"Es una locura amar, a menos de que se ame con locura."
Proverbio latino
La vida y obra de Jean Vigo, aunque corta, fue de gran influencia para el cine francés y para el audiovisual en general, por ese punto de vista documentado, que no sólo marcó al documental sino a sus producciones llenas de lirismo, libertad y un carácter anarquico, influencia de su padre, el militante anarquista Eugene Bonaventure de Vigo, y de sus propias experiencias y sentimientos. La obra del director francés, no sólo fue un punto de partida para el llamado Realismo poético, sino para movimientos como la Nouvelle Vague - y su amour fou-, Los 400 golpes de Truffaut y la libertad infantil, y un punto de referencia para lo nuevos realizadores, que desde 1951, reciben el premio Jean Vigo.
Cuatro títulos indispensables para la cinematografía mundial como A propósito de Niza, un documental o ensayo fílmico sobre las desigualdades de dicha ciudad, otro documental a modo de encargo pero innovador en sus tomas submarinas como Taris, y sus dos argumentales, un mediometraje, homenaje a la rebeldía y anarquismo infantil como Cero en Conducta y su gran obra El Atalante,entre el mito de la censura y antipatriotismo, que la ha hecho un clásico indiscutible de la cinematografía mundial, y de la película que vamos a escribir a continuación.
Escrita en conjunto por Vigo, Albert Riera y Jean Guinée - que adapta su propio cuento- relatándonos la historia de amor de Jean (Jean Dasté) y Juliette, unos recién casados, que emprenden su viaje de bodas a bordo del Atalante, una barcaza que navega por los canales cercanos del Sena. Con un tono poético que cubre el realismo de una historia de amor, y sus singulares personajes, la obra máxima de Vigo, es la simplificación de lo que se estaba planteando cinematograficamente en la Francia de los años 30, legado de la literatura naturalista, del cine de arte y de unos nuevos realizadores, influenciados por el surrealismo, las vanguardias y la belleza de la imagen, que es lo que se propone el director francés con este recorrido de cotidianidad, de pequeñas cosas y a la final de esos detalles que llaman al lirismo, como podemos observar en las primeras secuencias de Juliette (Dita Parlo), en las tomas acuáticas y demás, que se van alineando con la relación de esta pareja, con la historia de Pére Jules (Michel Simon), el marinero, lleno de cuentos y música y demás situaciones que se van deslizando por las aguas de lo cotidiano.
Con una estructura lineal en su narrativa, pero marcando el tiempo con la llegada a los puertos; El Atalante, es metáfora no sólo del amor y de la separación, sino de la transición de un cine industrial a uno mucho más independiente, libre y cargado de sentimientos aplicados a esa misma estructura.
Boris Kauffman y Louis Berger, fueron los artífices de la fotografía, diseño lumínico y trabajo de cámara de esta película, que no sólo depuraron técnicamente lo que se estaba realizando sino que construyeron a partir de las imágenes todo un ideario de lo poético, lo surrealista y el amor loco; Kauffman, el director de fotografía oficial y mano derecha de Vigo, no sólo puso en juego lo que aprendió con su hermano Dziga Vertov y del realismo ruso, sino que a través de su visión y experiencia con los demás trabajos del francés - hay que ver la tomas acuáticas de Tamis, los ralentis y demás- armó toda una serie de imágenes inolvidables y bellas, en todo el sentido estético, compositivo y artístico del cine.
La música original, la de Maurice Jaubert, no sólo es un complemento perfecto sino que asume la esencia del propio largometraje, su tono dramático pero a la vez bohemio, que resume a los propios personajes e historia. En este punto, haciendo conjunto con la música y la fotografía, cabe destacar el montaje de Louis Chavance, sus sobreimposiciones, y la estructura de la obra, y ante todo, esa secuencia ya mitica, en la que Jean se arroja al Sena, y en su locura, se sobreimpone la figura de Juliette, en una especie de danza bajo el agua, que es un punto referencial del cine y del realismo poético como movimiento.
Aunque los protagonistas son Dita Parlo y Jean Daste, quien realmente se debe llevar todos los elogios es Michel Simon, actor suizo, que encarna a un marino lleno de historias y ternura, que acoge casi en forma paternal a esta pareja de recién casados; de todas formas, las actuaciones de Parlo y Daste, casi en tono de cine mudo, funcionan, y tienen secuencias de gran validez en su mutismo o en su misma separación.
Una película esencial, bella en su imaginario y simpleza, que aún cautiva por sus concepciones cinematográficas y por una palabra que se ha repetido varias veces en el texto, y es la libertad, que fue esencial para Vigo, y para el desarrollo de este largometraje.
Zoom in: Considerada antipatriótica, mutilada en su estreno por la Gaumont, recortada y cambiada en su esencia.
Francois Truffaut la consideró como una obra esencial, y la hizo parte de su mismo trabajo.
Gracias a los cineclubes, se convirtió en obra de culto
El clima y la mala salud de Vigo, fueron el detonante para que éste no pudiera ver estrenado su único largometraje.
Montaje Paralelo: Sunrise (1927)
Cuatro títulos indispensables para la cinematografía mundial como A propósito de Niza, un documental o ensayo fílmico sobre las desigualdades de dicha ciudad, otro documental a modo de encargo pero innovador en sus tomas submarinas como Taris, y sus dos argumentales, un mediometraje, homenaje a la rebeldía y anarquismo infantil como Cero en Conducta y su gran obra El Atalante,entre el mito de la censura y antipatriotismo, que la ha hecho un clásico indiscutible de la cinematografía mundial, y de la película que vamos a escribir a continuación.
Escrita en conjunto por Vigo, Albert Riera y Jean Guinée - que adapta su propio cuento- relatándonos la historia de amor de Jean (Jean Dasté) y Juliette, unos recién casados, que emprenden su viaje de bodas a bordo del Atalante, una barcaza que navega por los canales cercanos del Sena. Con un tono poético que cubre el realismo de una historia de amor, y sus singulares personajes, la obra máxima de Vigo, es la simplificación de lo que se estaba planteando cinematograficamente en la Francia de los años 30, legado de la literatura naturalista, del cine de arte y de unos nuevos realizadores, influenciados por el surrealismo, las vanguardias y la belleza de la imagen, que es lo que se propone el director francés con este recorrido de cotidianidad, de pequeñas cosas y a la final de esos detalles que llaman al lirismo, como podemos observar en las primeras secuencias de Juliette (Dita Parlo), en las tomas acuáticas y demás, que se van alineando con la relación de esta pareja, con la historia de Pére Jules (Michel Simon), el marinero, lleno de cuentos y música y demás situaciones que se van deslizando por las aguas de lo cotidiano.
Con una estructura lineal en su narrativa, pero marcando el tiempo con la llegada a los puertos; El Atalante, es metáfora no sólo del amor y de la separación, sino de la transición de un cine industrial a uno mucho más independiente, libre y cargado de sentimientos aplicados a esa misma estructura.
Boris Kauffman y Louis Berger, fueron los artífices de la fotografía, diseño lumínico y trabajo de cámara de esta película, que no sólo depuraron técnicamente lo que se estaba realizando sino que construyeron a partir de las imágenes todo un ideario de lo poético, lo surrealista y el amor loco; Kauffman, el director de fotografía oficial y mano derecha de Vigo, no sólo puso en juego lo que aprendió con su hermano Dziga Vertov y del realismo ruso, sino que a través de su visión y experiencia con los demás trabajos del francés - hay que ver la tomas acuáticas de Tamis, los ralentis y demás- armó toda una serie de imágenes inolvidables y bellas, en todo el sentido estético, compositivo y artístico del cine.
La música original, la de Maurice Jaubert, no sólo es un complemento perfecto sino que asume la esencia del propio largometraje, su tono dramático pero a la vez bohemio, que resume a los propios personajes e historia. En este punto, haciendo conjunto con la música y la fotografía, cabe destacar el montaje de Louis Chavance, sus sobreimposiciones, y la estructura de la obra, y ante todo, esa secuencia ya mitica, en la que Jean se arroja al Sena, y en su locura, se sobreimpone la figura de Juliette, en una especie de danza bajo el agua, que es un punto referencial del cine y del realismo poético como movimiento.
Aunque los protagonistas son Dita Parlo y Jean Daste, quien realmente se debe llevar todos los elogios es Michel Simon, actor suizo, que encarna a un marino lleno de historias y ternura, que acoge casi en forma paternal a esta pareja de recién casados; de todas formas, las actuaciones de Parlo y Daste, casi en tono de cine mudo, funcionan, y tienen secuencias de gran validez en su mutismo o en su misma separación.
Una película esencial, bella en su imaginario y simpleza, que aún cautiva por sus concepciones cinematográficas y por una palabra que se ha repetido varias veces en el texto, y es la libertad, que fue esencial para Vigo, y para el desarrollo de este largometraje.
Zoom in: Considerada antipatriótica, mutilada en su estreno por la Gaumont, recortada y cambiada en su esencia.
Francois Truffaut la consideró como una obra esencial, y la hizo parte de su mismo trabajo.
Gracias a los cineclubes, se convirtió en obra de culto
El clima y la mala salud de Vigo, fueron el detonante para que éste no pudiera ver estrenado su único largometraje.
Montaje Paralelo: Sunrise (1927)
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