Se inauguró la primera Muestra de Cine Español en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán, con la gran película del octogenario director Carlos Saura, fiel al estilo que ha impuesto en su cine "documental - musical" en los últimos años. A pesar de algunos problemas de sonido y lipsynch, unas cuantas sillas vacías y las desafortunadas actitudes habituales en estos eventos, el filme no defraudó, y la Muestra sin tener una desbordante acogida, cumplió con las expectativas (por lo menos las mías).
Específicamente, el largometraje de Saura, Flamenco, Flamenco (continuación de su homónima concebida en 1995) posee las mayores virtudes técnicas y estéticas, representadas en la visión y talento de Vittorio Storaro, el gran director de fotografía italiano; la puesta en escena, representación en parte histórica, contextual y estética, es el complemento no sólo a la gran fotografía del italiano sino a las grandes estrellas del flamenco, que son las homenajeadas en este particular ejercicio cinematográfico - musical. Es inevitable hacer referencia al director de fotografía italiano, quien finalmente ha acompañado en los últimos años al director español; este dúo ha logrado con este tipo de filmes, una marcada concepción de lenguajes, que no sólo están presentes en la imagen sino en el estudio mismo de la música, convirtiéndose ésta en un diálogo que confluye a través del color y la luz de Storaro, y la elegancia y conocimiento estético y emocional de Saura.
La película reúne a una gran cantidad de músicos que habían participado en el filme de1995, como es habitual el talento de personajes como: Paco de Lucia, Tomatito, José Merce, entre otros, son fundamentales para el conocimiento de esta "investigación no formal de la música y danza andaluza; cada movimiento, expresión, sentimiento son llevadas a la pantalla como eje narrativo y constructor; el dominio de Saura y Storaro en estas expresiones son fundamentales para generar los diversos matices y "diálogos" en forma de notas musicales, "zapateos" y coreografías.
Es cierto que éstos largometrajes no han variado en su concepción, que se podría acusar al español de no diversificar el estilo, pero la respuesta está en la imágenes, en las poderosas acciones de músicos y bailarines, en las voces, sus actitudes y sentimientos, en el color, la escenografía, sombras y siluetas, colores, brillos, en los primeros planos de los personajes, en los reflejos de espejos y demás artilugios puesto en escena, en cierta forma la mano sabia del español y la visión estética de Storaro son más que suficientes para generar un poderoso ensamblaje "músico visual".
Zoom in: Ultima película de Saura hasta la fecha.
Montaje Paralelo: Flamenco (1995) - Tango (1998)
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