18 may 2020

Falling Down: Un día de furia



"Amok proviene del malayo, pues fue en Malasia donde este fenómeno se observó por primera vez. En 1973 el psiquiatra Joseph Westermeyer definió el síndrome de Amok como 'una enfermedad mental que consiste en una súbita y espontánea eclosión de rabia salvaje, que hace que la persona afectada salga a la calle armada con un cuchillo o un arma de fuego, y ataque, hiera o mate indiscriminadamente a todas aquellas personas que estén a su alcance".*

Creo que todos, en algún momento de nuestras vidas, del año o en este momento, quisiéramos tener un dia de furia, y acabar con las injusticias y los absurdos de la sociedad o simple y sencillamente como escribe, de forma sarcástica y oscura el señor André Breton: "Quien nunca en la vida haya sentido ganas de acabar de este modo con el principio de degradación y embrutecimiento existente hoy en día, pertenece claramente a esa multitud y tiene la panza a la altura del disparo." (1);  frase que se acomoda bastante bien a lo que empieza a sentir William Foster (un genial Michael Douglas), en uno de los días mas calurosos del año. Foster, un nuevo desempleado de la recesión económica estadounidense de los años noventa, un padre alejado de su hija y, de cierta manera otros de esos hombres blancos de la clase media americana, que empieza a perder los cabales, en medio del caos de una ciudad como Los Ángeles. Falling Down o más conocida en latinoamérica, como un Día de Furia, está dirigida por uno de esos directores que transitan entre el amor y el odio cinematográfico, como lo es Joel Schumacher, cineasta que, para quien escribe en este blog ha hecho interesantes obras, que perfectamente pueden caer en el ambiguo término "de culto", como Lost Boys o Flatliners (1987, 1990), o grandes película de género como Phonebooth (2002) u 8mm (1999), pero también por haber destrozado, esa gran saga de Batman de Burton, llevándola al paroxismo y ridiculo absoluto - Batman Forever y Batman y Robin-, sin embargo, a este cineasta nacido en New York, cuando pone todo su esfuerzo en temas como la desesperación humana y la inversión moral de los protagonistas, sale a relucir sus mejores armas y cualidades narrativas, como lo hizo con Falling Down.



Escrita por Ebbe Roe Smith, el cual nos acerca de forma paralela a ese último día de trabajo del sargento Prendergast (un sólido Robert Duvall) y al día de furia de William Foster, personajes unidos no sólo por las víctimas y desastres que va dejando a su paso este último, sino por las misma dudas que tiene el sargento sobre su retiro, su capacidad de vislumbrar en la psique humana, y de cierta forma de entender la locura  o la decisión de Foster. Como en un buen noir o neo-noir, el personaje principal cumple su fatum por el beneficio de otros, es decir su familia.

Contada en una sola jornada, la película es un thriller sobre la frustración que se vive en las grandes ciudades o las metrópolis, que en este caso se puede entender bajo la lupa del síndrome de Amok, o lo que dice Zweig, que Amok somos todos (2) es decir que todos a nivel cultural y social  estamos abiertos a esa manifestación de impulsos agresivos en su forma más extrema, como le termina pasando al errático Foster.

Podemos ver en esta obra, un recorrido, una odisea, de un hombre malo, como al final se reconoce Foster, en el que ese camino del héroe, es el de uno pisoteado por la sociedad, como podríamos evidenciar en un Taxi Driver o hasta en la misma Joker - que es la heredera- en la que la sociedad enferma al hombre.

     

Con fotografía del cineasta polaco Andrzej Bartkowiak, más conocido por su Romeo debe Morir (2000) y por haber fotografiado varias películas de acción de los años 90 (Speed, U.S Marhalls); el polaco, logra trabajar bastante bien con la luz natural, los detalles de los actores, y el sofoco/furia del clima y personalidad de Foster; tal vez la secuencia inicial, es donde mejor vemos el trabajo de este cinematografista. 

Paul Hirsh, es uno de eso montajistas o editores de cine, con tanta experiencia como películas en su haber, desde los años 70, ha editado alrededor de cincuenta obras, y colaborado con directores como George Lucas, Brian de Palma, John Hughes y obviamente Joel Schumacher, es decir, Hirsh, hizo parte de esa generación conocida como la New Hollywood Movement, en la que el montaje recobró su sentido y aportes técnicos, que se pueden ver reflejados, nuevamente en la secuencia inicial, en su paralelismo, y en esa mezcla de drama, comedia y violencia, en la que la unión de planos, llega a causar tanto tensión como risas.

Schumacher, logra rodearse de grandes profesionales del cine, y para este caso, en lo musical, se une a James Newton Howard, compositor tan reconocido y nominado, como prolífico en sus "bandas" sonoras; el suspenso, la degradación mental de Foster, a través de cuerdas y enigmáticas repeticiones -en alguno punto puede recordar a las canciones instrumentales de Tool -, se va evidenciando en la canciones, y de por sí, en todo el trabajo sonoro.


Sin embargo, es un trabajo hecho especialmente para el lucimiento de un Michael Douglas, que estaba en su mejor momento, y un papel muy al estilo de Robert Duvall, de sentimental hombre duro, como contraparte del descenso psicológico al que se dirige Foster; es evidente que a Schumacher le funciona este estilo, y que ha repetido un par de veces, pero, en el que ha logrado sus mejores resultados.

Aunque uno puede juzgar, que algunas de las intenciones, actorales y narrativas, se vean forzadas, es el ritmo de la obra, las grandes actuaciones de Duvall/Douglas, y ese sentimiento de empatía, no por el que hace justicia por propia mano, sino por el que reclama con vehemencia lo que está mal con el mundo.    




Una de esas películas que nunca había visto completa, o siempre por fragmentos, y que estos días de aislamiento, dieron la oportunidad para verla en su totalidad, y también para hacer esas conexiones con obras recientes como el Joker y otras más, donde la injusticia se combate con un bate o una uzi (infortunadamente). Uno de esos grandes trabajos de Schumacher, que tiene conexión con su Phonebooth (2002) e innegablemente con Taxi Driver.

Zoom in:  Nominada a Palma de Oro en Cannes

Montaje Paralelo: Taxi Driver - Joker- Días de furia






Referencias

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