Afortunadamente, en algún lugar entre el azar y el misterio se encuentra la imaginación, lo único que protege nuestra libertad, a pesar de que la gente sigue intentando reducirla o matarla por completo.
Las novelas gráficas, así como la animación con tintes documental, se han ido convirtiendo en lo últimos años en recursos no sólo constantes dentro del cine sino reivindicativos en torno a la idea de realidad y adaptabilidad; probablemente porque la imagen animada dialoga de forma coherente pero concisa con la ensoñación y la objetividad, permitiéndole a ésta, entrar en ese terreno de lo confrontativo, donde también se generan otras percepciones, miradas y construcciones narrativas, propias de dos universos que están en constante choque: la animación y el documental; aunque la película que vamos a reseñar a continuación no sea precisamente un documental, si guarda relación con éste en dos formas, por una parte porque se acerca al único documental que hizo Luis Buñuel: Las Hurdes, Tierra sin pan y por otra parte, porque es una biografía, retrato y exploración gráfica por parte de Luis Fermín, ilustrador y caricaturista español, especializado en la vida de Buñuel, y más de ese momento en el que el director español entró en conflicto con sus propias ideas, formas y cine.
Buñuel en el laberinto de las tortugas, es, hasta el momento la obra más interesante de Salvador Simó, animador y director español, que sí bien ya había realizado otros largometrajes y colaborado con efectos especiales en películas de gran presupuesto, es con esta obra que se ha dado a conocer internacionalmente, y con la que ha recibido premios y aplausos; eso sí, en gran parte la calidad de este trabajo se debe a la novela gráfica de Fermín adaptada tanto por el director como por el guionista español Eligio R. Montero.
La historia de una historia
En 1930 las calles de París parecen un escenario oscuro y agresivo para el joven Luis Buñuel, quien después de haber estrenado la polémica Edad de Oro, son más los enemigos que los admiradores los que se cruzan por su camino, o eso piensa Buñuel, que arma en mano confronta a quien será más adelante su nuevo productor y punto de giro en su obra, es decir, su único e irrepetible documental: La Hurdes, tierra sin pan. Este trabajo de animación, que tiene un poco de making of, de retrato cinematográfico y de trabajo memorístico, también se concentra en la figura de Ramón Acín, anarcosindicalista e intelectual español, productor improvisado del documental - un billete de lotería y una promesa - y gran amigo de Buñuel, al cual irá dedicado el documental, un par de años después.
Porque Buñuel en el laberinto de las tortugas es un acercamiento al cómo se realizó dicho documental, pero con la sensibilidad e inventiva de la animación, que logra profundizar en la psique de un director confrontado por su propia creación: demonios y atributos, acercándonos además, a esa realidad, la de las Hurdes, la de la guerra civil - un par de años después- vista a través de los ojos de la subjetividad de un artista, la de Buñuel y la del grupo de animadores de Simó.
Aunque técnicamente es una obra sobria, sencilla si se quiere, eso mismo le da fuerza al relato, las imágenes, muy cercanas a la novela gráfica, lo que pretenden, es acompañar una historia en la que las Hurdes- comarca española -, las contradicciones del cineasta español y la realidad, no sólo se hacen protagonistas sino que condicionan esa dialéctica propia de la subjetividad/objetividad de la animación. El trabajo sonoro, musical como el de montaje no sólo es efectivo sino que tiene relación en su narrativa, es decir, aunque muy cuidado en su parte técnica tiene componentes de improvisación que se conectan con lo que se quiso proyectar con la obra. Como suele suceder con la animación, el contrapunto sonoro -imagen, siempre dará nuevos constructos narrativos, poéticas y filiaciones técnicas, que hacen màs efectivos el trabajo cinematográfico.
Lo mejor de emular la parte gráfica del cómic o la novela gráfica, es que no se pierde el sentido inicial de la obra, por el contrario, le da más eficiencia a la misma, pero con los condicionamientos de la imagen en movimiento y sus factores creativos, que se pueden reflejar en varias secuencias, principalmente los sueños-pesadillas de Buñuel, o la mezcla de realidades/ficciones entre las Hurdes, como elemento cinematográfico, espacial, ficcional o reflexivo tanto de Buñuel como del director, es en este punto donde la obra cobra su mejor sentido, y su mayor efectividad.
De los mejores trabajos que he visto en esa mezcla entre la animación y lo biográfico; un largometraje que además de informativo, tiene una profunda reflexión sobre el trabajo de Buñuel, como del cine en general, que logra meternos no sólo en ese difícil terreno de la realidad sino de cómo se crea ésta, a través de una cámara, un guión y un carácter obsesivo, es resumen, una obra que reflexiona sobre Buñuel y lo desmitifica en el mejor sentido de la palabra, es decir, lo humaniza.
Zoom in: Nominada en varios festivales de animación, con varios Goya entre su palmarés
Montaje Paralelo: Animación - Biografías
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