"No olvidemos nunca que el terrorismo es, en el fondo,
en su naturaleza maligna, una guerra psicológica."
Norm Coleman
Primera película que veo del director filipino Brillante Mendoza, ésta que es su última producción -hasta el momento- es una de las más conocidas de este graduado de artes en la Universidad Santo Tomás de Manila. Sin embargo, el nombre de este cineasta se ha hecho popular por los diversos galardones que ha recibido en Europa, por su estilo realista, crítica social y obviamente por poner en el mapa cinematográfico a su país.
El director filipino, que llegó tarde al oficio de cineasta, -con más de 40 años dirigió su primera película-, ha convertido a su país en el centro y punto de atención no sólo de sus historias sino de una especie de visión cruel de éste. Un realizador que en pocos años, además de ganar varios premios de crítica ha convertido sus obras en parte de la cultura cinematográfica europea - y mundial sí se quiere-, ya que sus temáticas violentas y de degradación moral parecen tan afines en los países latinoamericanos, y a cierta parte del público y crítica.
Acercándose a la veintena de películas, en tan sólo 10 años de carrera, este prolífico y constante realizador, que se formó en el mundo publicitario, no sólo es el más conocido de su país sino que ha conseguido que su nombre suene constantemente en los titulares del mundo del cine, y tener la presencia de grandes actrices como Isabelle Huppert, quien es la protagonista de Captive, película que vamos a reseñar a continuación.
Este drama basado en sucesos reales, está firmado por el propio Mendoza junto a Patrick Bancarel, Boots Agbayani Pastor y Arlyn de la Cruz, centrándose en el tortuoso camino al que se debieron enfrentar los secuestrados del hotel Dos Palmas de Palawan, por parte de la insurgencia islamita de Filipinas; Mendoza, reunió una serie de eventos y situaciones relacionadas a estos actos por parte Abu Sayyaf Group (ASG), entre otras, reduciéndolo a una sola idea, que es Captive.
Este trabajo, mezcla de película de supervivencia (survival movies) y recreación histórica reciente, pone todo su eje dramático en el papel de Thérèse Bourgoine (Isabelle Huppert), una voluntaria francesa - católica- que ha llegado a la isla de Palawan, principalmente en una misión humanitaria; tras su secuestro, junto a otras personas, iremos observando no sólo como reacciona esta mujer sino toda complejidad moral y política, que se mueve en este círculo tanto de los secuestradores, los políticos del país y de los mismos secuestrados.
Aunque la película se queda corta narrativamente, y su atención está dirigida a la actuación de Isabelle Huppert, son su fotografía y la construcción de personajes, los puntos más fuerte de este trabajo, que peca por su aplacado registro de una realidad y no ir más allá; aún así, es destacable que la película no tome partido frente a secuestradores/secuestrados, y que implícitamente critique al gobierno de turno, y las contradicciones que se dieron frente a ese y otros sucesos parecidos.
Con la dirección fotográfica de Odissey Flores, -que ha participado en las últimas películas de Mendoza- quien sabe conjugar un estilo realista con ciertos aires "mágicos", y obviamente apuntarle a la luz natural, principal factor estético de esta obra que tiene a la selva y el mar como sus principales fondos para hablar sobre la condición humana, en sus mejores y peores formas. De la música no hay mucho por destacar, aunque tiene un gran trabajo sonoro, que obviamente tanto su parte diegética como extradiegética se centra en un naturalismo casi cercano al documental, a una puesta en escena que busca la realidad en su máxima expresión - a excepción de la parte final, donde vemos una secuencia casi de realismo mágico filipino, metáfora de la esperanza que trata de dar el director-.
Aunque no son tantos los elementos a destacar, -como escribía más arriba-, su fotografía y manejo de cámara, atrapan al espectador y le da ciertos valores artísticos, facilitando la accesibilidad a esta película de temática compleja, con cierta dureza, que parece ser un elemento básico en el trabajo de Mendoza.
Aunque no me voy a detener demasiado en la actuación de Huppert, que para mí, es bastante dramática y a la vez exagerada, aún así, es el centro de atención de esta obra, y funciona, por que finalmente el personaje va evolucionando, en esos, casi, 400 días que estuvo secuestrada.
Como escribía al inicio de este post, es la primera película que veo de Mendoza, y hasta cierto punto, es una decepción, porque finalmente, no aporta mayor cosa a una cinematografía desconocida para la mayoría, y a la vez no reflexiona sobre la misma situación o generando nuevos lenguajes audiovisuales, quedándose en la mera representación de un hecho o suceso, que perfectamente podría haber sucedido en cualquier parte del tercer mundo y quedar registrado en un docureportaje sin mayores pretensiones.
Sin ser recomendable o una película genial, igualmente es un posibilidad de acercarse - de forma accesible- al cine de un país como Filipinas.
Zoom in: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes
Montaje Paralelo: Secuestro - Terrorismo
Aunque no son tantos los elementos a destacar, -como escribía más arriba-, su fotografía y manejo de cámara, atrapan al espectador y le da ciertos valores artísticos, facilitando la accesibilidad a esta película de temática compleja, con cierta dureza, que parece ser un elemento básico en el trabajo de Mendoza.
Aunque no me voy a detener demasiado en la actuación de Huppert, que para mí, es bastante dramática y a la vez exagerada, aún así, es el centro de atención de esta obra, y funciona, por que finalmente el personaje va evolucionando, en esos, casi, 400 días que estuvo secuestrada.
Como escribía al inicio de este post, es la primera película que veo de Mendoza, y hasta cierto punto, es una decepción, porque finalmente, no aporta mayor cosa a una cinematografía desconocida para la mayoría, y a la vez no reflexiona sobre la misma situación o generando nuevos lenguajes audiovisuales, quedándose en la mera representación de un hecho o suceso, que perfectamente podría haber sucedido en cualquier parte del tercer mundo y quedar registrado en un docureportaje sin mayores pretensiones.
Sin ser recomendable o una película genial, igualmente es un posibilidad de acercarse - de forma accesible- al cine de un país como Filipinas.
Zoom in: Festival de Berlín: Sección oficial de largometrajes
Montaje Paralelo: Secuestro - Terrorismo
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