Aunque ya estamos a la mitad del Festival de Cine de Bogotá, hasta el día de hoy tuve oportunidad de observar algo de la muestra. En esta ocasión la Sala Fundadores de la Universidad Central, fue el espacio escogido para ver una de las tantas películas del "29 veno" Festival.
Como primera y -en este caso única- opción, me decidí por una película española, llamada Después de Mi. Correcta película, en el peor sentido de la palabra, correcta moral, narrativa y visualmente, sin un ápice de riesgo o diferencia cinematográfica; con una historia sencilla y realista de investigación criminal y lazos familiares que no se traduce dramática o emocionalmente.
Como primera y -en este caso única- opción, me decidí por una película española, llamada Después de Mi. Correcta película, en el peor sentido de la palabra, correcta moral, narrativa y visualmente, sin un ápice de riesgo o diferencia cinematográfica; con una historia sencilla y realista de investigación criminal y lazos familiares que no se traduce dramática o emocionalmente.
El director español Jesús Mora, quien vuelve a la ficción, después de unos cuantos años, lo hace con este drama de soledades y cotidianidad, que, a pesar de tener una propuesta interesante y ser estructuralmente correcta o "estar bien hecha", es una película que no despierta mayores emociones y peca, principalmente, en la dirección de actores; los cuales le quitan peso dramático al filme ( los extras y personajes secundarios, lo hacen realmente mal).
Rodada en Alta Definición y con una producción local, este largometraje que no llega a la hora y media de duración, se establece más como un retrato cercano, de una España rural donde , a las afueras de La Mancha, es atropellado un hombre, el cuál será el detonante para una investigación policial y unos lazos familiares cortados vuelvan a retomar la vida de un personaje solitario y del común.
La película,- como opinión personal- parece más un ejercicio universitario u ópera prima de un colectivo comunitario que trata de contar algo; sin embargo, al ver la experiencia del director, se hace uno la pregunta sobre el valor cinematográfico de esta cinta, que sin ser ni mucho menos un mal trabajo, es un largometraje que no aporta al lenguaje fílmico y se queda en una propuesta que no se traduce en imágenes, poética o narrativa.
Rodada en Alta Definición y con una producción local, este largometraje que no llega a la hora y media de duración, se establece más como un retrato cercano, de una España rural donde , a las afueras de La Mancha, es atropellado un hombre, el cuál será el detonante para una investigación policial y unos lazos familiares cortados vuelvan a retomar la vida de un personaje solitario y del común.
La película,- como opinión personal- parece más un ejercicio universitario u ópera prima de un colectivo comunitario que trata de contar algo; sin embargo, al ver la experiencia del director, se hace uno la pregunta sobre el valor cinematográfico de esta cinta, que sin ser ni mucho menos un mal trabajo, es un largometraje que no aporta al lenguaje fílmico y se queda en una propuesta que no se traduce en imágenes, poética o narrativa.
Un filme que no lleva estética es difícil de alabar, aunque los hay muy didácticos y técnicos que pueden sorprender, pero siempre equivale a una personalidad, es como ser subjetivo, no puedes dejar de dar alguna impresión, que se transforma en una minusvalía artística. Sobre festivales siempre producen atracción, el próximo año daré ese paso a saturarme con uno, soy muy de pocos filmes en festivales, pero el que viene seré implacable. Abrazos.
ResponderEliminarCreo, que es de las pocas veces que me apunto a festivales, antes iba supe preparado, tenía todas las reseñas y premios, pero como tiempo no hay..pues toca apuntarle "a la que caiga", y en ese ejercicio uno termina viendo bunas, malas y otras "en serio, le dieron plata para hacer eso"; pero igual es muy interesante; gracias por comentar en el Blog, y que sea de tú agrado. un saludo igualmente, me pasaré por tú blog.
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