"Tal vez sea el ave más visible en las rutas de nuestro país
dado que aprovecha la carroña de animales atropellados
por automóviles...."
Segunda versión de la Cita con el cine Latinoamericano (CICLA), de nuevo la Cinemateca Distrital - con apoyo de Los Agregados culturales de América Latina- abre sus puertas a esta muestra de las últimas o más recientes producciones suramericanas, en total 12 películas fueron seleccionadas, con directores tan importantes como Pablo Trapero, de quien tuvimos la oportunidad de ver Carancho, película que ha ganado varios premios no sólo en la propia región sino en Europa y en diversos festivales.
Pablo Trapero, está considerado como uno de los cineasta argentinos más importantes, no sólo por su cine realista que retrata a la gente del común sino por sus temáticas, que tienen como fondo a la injusticia social que viven sus protagonistas -y no muy alejado de la realidad latinoamericana y obviamente, de la misma Argentina-.
Este realizador, que estudió en la Universidad del Cine, y que en sus inicios dirigió una serie de cortometrajes, se ha ganado su lugar en el cine argentino, latinoamericano y aún mundial, con sus trabajos inteligentemente narrados y con una visión cotidiana pero cinematográfica de su país, pero que puede estar reflejada en Bogotá, Lima o Montevideo.
Trapero dándole indicaciones a sus actores |
Escrito a varias manos, el guión de esta película está firmado por el propio Trapero, Alejandro Fadel, Martín Mauregui y Santiago Mitre -quien ya había colaborado con el director argentino-, quienes nos acercan al encuentro de dos vidas totalmente diferentes pero unidas por la misma desgracia y por el amor.
La película inicia con la golpiza que le están dando a Sosa (Ricardo Darín), abogado sin licencia que (mal) vive de las víctimas de los accidentes de tránsito; gracias a los contactos con diversas personas, -entre ellos los trabajadores del hospital-, éste llega primero a los accidentes para prestar sus servicios en nombre de la fundación -ilegal- en la que trabaja; en uno de esos "trabajos" conocerá a Luján (Martina Gusmán) una joven médica que hace guardias en el hospital de la provincia; su relación será una mezcla de amor y odio, no sólo por la actividad de Sosa sino porque Luján terminará involucrada en este mundo, que parece no tener salida.
Trapero, entrega una película con una fuerte influencia social, sin caer en denuncias, por el contrario, es una película de acción -dramática, que sabe manejar de forma acertada el tema de las estafas a las aseguradoras y el mundo criminal detrás de todo ésto. El director argentino, sabe sortear bastante bien la historia de amor y el drama tanto en los personajes encarnados por Darín y Martina Gusman, como en las situaciones que se irán desencadenando por la relación de éstos, principalmente de Sosa, que intentando retomar el camino de su vida y profesión, se dará cuenta lo difícil que es salir de esa espiral de estafas, mentiras y crimen, en la que están involucrados tanto el hospital, la policía y los mismos accidentados.
Como suele suceder en estos trabajos, el peso dramático está sustentado principalmente por sus actores principales, en este caso la actuación de Darín, no sólo es convincente sino que explota las mejores cualidades de este consagrado actor argentino, que siempre está en esa delgada línea del personaje oscuro, antihéroe que encarna las complejidades mismas del latinoamericano.
Como suele suceder en estos trabajos, el peso dramático está sustentado principalmente por sus actores principales, en este caso la actuación de Darín, no sólo es convincente sino que explota las mejores cualidades de este consagrado actor argentino, que siempre está en esa delgada línea del personaje oscuro, antihéroe que encarna las complejidades mismas del latinoamericano.
Realista en todo el sentido de la palabra, esta película de fotografía naturalista, nocturna y contrastada, se centra en los personajes y en la credibilidad de las situaciones, dirigida con propiedad por el el cinematógrafo Julián Apezteguia, fotógrafo habitual del cine argentino, que en esta película utiliza bastante bien las fuentes artificiales y naturales para las escenas nocturnas, y mucho más discreto en los interiores del hospital, en resumen una fotografía lograda, y que aporta el tono realista que Trapero, busca en este trabajo que reflexiona sobre las consecuencias de los actos.
Aunque es inevitable, no ver las influencias del cine de Iñarritu y un poco de Al límite de Scorsese, el cine de Trapero, tiene una personalidad definida y una clara estructura, es un cine que sabe reflejar perfectamente las particularidades latinoamericanas, y obviamente a Argentina, pero con contextos universales, que saben apoyarse en logradas actuaciones, acción controlada y personajes - como en el cine de Paul Haggis- trágicos, marginalesy solitarios, que viven al límite cuando sus propias vidas se ponen a prueba, cuando el azar los une; personajes reales, que tiene marcados su sino, su destino en su propio cuerpo, en sus propias cicatrices.
Una película, que además de su acertadas actuaciones y ambientación, tiene una excelente secuencia final, que si bien tiene un dejo a lección moralizante, no sólo esta muy bien rodada sino que narrativamente tiene una gran fortaleza, y es acorde a la estructura de este largometraje de ambiente fatalista y desesperanzador.
Zoom in: Arrasó en los premios Cóndor (Argentina)
Carancho tuvo su premiere mundial en el último Festival de Cannes, donde se vio en la sección oficial Una Cierta Mirada.
Martina Gusmán, la protagonista de este filme, además de ser la actriz fetiche de Trapero, es su esposa y productora de sus películas.
Montaje Paralelo: Biutiful (2010)
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