"Aquel que lucha contra monstruos debe temer convertirse en uno."
Alan Moore
Aunque mi primera intención para ver este largometraje, era la presencia de Mary Elizabeth Winstead, también hubo algo de curiosidad por sus respuestas positivas en blogs de Ciencia Ficción y Terror, y al estar producida por J.J Abrams, unida indirectamente - y por el marketing- con Cloverfield; aunque resultó mucho mejor de lo que esperaba, y con una resolución argumental interesante, realmente, lo más interesante terminó siendo el papel de John Goodman y la premisa de la obra, frente a los monstruos en diversas formas; este largometraje dirigido por el debutante Dan Trachtenberg, sin ser una gran sorpresa, sí es un trabajo sólido desde su planteamiento.
Aunque del director no hay mucho que escribir - y se nota su falta de experiencia y pericia, en esa primera parte de la película - aunque tiene un buen arranque-, quienes realmente sostienen o por lo menos hacen un poco más efectiva esta obra son sus guionistas Josh Campbell y Mathew Stuecken, expertos en estos conflictos de ciencia ficción, que con ayuda de Damien Chazelle - el de La La Land y Whiplash- crean un trabajo, en el que el miedo no sólo es al fin del mundo sino al mismo hombre.
El guión que se podría reducir a una joven mujer que sufre un accidente de auto (Winstead), se despierta en una celda bajo tierra, bajo el cuidado y control de un extraño hombre (Goodman), el cual le avisa que el fin del mundo ha llegado, y que este refugio es su mejor destino; la pesadilla que parece vivirse en el exterior, se va trasladando a este encierro, pero el monstruo es mucho más humano de lo que parece. Con cierto tono teatral y suspense, durante el tiempo del encierro y una conclusión propia de la Guerra de los mundos, se estructura este guión.
Trachtenberg (centro) con los actores principales: Goodman (der) y Winstead (izq.) |
Aunque la fotografía de Jeff Cutter, se ve opacada por la misma historia y puesta en escena, no quiere decir, que sea una mala dirección de fotografía, sino que se limita a un espacio cerrado y en virtud de las actuaciones, más que en generar un ambiente o desarrollo a través de la luz.
El montaje, música y diseño de producción, al igual que otros elementos van a estar supeditados por el encierro, y la estructura teatral del mismo, siendo correctos en su labora técnica, pero sin generar una respuesta positiva en su misma creación.
Donde va a tener más peso esta obra es en la actuación de Goodman, y la interacción de Winstead con John Gallagher, que más que buenas o malas actuaciones, son los que se llevan el dramatismo y algunos toques de humor. Finalmente, hay que reconocer, que es una obra donde guión y actores, son los máximos responsables del funcionamiento de la misma.
Aunque pierde fuerza en varias secuencias, y no hay mucho que destacar dentro de lo visual, este largometraje termina siendo efectivo en lo que se propone, y logra hacerse un hueco dentro del cine de ciencia ficción, por su invasión al mundo en un espacio reducido, más o menos como lo hiciera Shaymalan en su Señales, pero mucho más lograda y menos ambiciosa, que la de cineasta de origen hindú. Concisa en varios aspectos, improbable en otros y efectista en su narración, tiene varios puntos a favor, a pesar de ser una obra más del montón, peor entretenida y con cierta inteligencia en su resolución y premisa como escribía más arriba.
Interesante para quienes quieran ver películas sobre invasiones extraterrestres reducidas a un pequeño espacio, y reflexionen sobre los monstruos que parecen habitar en nuestras mentes citando a Stephen King.
Zooom in: Nominada a mejor director nuevo y de su género
Montaje Paralelo: Señales (2002)
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