23 jul 2017

Midnight Express: El expreso a la libertad


                             "La cárcel es el infierno, el carcelero es el diablo, 
                              los jueces los que condenan, y ellos son los condenados."
                                                                                                    Melchor de Palau

El polifacético y multipremiado director inglés Alan Parker, que desde el 2003 está alejado de la realización cinematográfica, no sólo ha dejado obras de gran calidad, sino títulos que son referentes para temas como la educación, la música y los derechos civiles, como podemos observar en películas como La vida de David Gale (2003) o en The Wall (1982), las únicas que visto hasta ahora de este director, productor, guionista y actor nacido en Londres, en el seno de una familia obrera, que desde su juventud se conectó con la publicidad, dándole paso al cine con obras como Midnight Express, la cual vamos a reseñar a continuación.

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Escrita por Oliver Stone, tomando como base la autobiografía de Bill Hayes, el cual estuvo en una prisión turca bajo las condiciones más infrahumanas y violentas por la posesión de unos cuantos kilos de hachis; la visión de Stone y del propio Hayes, queda en entredicho, ya que algunas de las situaciones se exageraron o inventaron, además de mostrar una pésima imagen de Turquía y sus ciudadanos; aún así, su guión no sólo fue elogiado sino premiado en los Oscar por mejor adaptación.

En la inestable Turquía de los años 70, el joven Bill Hayes (Brad Davis) es arrestado por llevar varios kilos de hachis, infortunadamente, y como parte de la política de cambio del país, el joven recibe una fuerte condena, tres años en su primera parte y más de treinta cuando está finalizando ésta, Hayes, recibirá los peores tratos, vejaciones y una visión brutal de los turcos y de tal país. La pesadilla se irá haciendo cada vez fuerte, insostenible, y ni la intervención de su padre, gobierno, novia, abogados y demás, servirán en los esfuerzos de liberar a este hombre; la locura finalmente se apoderará de éste, y en este punto encontrará su salida, su Expreso de Medianoche, como lo indica su título.

Guión absolutamente lineal, con varios giros que irán pesando en el destino de este hombre, e iremos adentrándonos en su fractura emocional, y en la dantesca prisión - barrio, en la que debe convivir con la esperanza y la desazón de otros presos.


El neozelandés Michael Seresin, es el encargado de diseñar el trabajo fotográfico para esta obra, como en la mayoría de las que dirigió Parker; con un estilo que se decanta por lo naturalista y un dramatismo que va evolucionando con la historia; impecable en su técnica y mucho más mesurado en la propuesta, el cinematógrafo, logra empatar tanto el ambiente decadente de la cárcel como del realismo de la misma, optando por la neutralidad en el color y en el mismo manejo lumínico.

Otro de los puntos fuerte de este largometraje, y por el que recibió elogios, nominaciones y premios, es la música compuesta por Giorgio Moroder, sintetizadores, sonidos electrónicos, que se ajustan a los momentos más tensionantes como a los emotivos, como los podemos notar en el inicio del largometraje o en su elocuente final.   

También cabe destacar el diseño de producción, y los escenarios naturales de Estámbul, resaltando la decadencia moral y mental del protagonista como de los mismo turcos, por lo menos de los prisioneros y guardias.


Aunque el actor principal, y quien debe cargar todo el peso dramático es Brad Davis, su papel más importante e infortunadamente para él, el más representativo, también cabe elogiar la actuación de un del polifacético John Hurt, como otro de los condenados, y posiblemente el personaje más atormentado del largometraje, igualmente la interpretación de Randy Quaid, uno de esos secundarios de lujo, funciona y juega como contraste con los demás personajes; aunque exagerada pero de pocas palabras la actuación de Paul L. Smith, que interpreta al director de la prisión, funciona no tanto por sus cualidades interpretativas sino por dureza y tosquedad, que le va como anillo al dedo, a su cruel y sádico personaje; de resto, actuaciones entorno a Davis, complementando de forma acertada el dramatismo de la obra.

Aunque la película funciona bastante bien, tanto en su historia como en la construcción de los personajes, tampoco se puede negar su efectista guión y la exageración en la que recaen algunos personajes y elementos, esto no quiere decir que le resten al desarrollo de la misma pero sí se llegan a sentir forzadas algunas de las secuencias, y la obra empieza a decaer en su ultima parte, de todas maneras, el trabajo musical, fotográfico, las actuaciones de Hurt y Davis y otros elementos, hacen de esta obra, una más que interesante inserción en las fauces de la locura y el drama de las cárceles.

Zoom in: Oscar a mejor guión adaptado y música, nominada en diversos festivales 

Montaje Paralelo: The shawsahnk redemption (194) - cárceles 




2 comentarios:

  1. ¡Hola Andrés!
    Tremenda película. A mí me dejó sin palabras.
    Saludos!

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  2. Si es muy buena, mehor de lo que pensaba. Un saludo

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