"Gente (Del lat. gens, gentis)
1.f. pluralidad de personas
Bien. 1. f. la de posición social y económica elevada."
-Real Academia Española-
Opera prima del cineasta y guionista colombiano Franco Lolli, que vivió gran parte de su vida en Francia, donde además de estudiar cine, primero en la Universidad Paul Valery, luego en la Sorbonne Nouvele y finalmente en La Fémis, donde no sólo concibió su primer cortometraje - trabajo de grado- sino el que le dio reconocimiento por sus múltiples premios en festivales de todo el mundo. Este bogotano con nombre de escenógrafo italiano, que tiene en la familia, la paternidad y las complejidades económicas su base para las historias, igualmente es un cineasta de gran sensibilidad, que ve en las actuaciones naturales - como decía en alguna entrevista- un buen punto de desarrollo para sus guiones de estructura lineal, contenidos dramáticamente y muy personales, como resulta siendo Gente de bien, película que tuvo muy buenas críticas en Europa, que tuvo su estreno colombiano hace unos pocos días, y es la película sobre la que vamos a escribir.
Fuente: http://www.sansebastianfestival.com/ |
Con guión del mismo Lolli junto a Virginie Legeay y Catherine Paillé, quienes centran la historia entorno a Eric (Brayan Santamaria), un niño de diez años que va a quedar a cargo de su padre Gabriel (Carlos Fernando Pérez), un carpintero que apenas sobrevive con su trabajo; la relación entre estos dos no sólo será difícil porque no se conocen sino por la smismas diferencias entre éstos. Maria Isabel (Alejandra Borrero), una acomodada mujer, a quien Gabriel le está haciendo unas reparaciones mobiliarias, se convertirá en el otro foco de atención del niño, quien verá en ésta, más que un reemplazo materno, una figura alterna a su propio padre. La realidades de estas familias se confrontarán cuando Maria Isabel, los invite a pasar unos días en la finca familiar, donde las diferencias sociales, los lazos - familiares- y sus entornos chocarán, se rechazarán por sus mismas contradicciones, ya no sólo sociales sino de sus mismas sensaciones de "no pertenecer", como finalmente pasa con estas personas.
Lolli, quien ha dicho en entrevistas que el guión se estructura en su misma infancia, al poder asumir la pérdida de un padre - ya que el padre de éste murió muy joven- también toma elementos de su propia cotidianidad en Bogotá, y que sin caer en moralismos, tiene un enfoque social sobre las brechas que se dan en esta sociedad, pero entendida como un todo, con la universalidad de una historia de decepciones y aceptación entre sus partes.
La fotografía realista de Oscar Durán, no sólo se alimenta de la luz natural sino unos colores fríos para la ciudad, y unos más cálidos para las secuencias de la finca, además de varios recursos, que se mantienen dentro de la línea narrativa y simplificador de la obra. Con un montaje realmente invisible, donde no se altera el tiempo, hilvanando una historia lineal, de planos largos y pocos movimientos, que igualmente están muy bien trabajados por los franceses Nicolas Desmaison y Julie Duclaux. Aunque la simplicidad va a ser relevante en esta puesta en escena, igualmente cada elemento cumple una acertada función tanto narrativa como de la misma idea -realista- que se quiere dar con el relato.
Y como muchos de estos elementos de la puesta en escena, son tan mesurados, el peso de la obra va a recaer en los hombros de los actores, que en este caso no sólo destacan sino que juegan un papel fundamental por la coherencia de sus mismas interpretaciones. Obviamente, el papel del niño Santamaria, es el más destacado, por su falta de experiencia y demás, pero en este caso no sólo es evidente al verlo en pantalla sino que su mismo personaje está tan bien construido, que se refuerza la misma fortaleza de su actuación, igualmente el papel que interpreta Alejandra Borrero, es más que destacable, pero para mi gusto, y quien se debe llevar los aplausos y elogios, es el actor Carlos Fernando Pérez, quien no sólo demuestra sus capacidades sino que viene a ser el personaje más sensible, contradictorio y con más matices durante todo el metraje.
Aunque la película me gustó, porque se aleja de ciertos tópicos del cine social, no tiene una moraleja o discurso crítico y se aleja de la sensiblería, de todas formas cae en modelos melodrámaticos, que más que buenos o malos, no son de mi agrado, restándole calidad a la obra (visión absolutamente subjetiva); sin embargo, la escena de la piscina en la qué el niño queda alejado de sus "amigos", el baile que une padre a hijo, y esas secuencias en las que el drama se reduce a la imágenes, son más que suficientes para considerar a esta obra, una más que sobresaliente opera prima.
Recomendable, porque su mayor fortaleza es la sinceridad y la sencillez de su puesta en escena, que nos muestra la realidad de una sociedad, pero nunca nos dice quienes son los antagonistas, los buenos y los malos de ésta.
Zoom in: Premiada en diversos festivales latinoamericanos
Los actores nunca conocieron el guión, y la mayor parte de sus interpretaciones están basadas en improvisaciones con guía del director.
Montaje Paralelo: Familia
No hay comentarios:
Publicar un comentario