28 may 2020

Un lugar en el cine: La resistencia del cine



                       "El cine es, como cualquier arte, un medio de conocimiento.
                        Aspiro a documentar lo real a través de la cinematografía"*



En los últimos 20 años, o mejor en lo que llevamos del siglo XXI, el cine documental o la noficción, es la que mejor se plantea o está en constante búsqueda de un "lenguaje", ya no desde la representación de la realidad, sino de tomar prestado un fragmento de ésta para dialogar visual y narrativamente sobre un tema, un momento o un concepto, como lo puede ser, la resistencia del cine, como lo plantea el realizador español Alberto Morais en su película Un lugar en el cine, trabajo que transita entre la realidad y la ficción, aunque ya suene a cliché este concepto; que tiene como protagonistas a Theo Angelopoulos, Víctor Erice, Tonino Guerra, así como las ideas de Pasolini y un punto de partida cinematográfico, como lo es la secuencia de la muerte de Pina en Roma, Ciudad Abierta.

Lo que plantea el cineasta español, a través de la voces de Angelopoulos, o las reflexiones de Erice y del mismo Tonino Guerra, no son solamente unas entrevistas anecdóticas o una serie de postulados del mismo calibre, sino que cada uno dialoga con el destino del cine, y lo que este representa, no sólo como cultura sino como experiencia; y por tal razón el director español lleva al director griego a la isla donde fue asesinado Pasolini, entrevista en una solitaria estación del tren a Erice,utiliza imágenes o que recuerdan a la obra de estos autores o vuelve a esos sitios, inmortalizados por el cine de Rosselini, de Pasolini entre otros; con tintes ensayísticos y no ajeno a responder sobre esa resistencia cinematográfica,  entendida desde lo político,  lo material y su perdurabilidad tecnológica, como llegan a concluir  la mayor parte de los entrevistados.



El guión o la idea es del mismo Morais, quien no sólo es un heredero del neorrealismo (1) como afirma en la página de Olivo Films, sino en lo que entendemos como la mirada, en términos relativos a la creación de la imagen, en palabras de Nancy; porque Morais, no sólo crea un documental al uso, sino que propone un discurso en el que se argumenta desde la imagen y las ideas de los entrevistados, es decir, como en el ensayo literario, su interpretación personal, está cargada de una serie de argumentos y disertaciones coherentes, en la que defiende no el futuro del cine, sino su presencia, en términos poéticos, políticos y filosóficos.

Con un gran trabajo fotográfico de Luis Sainz, en el que destacan los espacios vacíos o los no lugares en palabras de Marc Auge, no sólo entendido desde el espacio público sino de esos lugares olvidados, o mejor esos lugares del cine, que han tomado otras dimensiones; peor Sainz, logra entre lo documentativo y lo poético, darle un carácter especial a esas zonas y a esos paisajes, que tienen mucha relación con los cineasta entrevistados. 




Siempre es un gusto ver estos "documentales" sobre cine, pero mucho más en los que exploran con el lenguaje y con el mismo sentido del cine; además de escuchar las siempre lúcidas palabras de Erice, y las reflexiones de los ya desaparecidos Theo Angelopoulos y Tonino Guerra; verdaderos hijos de las circunstancias cinematográficas de sus países, como en alguno momento alude Erice frente al neorrealismo pero también al cine en general.

Un trabajo que inicia, como si se fuera hablar del neorrealismo italiano o de la obra de Pasolini, pero a la final  va más allá, y se transforma, en una reflexión de la resistencia cinematográfica, que para el mismo autor, es la esencia del cine.

Zoom in:  Sección oficial en varios festivales 

Montaje Paralelo: Documentales de cine 

Referencias




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