Una de las grandes virtudes del cine oriental, es su capacidad de ofrecer relatos que muchas veces están por encima de la narratividad, y donde tiene mayor presencia lo onírico y lo absurdo, que finalmente logran coherencia con el mismo relato ficcional y por el riesgo que asumen no sólo en lo visual sino en la mismas temáticas e historias que muchas veces rayan entre la realidad y la locura, la crueldad y la poesía, lo bello y lo enfermo.
Un largometraje que no es para todos los públicos, no sólo por lo chocante, que puede resultar el relato sino por la complejidad del mismo; sin embargo, como es habitual con este director, quién además es un reconocido poeta y escritor, las metáforas no son sólo literarias sino que las pone en escena, haciendo parte de la misma escenografía, de los personajes, de la misma historia, del montaje y la edición, aún la música; la cual junto al guión, dirección, pruducción y hasta cámara realiza el japonés.
Todo un reto de crueldad, laberintos y engaños, que en algún punto puede traer a colación a Audition de Takashi Miike o la misma Santasangre de Jodorowsky, pero con la particular y nada común visión de Sion Sono, quien definitivamente no deja indifirente con su arriesgada propuesta, con temas que difícilmente se verán en el cine "hollywoodense" y aún el europeo.
Zoom in: Strange Circus, hace parte de una trilogía junto a Suicide Club y Nariko´s Dinner Table, independientes la una de las otras, pero que comparten cierta temática y puntos.
Con esta película la actriz, Masumi Misayaki retomó la actuación después de 10 años.
Montaje Paralelo: Audition (1999) - Suicide Club (2001) - Spider (2002)
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