Hacia un tercer cine:
Apuntes y experiencias para el desarrollo
de un cine de liberación en el tercer mundo
Escrito por Octavio
Getino y Fernando “Pino” SolanasOctubre de 1969
...hay que descubrir, hay que
inventar -FRANTZ FANON-
No hace mucho tiempo
parecía una aventura descabellada la pretensión de realizar en los países
colonizados y neocolonizados un cine de descolonización. Hasta ese entonces el
cine era sólo sinónimo de espectáculo o divertimiento: objeto de consumo. En el
mejor de los casos, estaba condicionado por el sistema o condenado a no
trascender los márgenes de un cine de efectos, nunca de causas. Así, el
instrumento de comunicación más valioso de nuestro tiempo estaba destinado a
satisfacer exclusivamente los intereses de los poseedores del cine, es decir,
de los dueños del mercado mundial del cine, en su inmensa mayoría
estadounidenses. ¿Era posible superar esa situación? ¿Cómo abordar un cine de
descolonización si sus costos ascendían a varios millones de dólares y los
canales de distribución v exhibición se hallaban en manos del enemigo? ¿Cómo
asegurar la continuidad de trabajo? ¿Cómo llegar con este cine al pueblo? ¿Cómo
vencer la represión y la censura impuestas por el sistema? Las interrogantes
que podrían multiplicarse en todas las direcciones, conducían y todavía
conducen a muchos al escepticismo o a las coartadas. “No puede existir un cine
revolucionario antes de la revolución”; “el cine revolucionario sólo ha sido
posible en países liberados”; “sin el respaldo del poder político
revolucionario resultan imposibles un cine o un arte de la revolución”. El
equívoco nacía del hecho de seguirá bordando la realidad y el cine a través de
la misma óptica con que los manejaba la burguesía. No se planteaban otros
modelos de producción, distribución y exhibición que no fuesen los
proporcionados por el cine americano porque se había llegado aun a través del
cine a una diferenciación neta de la ideología v la política burguesas. Una
política reformista traducida en el diálogo con el adversario, en la
coexistencia, en la supeditación de las contradicciones nacionales o las
contradicciones entre los bloques presuntuosamente únicos: la URSS y los
Estados Unidos, y no puede alentar otra cosa que un cine destinado a insertarse
en el sistema, cuanto más a ser el ala “progresista” del cine del sistema; a
fin de cuentas condenado a esperar que el conflicto mundial se resuelva
pacíficamente en favor del socialismo para cambiar entonces cualitativamente de
signo. Las tentativas más audaces de aquellos que intentaron conquistar la
fortaleza del cine oficial, terminaron, como bien dice Godard, “en quedar
atrapados en el interior de la fortaleza”. (Extracto)
Leer completo: http://es.scribd.com/doc/47785176/Hacia-Un-Tercer-Cine-Octavio-Getino-y-%E2%80%9CPino%E2%80%9D-Solanas#source:facebook
Sin lugar a dudas que este tipo de cine se hace muy necesarios entre nuestros pueblos, un gran referente es Fernando Solanas. Cómo dice Chris Marker: "El olvido taponea la memoria, de la misma forma en que uno taponea nuestros oídos".
ResponderEliminarEl documental sobre todo de este tipo intenta sacar los hechos a flote.