lo que han hecho los pobladores de esta localidad en Bogotá.
La escuela resiste (Luz Marina Rodríguez)
Igual que en el anterior documental mas tema que visión, sin embargo, es tan lúcido lo que explican frente a esta escuela, que los evidentes errores de cámara y hasta formato se olvidan; un trabajo que sí bien peca en su realización técnica como temática y trasfondo, la resistencia, sale más que bien librado, y en eso respondimos favorablemente con los aplausos, los asistentes.
Cultivando Herencia (Adriana Herrera)
Siguiendo la línea de los documentales, éste no arriesga demasiado ni en su narrativa o forma, pero éste si falla en técnica y hasta en fondo, porque nunca llega a profundizar en lo que dicen la mujeres que " se resisten con sabiduría" como dice el póster; un trabajo que ni logra documentar ni llega a formalizar su contenido. Eso sí, vale la pena reconocer los títulos finales, que con esa simple técnica habría resultado un mejor trabajo.
El ratón del queso (Luster Rojas)
Para mí, uno de los trabajos más erráticos de este lanzamiento, no sólo en su historia estereotipada de punketos, fascistas de supermercado, sino en su puesta en escena, principalmente su dirección de arte y fotografía. El cortometraje desde título ya es un lugar común; para rescatar, la secuencia en la que el protagonista sale a la calle y los cambios en el fondo, le dan cierta fuerza al relato.
Siguiendo la línea de los documentales, éste no arriesga demasiado ni en su narrativa o forma, pero éste si falla en técnica y hasta en fondo, porque nunca llega a profundizar en lo que dicen la mujeres que " se resisten con sabiduría" como dice el póster; un trabajo que ni logra documentar ni llega a formalizar su contenido. Eso sí, vale la pena reconocer los títulos finales, que con esa simple técnica habría resultado un mejor trabajo.
El ratón del queso (Luster Rojas)
Para mí, uno de los trabajos más erráticos de este lanzamiento, no sólo en su historia estereotipada de punketos, fascistas de supermercado, sino en su puesta en escena, principalmente su dirección de arte y fotografía. El cortometraje desde título ya es un lugar común; para rescatar, la secuencia en la que el protagonista sale a la calle y los cambios en el fondo, le dan cierta fuerza al relato.
Afro (John Banguero)
Como videoclip se queda corto en su lenguaje, y no explora ni lo rítmico o visual en su contenido. A la final se termina convirtiendo en un estereotipo de las comunidades afros, que en una representación de las mismas, así la letra diga lo contrario.
Como videoclip se queda corto en su lenguaje, y no explora ni lo rítmico o visual en su contenido. A la final se termina convirtiendo en un estereotipo de las comunidades afros, que en una representación de las mismas, así la letra diga lo contrario.
Como conclusión, y a pesar de parecer una crítica fuerte a los trabajos, realmente cada uno es un esfuerzo invaluable y una gran escuela para jóvenes, adultos y hasta estudiantes de cine y televisión, como podemos ver en varios de los trabajos, -algunos de la universidad en la que trabajo, lo cual es igual de sobresaliente.-. También cabe destacar la labor de Idartes, que se empeñó en entregar unos trabajos de calidad, aunque tampoco se puede negar que su injerencia, tiene un sabor institucional en muchas de las obras, sin restarle a calidad a las mismas.
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