28 dic 2025

Old Joy: el silencio de la montaña

 



           "La verdadera amistad llega cuando el silencio
            entre dos personas es cómodo"
                                                      David Tayson
   

Las road movies, siempres son sobre los personajes, pero en ese recorrido, los paisajes emulan las sensaciones o los vacíos de éstos, esta premisa, tan simple como efectiva, ha estado presente en el cine y la literatura, como eje central de sus historias, desde lo épico hasta lo psicológico; premisa que logra recoger Kelly Reinhardt en su segundo largometraje: Old Joy, una road movie y buddy movie tan personal y distanciada, como los planos de esta directora, en el que prima la pausa y la introspección como estilo. Reinhardt junto a Jon Raymond escriben el guión, basándose en uno de los cuentos cortos de Raymond, en el que los paisajes de Oregón y la amistad masculina  son retratados; porque Old Joy, nos cuenta la historia de Kurt y Mark, viejos amigos, que tras varios años se reencuentran para acampar en la Cordillera de las Cascadas al este de Oregón. Eso sí, el viaje no sólo es un desplazamiento por los bellos pasajes de esta zona de Estados Unidos, sino un estudio sobre las periferias, las decisiones asumidas,  y en cierto modo, esa precariedad escondida, vista con el ojo de quien documenta; porque Mark (Daniel London) quien espera a su primer hijo, y se ha alejado de una vida de hippismo precario, tiene un último acercamiento a esa vida, que aún vive  su amigo Kurt (Will Oldham - músico y actor, no muy alejado de su personaje); los paisajes, el silencio y la música de Yo la tengo, no sólo nos acerca a la historia de dos amigos que viajan, sino al quiebre de sus mundos, y por ende de su amistad e ideologias. 


Un lento viaje a la nada

Reinhardt, representante de eso que los críticos denominan como slow cinema, nos presenta una historia "mínima", donde la alegoría, tanto política, sexual como del desamparo se refleja en estos dos personajes, outsiders de sus propias decisiones; la contemplación, que une al relato del escritor con el de la cineasta, es también la contemplación de algo inevitable, y es, como en los paisajes, el fin de los caminos, porque Kurt y Mark, ya van en caminos distintos, desde que inicia la obra; en cierto modo, y como sucede con las road movies, el paisaje es el otro narrador, fotografiado  de  manera acertada  por Peter Sillen - director y documentalista-, que emula un poco el trabajo de James Benning, y principalmente de la fotógrafa Justine Kurkland,  quien inspira a Jon Raymond para escribir Old Joy, fotografías de adolescentes  y "espíritus libres", viradas a hombres de mediana edad, y con sus espíritus menos libres, uno que se ha adaptado a la sociedad y otro, que en su inadaptabilidad, ha pérdido su propia estabilidad mental. 

Aunque puedo decir con total sinceridad que Old Joy no me gustó, cada vez que reviso más sobre la obra de Reinhardt, sobre lo que encierra esta película, que en cierto modo, es una sugerencia, una reflexión a medio camino, un viaje a la nada, algo resuena en mi cabeza, para seguir buscando información sobre ésta, y reflexionar que Old Joy, es, de una manera muy subjetiva, un estudio sobre las libertades, y decisiones  olvidadas, y hasta de un modo muy político, de cómo nos ve  la sociedad.


Zoom in: Ganadora de varios premios y nominaciones, principalmente de críticos 

Montaje Paralelo: Sideways (2004)

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