"En la venganza, como en el amor,la mujer es más bárbara que el hombre."
Friedrich Nietzsche
Opera prima del brasileño Fernando Coimbra, quien después de un par de cortometrajes y premios, tuvo la oportunidad de realizar este thriller de amor, venganza e infidelidad en pleno suburbio carioca. Este cineasta, guionista y también actor (de teatro) nacido en Ribeirão Preto, hace parte de esa nueva camada de realizadores que han enfocado su obra a la clase media de su país, con ciertas dosis de elementos policíacos - o noir- y complejos entramados narrativos, pero que no se alejan del realismo de estas latitudes. Coimbra, que ha ganado varios premios por éste, su debut en el mundo del largometraje, es un director que saca la parte más oscura de sus personajes y los moldea a la realidad de este continente.
Con guión del propio director, basándose en un caso de la vida real, sucedido en décadas pasadas; el brasileño construye una estructura narrativa donde la mentira y la desazón moral son protagonistas. La desaparición de la pequeña hija de Sylvia (Fabiula Nascimiento) y Bernardo (Milhem Cortaz), no sólo es el hilo conductor de esta película, sino la base para mostrarnos un oscuro relato de bajas pasiones y deseo, que despertará Rosa (Thalita Carauta) no sólo en el propio Bernardo, de quien se hace amante, sino de la propia Sylvia, en quien encuentra una amiga, y una excusa para acercarse a esta familia; Rosa, la principal sospechosa del secuestro, nos cuenta su versión, y a partir de ésto, la mentira será el gran punto de giro de esta obra.
Un guión matizado por la venganza, la pasión, pero además por una sociedad, que parece no estar satisfecha con su propia comodidad, y Rosa, se termina convirtiendo en una especie de víctima de esa misma sociedad hipócrita. Igualmente, la historia, desarrollada desde la visión de los protagonistas, asume un papel de catalizador de los mismos sentimientos de estos personajes, sus personalidades, y el choque moral con lo establecido. Sin embargo, éste se queda corto - a excepción de su tramo final- cayendo en incoherencias y falsas representaciones, que siendo propias del género, aún así, no llegan a calar o asimilarse en la estructura del guión.
Un guión matizado por la venganza, la pasión, pero además por una sociedad, que parece no estar satisfecha con su propia comodidad, y Rosa, se termina convirtiendo en una especie de víctima de esa misma sociedad hipócrita. Igualmente, la historia, desarrollada desde la visión de los protagonistas, asume un papel de catalizador de los mismos sentimientos de estos personajes, sus personalidades, y el choque moral con lo establecido. Sin embargo, éste se queda corto - a excepción de su tramo final- cayendo en incoherencias y falsas representaciones, que siendo propias del género, aún así, no llegan a calar o asimilarse en la estructura del guión.
Con fotografía de Lula Carvalho, quien recientemente ingresó al cine hollywoodense, el cual sabe utilizar bastante bien los espacios reducidos y luz natural, para generar tanto dinamismo como un choque psicológico a partir de sus planos cerrados - muy bien construidos- a pesar de la limpieza de la imagen; igualmente el cinematógrafo brasileño, asume con gran calidad el desafío de retratar un thriller, con sus parámetros estéticos sin alejarse de las singularidades del color y temperatura de una ciudad "tropical" como las de Brasil, que en cierto sentido contrastan, y hacen más particulares las señales de esta obra. Es destacable la música, con ciertos aires electrónicos además de la sencilla ambientación, que se adapta al estilo del filme.
Si bien las actuaciones - para mí- no son las más destacadas, si vale la pena hablar del papel de Thalita Carauta, quien finalmente se lleva todo el peso dramático de la obra, asumiendo no sólo el papel de antagonista sino de víctima, de enamorada y obsesiva, que finalmente lleva su pasión a los límites de la locura.
Si bien es cierto que la opera prima de este director brasileño no me gustó - no sólo por su estilo o temática- si hay elementos bastante interesantes en el trabajo de este realizador, principalmente su contundente final, que se aleja de forma inteligente de los estereotipos de este género; asumiendo -a través del personaje de Rosa- un aislamiento y desnaturalización de la violencia, cuando el raciocinio es vaciado por la obsesión o la ciega pasión. Además, son innegables sus valores técnicos y el dinamismo de la propia historia, no sólo por el montaje sino por la misma estructura del guión que a pesar de sus evidentes fallos e incoherencias, que parecen estar dispuestos de esta forma, para generar más tensión y alteraciones narrativas.
Lejos de ser una gran película, si puede ser considerada una notable opera prima, de un director que parece coger fuerza no sólo en el cine de su país sino a nivel latinoamericano.
Zoom in: Ganadora y nominada en varias categorías, principalmente por el papel de
Thalita Carauta, por Opera Prima y drama en festivales latinoamericanos.
Montaje Paralelo: Secuestro
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