7 jun 2014

1er Italcine: Le Conseguenze dell´amore/Las consecuencias del amor


                             "El amor es una enfermedad inevitable, dolorosa y fortuita."
                                                                                                             Marcel Proust

El nombre de Paolo Sorrentino, se ha vuelto bastante popular después de su película La Gran Belleza, sin embargo este director napolitano ya se había labrado una carrera en su Italia natal, consiguiendo varios David de Donatello tanto a mejor película como a mejor dirección. Sorrentino, guionista de todas sus películas, es un director que elabora cuidados y bien fundamentados retratos sobre la naturaleza humana, personajes que se integran a una cuidada fotografía y estilización, bordeando lo dramático con las ambigüedades propias de sus historias, personalidades e intereses. El cine del italiano, se debate entre personajes solitarios, introvertidos con una dinámica puesta escena, de contrastadas percepciones entre los real, lo absurdo y la moral misma de cada uno de estos personajes.

El reconocimiento internacional de Sorrentino, vino con Las Consecuencias del amor, película escogida para ser mostrada en el Primer Ciclo de Cine Italiano en Colombia, y otra de las obras -la segunda- que tuvimos la oportunidad de ver en La Cinemateca Distrital.


Las Consecuencias del amor, es la segunda película de Paolo Sorrentino, ganadora de los premios más importantes del cine italiano y una mirada a la soledad humana imbuida en la elegante figura de Titta di Girolamo (Toni Servillo), un hombre de cincuenta años, que pasa sus días en un hotel suizo entre el humo del cigarrillo, el silencio, observando la vida sin demostrar sentimientos o emociones. Titta, guarda un secreto inconfesable.

Sorrentino, escribe un guión en donde la tristeza se acomoda a este thriller dramático, que tiene como fondo una historia de amor, en este caso, las consecuencias de un amor tan silencioso y sobrio como el personaje que interpreta el gran Toni Servillo, actor fetiche del director italiano, que en gran medida, es, no sólo el eje conductor de este largometraje sino de la propia atmósfera de elegancia, melancolía, soledad e hipnótico lirismo que complementan la fotografía, cámara y música.

Los primeros minutos de la película van a marcar el estilo de ésta, un filme que utiliza las composiciones y planos abiertos, para reducir a los personajes, la voz en off de Servillo como elemento narrativo, sus dinámicos y muy bien pensados movimientos de cámara y una rara poesía que se va desprendiendo de los encuadres, sonido y obviamente de la fotografía de un colaborador habitual del italiano, como lo es Luca Bigazzi.


Sorrentino, junto a su habitual equipo de trabajo, logra generar o mostrarnos el agobio de este hombre y la melancolía de los demás personajes que rodean a di Girolamo, esto, en parte gracias a la fotografía de Luca Bigazzi, cinematógrafo italiano, que en los últimos años ha configurado un trabajo, donde la luz hace parte de la psicología del personaje todo esto bajo un impecable manejo del color, composición y lirismo que va construyendo tanto en exteriores como en interiores, en donde juega principalmente con los reflejos, perspectiva, y como lo hace en el hotel, con la simetría y los detalles; en cierta forma el hotel suizo, se termina convirtiendo en un personaje más y un elemento que afecta a la propia narrativa, ya que este es el destino del personaje que encarna Servillo, un ex contandor recluido forzosamente allí  por la mafia italiana.

Además, de la excelente fotografía y trabajo de cámaras - son geniales las secuencias del inicio del largometraje, como la escena en el que le cuenta su gran secreto a la chica del bar-, la música de Pasquale Catalano junto a otros artistas como Mogwai o Lali Puna complementan y a la vez contrasta con la elegancia del filme encajando perfectamente con el sentimiento de soledad y tristeza que esta película logra con cada una de sus secuencias que funcionan por un montaje rítmico que sin dejar de ser analítico, expresa los sentimientos y cualidades de los personajes, de la consecuencias del amor, de la ironía de los secretos.   

Sin embargo, los aplausos para esta película deben estar destinados a Toni Servillo, que no sólo crea un estupendo papel sino un entrañable personaje alejado de virtudes, cínico e impertérrito; solitario y con la culpa de un pasado que le pesa en sus modales, silencios y maneras; Servillo, recoge lo mejor de los clásicos actores italianos, principalmente la elegancia de Mastroianni pero adaptado a sus cualidades teatrales, a su mismo aspecto y adaptabilidad. Igualmente, no podemos dejar de lado a Olivia Magnani, objeto de deseo de Titta, quien brinda una más que acertada actuación y que en definitiva, con su belleza, es entendible que el personaje de Servillo, encarara a la Cosa Nostra. 


Personalmente, la película que más me gustó de las cuatro que tuve la oportunidad de ver, que sin ser perfecta, ya que en su parte final Sorrentino, aunque demuestra un excelente pulso narrativo, no logra encajar la acción con la sutileza de los pensamientos y reflexiones de Titta di Girolamo, aún así su fotografía, el trabajo de cámara, música, actuación y esa sensación de tristeza que embarga a gran parte de los personajes, es más que suficiente para ponerla dentro de mis películas favoritas.

Las consecuencias del amor, es una mirada sobre la soledad, la nostalgia y obviamente sobre ese sentimiento tan indescriptible por el que algunos hasta mueren; Sorrentino, logra poner en escena ese sentimiento a través de los ojos de un hombre tan elegante, misterioso, insomne y metódico, que sólo añoraba su pasado, como muchos añoran el suyo.  



Zoom in: Nominada a la Palma de Oro en Cannes, Cinco premios David di Donatello, incluyendo mejor película.

Montaje Paralelo: Drive (2011) - As tears go by (1988)


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