En 1996 el cine Ruso cumplía 100 años, de los que en sus primeras dos décadas dejó un gran número de obras maestras, títulos imprescindibles para el modernismo cinematográfico y en definitiva, una época que marcó el destino de ese naciente arte, tan industrial como político. La British Film Institute le encargó al productor ruso Sergei Selyanov, no sólo que homenajeara al cine de su país sino en cierta forma que esta obra fuera un reflejo de esos ecos expresivos y vanguardistas que los Eisenstein, Dovzhenko o Pudovkin, aportaron. Este documental por encargo, con material de archivo, es decir las mismas películas o fragmentos, fue algo que estuvo en boga, cuando el cine cumplió sus primeros 100 años.
Aunque debemos reconocer que este no es el mejor de los trabajos de este estilo, si se pueden revelar o acercar a esas obras capitales del cine ruso, previo a la revolución, en el auge de la misma y su evidente transformación, como lo hilvana el guionista Yuri Arabov, que nos conduce o guía por esa películas que no sólo confrontaban una ideología sino un ideario, como lo es lo ruso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario