Baudalaire"Una París mítica y fantasmagórica, es polisémica y polifónica,tal como la modernidad que le da sustento."
Última película del director francés Cédric Kaplish, un director que goza de popularidad en su país natal y que, en sus puestas en escena se inclina por los detalles y las pequeñas cosas de la vida, ofreciendo una mirada particular y cotidiana, que se refleja en sus personajes, calles, ciudades y rostros.
Con una filmografía que va desde el cortometraje, documental, televisión y siete largometrajes con diverso éxito y temática, el francés ha logrado posicionarse como un director de cine de historias intimistas, donde los sentimientos y emociones son pasajeros.
Cédric Kaplish (izq.) y Romain Duris |
Italo Calvino sugiere, que la ciudad es " un conjunto de memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque...no sólo de mercancías, sino de palabras, deseos, de recuerdos"; (1) y al igual que Walter Benjamin con su Libro de los pasajes, Kaplisch nos muestra una ciudad, un París repleto de contrastes y miniaturas no sólo arquitectónicas, sociales o estéticas, sino un París de pequeñas historias con sus cafés, restaurantes y demás sitios que la hacen un personaje en sí misma.
Película coral que reúne a varios actores de la élite francesa, y que con París de fondo nos muestra pequeñas historias reunidas alrededor de un hombre que lo aqueja una enfermedad terminal. Pierre (Romain Duris) es un bailarín profesional que sufre una enfermedad cardíaca, que se termina convirtiendo en narrador no verbal, sino en narrador visual de varias historias que se cruzan en una París moderna y desprendida.
Las pequeñas historias que se reúnen alrededor de Pierre y su hermana Élise (Juliete Binoche), no sólo son fruto de la arquitectura narrativa de Kaplisch, o de las buenas actuaciones de Binoche, Duris, o del excelente Fabrice Luchini, quien en su papel de profesor de historia enamorado de una de sus alumnas (la bella Melanie Laurent) no sólo muestra su mejor actuación sino una reflexión misma sobre la ciudad y diferencias, que Kaplish, muestra de forma somera y superficial, no sólo en el amor, sino en la critica social y racial que intenta mostrar, pero que se pierde en la marea de historias que une alrededor de la ciudad y de Pierre.
Con un dinámico montaje y edición de Francine Sandberg, la fotografía de Christophe Beaucarne, la película es ágil en mezclar las historias y mostrar a los personajes y sus lazos que se desplazan por las calles de Paris.
Aunque la película funciona en su ritmo, y los primeros minutos del metraje, principalmente la historia de Roland (Fabrice Luchini) y su bella alumna, no sólo es divertida e hilarante la actuación de Luchini sino la historia misma, y la construcción narrativa y acercamiento de los personajes funciona en gran medida por las sólidas actuaciones de este desfile de actores de gran calidad, después de la mitad del metraje, las beses del guión e historias, sencillamente se van deshaciendo, y pierden la noción inicial del filme, sin embargo, el ritmo nrrativo/montaje no deja decaer a la película, peor son notables los defectos del guión, y Kaplish se termina decantando por las minucias y argucias del amor, sin ser demasiado profundo en ningún tema.
Ni recomendable ni deleznable, este filme podría haber sido mejor, no sólo girando alrededor de la Ciudad Luz, sino de las misma reflexiones de la ciudad y sus personajes, tal vez haber tomado partido de lo que Allen hace con Nueva York u otros directores con su ciudad natal y cinamatográfica.
Zoom in: Nominada a los Premios Cesar
(1) Las Ciudades Invisibles. Italo Calvino
No hay comentarios:
Publicar un comentario