"Tan pronto como se pusiera el sol, aparecerían."
Aunque The Omega Man, pueda estar en el listado de lo peor que he visto en los últimos meses, también tiene unos elementos simbólicos y (extra)cinematográficos bien interesantes, no sólo como reflexión política y social de los años setenta sino como muestra histórica de la misma, así como sus maniqueos trasfondos religiosos. Dirigida por el ucraniano nacionalizado estadounidense Boris Sagal, más conocido por su trabajo televisivo y haber muerto en un trágico accidente en el rodaje de una miniserie. A pesar de sus nominaciones en los Emmy y haber dirigido varias series y películas televisivas de renombre como Columbo, Rich Man, Poor Man, The Twiligt Zone entre otras, es notable la poca pericia de Sagal en esta producción, aunque realmente su punto más débil esté en el guión, una mezcla de egos y cambios, que tuvieron como protagonistas a Charlton Heston y al matrimonio Corrington, especializados en soap operas y producciones de bajo presupuesto; inspirados en el libro Soy Leyenda de Richard Matheson, del que toman la premisa inicial del escritor estadounidense pero adaptada a los años setenta cuando una Guerra Química entre Rusia y China, acaban con la población mundial, y sólo un hombre, que se ha inoculado con su propia vacuna, lucha por sobrevivir; pero es el último hombre en la tierrra....y es en este punto, donde el guión ya empieza a flaquear.
Heston (cama), Boris Sagal (centro) y Rosalind Cash (der.) |
Si bien el guión se queda corto casi desde el inicio de la obra, y los cambios frente a la novela original, terminan afectando la coherencia del largometraje, es aquí, donde las incongruencias y el caos sacan a flote las intenciones indirectas o no, para hablar sobre la Guerra Fría, el miedo a los ataques nucleares o destructivos a nivel masivo. Sin embargo, entendiendo la novela de Matheson, como una versión posapocalíptica de Los Angeles en el meridiano de la década de los años 70, donde la mayor parte de la población mundial se ha convertido en un "ser" infectado con un virus, y la supervivencia de un hombre, es la muestra de las complejidades de la soledad, la rutina y el miedo, esto no logra encarnar el Neville de Charlton Heston, mucho mas cercano a un playboy alcohólico con un complejo mesiánico, que será mucho más evidente al final de la obra.
Con evidentes cambios frente a la novela de Matheson, los antagonistas ya no son vampiros, sino una horda de "zombies" organizados anticiencia y el Neville de esta película ya no es un hombre atormentando, solitario y reflexivo, que además de mostrar esos elementos propios del cine de los 70, como el explotation, los trama raciales, cierto aíre de hippismo trasnochado y demás, haciéndose cada vez más confusos y absurdos, con el desarrollo del largometraje, sin dejar de lado, su puesta en escena, casi de sitcom en algunas secuencias.
Eso si, y sólo como curiosidad, son "notables", y no precisamente por inteligentes, los diálogos de Heston, altamente machistas, absurdos y beligerantes, escritos en parte por el recientemente fallecido William Peter Blatty (El Exorcista), e igual de confusos, son los de la horda, nombrados como La Familia, con ciertas reminiscencias a esos grupos apocalípticos y fanáticos de la época.
Escribir sobre el director de fotografía Rusell Metty, es escribir sobre uno de los legendarios técnicos del cine estadounidense, que sí bien no sale muy bien librado en este largometraje, tiene momentos de inspiración, principalmente las panorámicas de una ciudad como Los Angeles, desocupada, de resto, por ejemplo, los exteriores nocturnos o los interiores (en estudio) son bastante flojos en iluminación, producción, etc. Al igual que el trabajo de cámara, con esos zooms propios del explotation, que fallan en el mismo concepto de la obra. Pero sí en algo falla rotundamente este largometraje es en su música, que no tiene ni la más mínima relación con el estilo de la obra; música setentera, utilizada de la peor manera.
Tampoco podemos destacar demasiado las actuaciones de Heston o de Rosalind Cash, y posiblemente quien mejor lo hace es Anthony Zerbe (Mathias), pero pierde fuerza con la ridiculez del maquillaje y disfraz de líder zombie.
Sin embargo, con todos los errores, y el tratamiento mítico al papel de Heston por encima de la historia, tiene esos recursos o elementos extracinematográficos, que la volvieron en obra de culto, posiblemente por esa mesiánica pero vehemente figura encarnada por Heston y su arraigado nacionalismo pero con tintes democráticos, que se esconden detrás de la ciencia ficción; aún así, no es de esas películas que uno recomiende pero que finalmente se tienen que ver, porque hacen parte de esa cultura popular y más para "entender" a los mismos años 70.
Zoom in: Los Simpson hicieron un claro homenaje a esta película en uno de sus capítulos especiales de Halloween.
Montaje Paralelo: El regreso al planeta de los simios (1970) - Soy Leyenda (2007) - Guerra Fría
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