24 may 2014

Eurocine: Karakter


                               "El carácter es la fuerza sorda y constante de la voluntad."
                                                                                     Herni Dominique Lacordaire 

En la sección de En Foco, 20 años, la intención era ver el trabajo de Jan Sverak, como había hecho en los últimos Eurocines, aunque desafortunadamente no se pudo ver el trabajo de este director checo, optamos por un clásico del cine europeo como Karakter, película que había visto hace unos años y de la que prácticamente no me acordaba; un trabajo que al día de hoy, sigue siendo parte fundamental del cine noreuropeo. Dirigida por Mike van Diem, cineasta holandés que a pesar de haber recibido un Oscar (Mejor película extranjera) y varios premios por sus cortometrajes, es éste su único largometraje.

Este graduado de la Netherlands Film and Television Academy (NFTVA) quien principalmente ha trabajado en el mundo de la publicidad, realizando comerciales, sigue apegado al mundo del cine, en coproducciones, películas en conjunto, entre otros; sin embargo, fue con su opera prima y hasta el momento único largometraje, que obtuvo tanto la fama, reconocimiento y consolidación en el mundo del cine, o en este caso en la publicidad.


Escrita a varias manos por Ruud van Megen, Laurens Geels y por el propio director, tomando como base el libro homónimo de Ferdinand Borderwik y su novela corta Dreverhaven en Katadreuffe. Relato dramático ambientado en los años veinte, centrado en las figuras de un ambicioso joven y un brutal recaudador de impuestos, padre e hijo y enemigos de su propio carácter.

Este largometraje holandés ganador a mejor película de habla no inglesa en los Oscar de 1997, es considerada por la crítica como una de las mejores obras europeas de esa década, principalmente por su cuidada ambientación, actuaciones y guión sobre las dificultades, problemáticas y complejidades de las relaciones familiares, sin dejar de lado la historia de superación, todo bajo el manto sombrío de la depresión que se vivía en la época y atmósfera casi noir  de un puerto comercial.

Con un dinámico pulso narrativo, la película nos muestra la confrontación entre padre e hijo, entre Jacob Katadreuffe (Fedja van Huêt) y Dreverhaven (Jan Decleir), cuando el primero decide enfrentarle y recriminarle su ausencia, enemistad y decirle que ya ha juramentado como abogado, que se ha superado a sí mismo. Con la muerte de Dreverhaven y Jacob como sospechoso, es donde la película se convierte en un flashback, que nos cuenta la vida de estos personajes, sus encuentros, enemistad y una mujer en común (Betty Schuurman); además nos va mostrando progresivamente, el ascenso del inteligente y ambicioso Jacob,  la frialdad y miedo que inspira el brutal patriarca, los silencios de una madre abnegada, los inicios de un incipiente comunismo y una época que venía de la Primera Guerra mundial y sus consecuencias.  





Con la estupenda fotografía de Rogier Stoffers, -posiblemente su mejor trabajo- y la ambientación de Alfred Schaaf y Rikke Jelier en el Diseño de Producción los cuales se ponen al servicio de una estética que vira perfectamente entre el Expresionismo y el cine Noir, no sólo por su fotografía dura, vestuarios, composición y frío entorno sino por las mismas actuaciones, en donde la sobriedad y laconismo se concentran en los rostros y la Róterdam de los los años 20; esto no quiere decir, que sea una película pausada en su narrativa, por el contrario, es el dinamismo del montaje de Jessika de Koning, el trabajo de cámaras y la música de Paleis van Boem, los que conjugan de forma acertada este drama, que en sus primeros minutos, marcan de gran manera una "épica" batalla entre padre e hijo, entre pasado y futuro de una Europa en pleno cambio.

Aunque la película pueda pecar de cierta exageración tanto en su personajes como en la misma puesta en escena, es en este punto, donde finalmente radica su éxito, su guión duro y sin concesiones se adapta a los claroscuros y sombrío recovecos del puerto en donde se desarrollan gran parte de las acciones. Además de todos estos aciertos técnicos y de su guión, son las actuaciones del veterano Jan Decleir y de Fedja van Huêt, con su progresivo cambio, los que más destacan dentro de un acertado reparto. 
    


Una de esas películas, que aún al día de hoy, se hacen necesarias por su excelente ambientación, fotografía y trabajo de cámaras, respaldado por un guión redondo y universal, que si bien carece de sorpresas o de novedades cinematográficas, es en su ejecución y puesta en escena, donde tiene su mayor fortaleza, junto a la historia de un hombre que en medio de la adversidad sale adelante.

Más allá de ser una obra maestra del cine europeo, si puede considerada como una de las mejores películas holandesas, y el mejor debut para un director, del que poco se ha vuelto a hablar pero logrando un acertado retrato de la década de los años 20 en Róterdam, su puerto y dramas familiares cubiertos por una neblina de sentimientos y desazones.

Una de las películas más interesantes que tuve oportunidad de ver en Eurocine junto a Mammu, es tevi mílu y Dummy Jim.

Zoom in: Oscar a mejor película extranjera 1997

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