"La comunidad indígena Wayuú cuenta el tiempo en soles, lunas y lluvias. Así, un año son 365 soles, 12 lunas y una precipitación. Doce lunas es período en el que las niñas en plena pubertad son encerradas en rigurosa soledad para dejarse inculcar valores y costumbres propias de la comunidad que dan paso a la edad adulta."
Priscila Padilla es una de las documentalistas y realizadoras cinematográficas colombianas más premiadas de los últimos años, directora que se ha internado en las manifestaciones culturales del país; esta guionista, productora y cineasta egresada del Conservatoire Libre du Cinemá Francaise, en París, Francia; no sólo ha retratado a un país, sino que se ha internado física y socialmente con las comunidades a las que ha tenido acceso.
Conocida por su documental "Nacimos el 31 de diciembre", esta realizadora ha visto en los Wayuu, en su cultura y habitantes, no sólo un tema a mostrar, sino - de la manera más respetuosa y espiritual- una comunidad llena de vivencias y ritos, que manifiestan a un país antropológica, étnica y socialmente.Esta colombiana, ha logrado convertirse - como lo ha hecho Marta Rodriguez, entre otras- en voz e imagen de ese otro país, que gracias a los documentales, al cinema verité, conocemos.
La eterna noche de las doce lunas, es un documental antropológico-etnográfico, en donde la realizadora y su equipo se acercan e integran, a uno de los ritos y tradiciones más importantes de la comunidad Wayuu, rito que marca el paso de niña a mujer; y una mirada cercana e integral a todo lo que se mueve y enfrenta frente a este ritual ancestral. El título del documental, responde al tiempo e idea de lo que le sucede a la niña Wayuu; con la llegada de su primera menstruación, y el periodo de las doce lunas en las que estará aislada
Padilla, la directora, convivió con la comunidad cerca de un año, donde se fue empapando tanto de sus tradiciones, hábitos y costumbres, su lengua y una conexión tanto social como espiritual con los Wayuus; proceso en el que trabajó con ellos, se ganó su confianza y, como señalaba Foucalt, en estos "intercambios de saberes" existe una relación de poder, que se pueden identificar en la imagen; imagen cinematográfica, imaginerías de la comunidad Wayuu.
Conocida por su documental "Nacimos el 31 de diciembre", esta realizadora ha visto en los Wayuu, en su cultura y habitantes, no sólo un tema a mostrar, sino - de la manera más respetuosa y espiritual- una comunidad llena de vivencias y ritos, que manifiestan a un país antropológica, étnica y socialmente.Esta colombiana, ha logrado convertirse - como lo ha hecho Marta Rodriguez, entre otras- en voz e imagen de ese otro país, que gracias a los documentales, al cinema verité, conocemos.
Priscila Padilla |
Padilla, la directora, convivió con la comunidad cerca de un año, donde se fue empapando tanto de sus tradiciones, hábitos y costumbres, su lengua y una conexión tanto social como espiritual con los Wayuus; proceso en el que trabajó con ellos, se ganó su confianza y, como señalaba Foucalt, en estos "intercambios de saberes" existe una relación de poder, que se pueden identificar en la imagen; imagen cinematográfica, imaginerías de la comunidad Wayuu.
Durante este proceso, tanto de investigación y realización de su anterior documental, Padilla, se encuentra con el tema y con su protagonista; el encierro: "es el ritual por medio del cual una niña pasa a ser mujer y aprende a comportarse como tal, según las tradiciones de la sociedad wayúu. En esta etapa a la niña se le inculcan valores fundamentales como el respeto, la responsabilidad, la honestidad, la solidaridad y el amor, entre otros, y se le aconseja sobre cómo debe comportarse. Además, se le enseñan los quehaceres del hogar y la labor más importante para una mujer wayúu: el arte de tejer." (1); y con Filia Rosa Urana, "Pili", una niña de doce años que quiere seguir las tradiciones de sus ancestros y cultura, quien finalmente será tan importante como el propio ritual, pero que, a través de éste,reconocerá en su propio ser y en su cultura, un cambio y una idea, de "adaptación".
Grabado en la Ranchería Karequishimana, cerca de Maicao (Guajira), este documental de gran calidad visual y sonora, no recurre tanto a testimonios o entrevistas, sino que lo hace a través de los sonidos de la propia tierra, la lengua wayuu y su sabiduría.
La excelente fotografía de Daniela Cajías, quien junto a Viviana Gómez Echeverry (cámara), hacen de la luz natural de la ranchería, las puestas de sol y el ambiente mismo de este apartado rincón colombiano; todo un ejercicio de diseñar con luz, tanto en sus composiciones, detalles y color.
Aunque, podemos hablar de un matriarcado cinematográfico, encabezado por Priscila Padilla, y un equipo donde las mujeres predominan, no solo por la temática y respeto frente al ritual, destacan el diseño sonoro de Vladimir Díaz, uno de los pocos hombre que participan en la producción.
Junto a Apaporis (Antonio Dorado), uno de los pocos documentales colombianos que se han estrenado en salas comerciales del país (Avenida Chile), que gracias a sus premios, invitaciones y calidad, se han abierto camino, para que el público colombiano acceda, no sólo a estas miradas sino a esas culturas, ritos y saberes ancestrales, que desconocemos, despreciamos o simple y sencillamente dejamos pasar.
Un documental, con un excelente trabajo de producción, investigación, que con ciertas limitantes, aún así es un documental dinámico, visualmente poderoso, y que nos pone en contacto con nuestras culturales indígenas, sus tradiciones y el tejido, que como lo señalaba anteriormente el texto de la Biblioteca Nacional, el arte del tejer, es parte tanto de su cultura, de su posición como mujer y, principalmente una herencia milenaria que se traduce en las forma y colorido de tales manualidades.
Un trabajo tan recomendable por su producción y finalización, como por la oportunidad de visualizar en una pantalla gigante, el documental colombiano, la producción de este país, en donde podemos reconocer. como arijunas, nuestra herencia, esencia y visión de mundo.
Zoom in: Premio India Catalina, Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias –FICCI-, Colombia, 2013.
Mejor Documental Latinoamericano, Festival Internacional de Cine Latinoamericano de Toulouse, Francia, 2013
Montaje Paralelo: Nacimos el 31 de diciembre (2011)
Las fotos utilizadas son de la páginas: Proimágenes: http://www.proimagenescolombia.com//secciones/cine_colombiano/perfiles/perfil_persona.php?id_perfil=3943 confidencialcolombia: http://confidencialcolombia.com/es/1/803/7915/En-la-piel-de-Priscila-Padilla-Priscila-padilla-eterna-noche-doce-lunas.htm
Es una pena que el mercado de los documentales siempre parezca tan cerrado al público. Esta pieza suena increíblemente interesante pero me temo que no será fácil encontrarla por aquí, al menos a corto plazo.
ResponderEliminarSaludos.
Si, desafortunadamente eso pasa con los documentales, aunque es posible que para algún festival, o Muestra lleven, este muy logrado relato sobre la cultura Wayuu, un saludo igualemente
ResponderEliminardonde puedo ver el docuemental , se ve muy interesante
ResponderEliminardonde puedo ver el docuemental , se ve muy interesante
ResponderEliminarAunque no está disponible en la red, es posible que en señal Colombia o en muestras de cine documental, pero infortundamante no está en internet, por ahora
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