Afiche no oficial |
“Estoy siempre persiguiendo la luz.
La luz convierte en mágico lo ordinario”.
Trent Parke
El programador, productor y director de documentales inglés David Marcus Thompson, asociado a la BBC, no sólo es un nombre importante para diversas producciones internacionales de tono independiente sino por sus trabajos audiovisuales que documentan los oficios cinematográficos, en este caso la dirección de fotografía, y con uno de los mejores en su campo, como lo es Vittorio Storaro, el cual es retratado no sólo como un genio del manejo de la luz, sino en un verdadero estudioso de la misma, del color y de lo que todo ésto implica en el desarrollo de las mismas historias.
Diversas entrevistas, principalmente a tres directores fundamentales para la carrera de Storaro, como lo son Bernardo Bertolucci - con quien trabajó en múltiples ocasiones-, Ford Copolla, que le dio el reconocimiento internacional y Warren Beatty, con el que tuvo libre albedrío a su talento y experimentos; se suman a los fragmentos, materiales de archivo y explicaciones del mismo Storaro sobre su trabajo lumínico y la filosofía que hay detrás del color.
El documental, con cierto tono pedagógico, nos va mostrando tanto los intereses de Storaro como algunos de sus secretos, técnicas e influencias, además de los inconvenientes, soluciones y respuestas que se tuvieron que dar en ciertas películas, es en este punto donde tiene mayor validez este audiovisual para la televisión, no sólo en su concienzudo desarrollo sino en la misma forma en que se presenta el operador italiano, considera para muchos como uno de los más influyentes directores de fotografía, y un verdadero investigador de la luz, y de cómo el color afecta el carácter de los personajes, como lo hace de forma magistral en Dick Tracy, donde él mismo, analiza sus puestas en escena, el manejo del color amarillo en el personaje encarnado por Beatty, o los rojos en otros personajes, o la manipulación de la luz en Apocalypse Now, o como la secuencia final tenía todo un establecimiento psicológico no sólo narrativo sino en el uso de los colores y el claroscuro, o demás elementos, resaltados de la manera más eficiente, desde los filtros hasta la reducción de las fuentes lumínicas.
El documental también se acerca, de forma somera a la evolución del trabajo técnico del italiano, como lo termina siendo esa serie histórica sobre Roma (Imago Orbis), en la que en cierto modo, cambia algunos de sus parámetros, pero también es coherente con lo que ha investigado a través de los años, haciendo uso de la cámara, también su adpatación al cambio -de lo análogo a lo digital-, de lo natural a la artificialidad y a su tiempo, -teniendo como referencia que es un documental de 1992-. Sin dejar de lado, las propuestas y halagos que el italiano hace a Copolla, Bertolucci, al mismo Saura, con el que estaba iniciando un proyecto, y obviamente las anécdotas, pero en cada frase, parece resonar no sólo sabiduría sino una pequeña lección fotográfica, que hace de este pequeño documental, un trabajo realmente valioso.
Montaje Paralelo: Oficios del cine
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