8 jun 2014

1er Italcine: I Viceré/ Los Virreyes


                        "Todo aquel que aspira al poder ya ha vendido su alma al diablo."
                                                                                                                            Goethe

Tercera película que se tuvo la oportunidad de ver del primer ciclo de cine italiano -Italcine-en la Cinemateca Distrital, que en esta ocasión "brilló" por sus fallas técnicas, principalmente el sonido -lo últimos 30 minutos de esta película, la vimos con el sonido al mínimo- y el desenfoque de la imagen, elementos que le restaron a una interesante película dirigida por Roberto Faenza, cineasta italiano nacido en Turín, que lleva más de cuatro décadas en la profesión; este graduado en Ciencias Políticas y diplomado en el Centro Sperimentale de Cinematografía, ha recibido varios premios por su cine de carga política y adaptación literaria, además de cineasta, es un escritor que principalmente se cuestiona sobre los Medios Masivos y la contrainformación.

Faenza, ha logrado adaptar o trasponer varias obras de la literatura italiana al lenguaje cinematográfico no sólo con cierto éxito comercial sino con creatividad, que muchas veces se traduce en premios o nominaciones en festivales, en este caso con Virreyes - película de la que vamos a escribir- la cual ganó cuatro de las siete nominaciones en los David di Donatello del 2007.


Adaptación de la novela homónima de Federico De Roberto, escrita a varias manos por el propio Faenza junto a Filippo Gentili, Andrea Porporati, Francesco Bruni con la colaboración de Tullia Giardina y Renato Minore. Crónica dramática de la decadencia de una familia de nobles italianos, descendientes de los virreyes, durante la unificación italiana y últimos años de la dominación borbónica en Sicilia en el meridiano del siglo XIX; pero más allá de una película histórica o del relato de los cambios que influirían en la política italiana del siglo XX, es el choque entre dos generaciones, entre padre e hijo, que finalmente llevan en la sangre el ansía de poder y la mezquindad de la nobleza. 

La película se concentra principalmente en el papel de Consalvo, último heredero de la familia Uzeda, a través de los ojos de éste, veremos los cambios sociales de una sociedad y una familia repleta de secreto, pasiones y odios que también se vivían en las calles del llamado Reino de las Dos Sicilias, hasta la caída o unificación de éste con el Reino de Italia.

Como película histórica nos va mostrando los diversos sucesos de esos años, el desembarque de Garibaldi, la toma de Roma hasta el inicio de la vida Parlamentaria, en cada uno de estos hechos estarán presentes el propio Consalvo, su padre y familiares, en los que, cada uno de éstos, mostrarán la peor cara de la aristocracia, su cínico y despótico interés por el dinero y mucho más, un reflejo de lo que sería la corrupción en el estado italiano.

Consalvo (Alessandro Preziosi) y su padre Giacomo (Lando Buzzanca)

Con una correcta y naturalista fotografía Maurizio Calvesi, crea una atmósfera de lujo complementada por el vestuario de Milena Canonero y un excelente Diseño de Producción, que sabe retratar y ubicarnos en la Sicilia de la mitad del siglo XIX y aún parte de los inicios del siglo XX. Es igual de destacable la música de Paolo Bounvino y sus notas que encajan perfectamente con las situaciones, sentimientos y contexto de esta historia de hombres prepotentes, poco intelectuales, místicos y corroídos por una naturaleza de odio e intrigas, obsesionados por el dinero o como veremos al final del largometraje, por el poder, que en manos de los Uzeda, parece estar más cerca a la corrupción.

Como suele suceder en este tipo de películas, el trabajo técnico destaca por encima del trabajo artístico, sin embargo las actuaciones y guión son equilibradas con el mismo aspecto de la película, que siendo un filme dramático, tiene sutiles cuotas de humor y una inteligente aunque lineal estructura, a excepción de la presentación, en la que vemos no sólo la decadencia de la división de este reino sino de la vida del propio Consalvo (Alessandro Preziosi), haciendo parte del parlamento italiano y recordando su vida.


La película tiene a favor una excelente puesta en escena y que está adaptada de uno de las mejores libros del verismo italiano, mostrándonos la cara oscura y patética de la aristocracia italiana, de la degeneración de éstos, y una muestra del tránsito entre el feudalismo y la naciente democracia, que más que afectar a esta familia, simple y sencillamente la va encumbrando en otra forma de corrupción, como lo es la política, o como mejor lo describe el personaje de Consalvo.

Además, cada uno de los personajes está muy bien construido, algunos aún cayendo en el estereotipo, salen bien librados por un guión compacto, que sin ser perfecto, aminora la complejidad de contar tanto en tan poco tiempo. Obviamente, el punto más fuerte, es la relación entre padre e hijo, siendo los personajes mejor construidos.     


Aunque, no es una película perfecta y en ciertos pasajes cae en una retahíla de la moral de los personajes, es su cuidada ambientación, fotografía y aún humor inconsciente, lo que hace de este largometraje un buen ejercicio histórico con un brutal drama sobre la decadencia humana y social,  en cierta forma se convierte en un espejo de las realidades políticas de la Europa de comienzos del siglo XX, y peor aún de épocas más cercanas o posiblemente de los que están viviendo hoy en día.

Un trabajo que se fundamenta en sus cualidades técnicas y en un director con cierta simpatía por el cine político, entregando una obra que sabe mezclar la didáctica de la historia con las complejidades de la relaciones filiales.


Zoom in: Película ganadora de cuatro David di Donatello y dos Cintas de Plata (Nastro d ´Argento) por el sindicato de periodistas de cine.
Además del cine, fue presentada como una serie televisiva divida en dos partes, trasnmitida por la RAI.
Según el director la película no fue invitada al Festival Internacional de Cine de Roma, ya que era una férrea crítica a la Transformación política (tranformismo).

Montaje Paralelo: Aristocracia - Siglo XIX

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