20 ene 2013

El Lobo Estepario: Adaptación de un infilmable






"Érase una vez un individuo, de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Andaba en dos pies, llevaba vestidos y era un hombre, pero en el fondo era, en verdad, un lobo estepario."


Fred Haines, adaptó en su su carrera como guionista y cineasta, dos de la obras más complejas de la literatura universal, el Ulises de James Joyce y El lobo Estepario de Hermann Hesse, este último, su única incursión en la dirección cinematográfica.

Si bien es cierto, que el libro de Hermann Hesse, es un profundo ensayo sobre la naturaleza humana, donde el autor se refleja a sí mismo y la sociedad que lo rodea y agobia, la película nunca encuentra ese camino y  profunda reflexión que Hesse hace con su libro; la película se vislumbra más como un ejercicio "intelectual" del director, que falla, principalmente en el casting (a excepción de Max Von Sydow), en la estructura narrativa, que está demasiado desorganizada y absolutamente errática en el metraje final, donde la alucinación y los efectos "digitales" de la época (años 70) se ven falsos, anticuados y por que no decirlo, ridículos y de mal gusto.

Además de la rescatable actuación de Von Sydow como Harry Heller, y de la secuencia de animación, donde se explica la naturaleza de éste, son pocos los elementos que se pueden apreciar, ya que no posee una fotografía destacable y la música de George Gruntz, parece totalmente ajena a la película, y las últimas notas que se adhieren a la secuencia de alucinación, es estrepitosamente errática, setentera y sicodélica (en el peor sentido de la palabra)


Harry Haller tiene alrededor de cincuenta años y vive en Basilea completamente solo. Allí alquila una pequeña habitación y emplea todo su tiempo a la lectura, la buena música, el vino y el tabaco. Este personaje huraño, solitario y desconfiado encuentra en Herminione (Dominique Sanda) un camino y un descenso hacía su propia naturaleza de lobo estepario, alucinación y simbolismo de una sociedad al cual Haller no quiere pertenecer.

El director Haines, opta por tomar frases y párrafos que sean adaptables al universo fílmico, pero más allá de fallar en la concepción misma del filme, son las pésimas actuaciones de Dominique Sanda y de la mayor parte de los secundarios, donde el histrionismo y sobreactuación afectan la calidad del filme, generando una sensación de ridículo y exageración, desligándose de la verdadera naturaleza del libro,  optando por un surrealismo superficial y manipulador. 


A pesar de todas las malas criticas, de su errática ambientación y fallido montaje narrativo y fílmico, es una de esas películas interesantes, por la adaptación de un libro tan complejo y simbólico como el de Hermann Hesse, por la rareza de sus pretensiones y por darle rostro (y no el más acertado) al personaje de Harry Heller, quien a final de cuentas ya tenía el rostro de Hesse.

Una película mala por donde se le mire y escuche, pero necesaria para darse cuenta del valor y maestría del libro, y por el intento de adaptar un libro de por sí imposible.





La destacable animación, que recuerda a los trabajos de Monty Python y de por sí, a la animación de los años 70, es posiblemente uno de los logros de esta película, y una visión inteligente del primer capítulo del libro.

Zoom in: Presupuesto de 1.2 millones de dólares 




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