16 mar 2015

A.K (Akira Kurosawa): Kurosawa por Marker


"En todas mis películas hay tres, o quizás
                                       cuatro minutos de cine real."                                                                                                        Akira Kurososawa


El más célebre de los cineasta desconocidos como afirmó en alguna ocasión el artista Phillipe Dubois, y uno de los documentalistas más personales, influyentes y multifacéticos de la Rive gauche francesa - la contraparte de la Nouvelle Vague-; así mismo, todo un referente del ensayo cinematográfico, sin olvidar su trabajo de fotografía conceptual o artística; textos, compromiso político y acercamiento a los nuevos medios, tecnologías y visiones del mundo; Marker, viajero incansable, que convirtió sus películas en bitácora de lo qué pensaba, creía y percibía, es en cierta forma, la representación de su propia imagen hermética -un cineasta alejado de los medios y la vida pública-, pero aún así, uno que llegaba a explorar de la manera más porfunda la obra, imaginería de diversos temas y situaciones, como del mismo trabajo de sus colegas, en este caso de dos maestros del cine que admiraba y respetaba como Andrei Tarkovsky y Akira Kurosawa; de este último, el francés nos acerca a una de las últimas obras épicas del cineasta japonés, su perfeccionismo y ese ambiente de respeto entorno a este hombre, que podemos observar en este detrás de cámaras/documental y ensayo de cine, con tintes de admiración y un sincero homenaje, a quien su equipo de trabajo lo llamaba Sensei.

En 1984, durante el rodaje de Ran, Chris Marker se internó, no sólo en el proceso de la realización de esta obra, sino en la misma figura de Kurosawa, y como había hecho anteriormente con Sans Soleil, en la complejidad cultural japonesa; el director francés, más que un intruso dentro del set, se convierte -y por ende nos convierte- en testigos de las capacidades de Kurosawa a la hora de dirigir, sus métodos, planificaciones, vanidad y maestría a la hora de generar esos exactos y coordinados movimientos. 




La fascinación de Marker por Japón, se traslada a los decorados que empiezan a rodear el monte Fuji, por la obediencia y respeto del equipo técnico entorno a este hombre de lentes oscuros y guantes blancos, que transita por estos espacio de forma mesurada, y que tiene el conocimiento no sólo de la articulación de estos escenarios sino de las complejidades entorno a estas situaciones; Marker, quien es el narrador de sus trabajos, nos explica de forma explicita, cada uno de los componentes del rodaje, de la vida de Kurosawa que se une a elementos del rodaje; y a la disposición de estos hombres - técnicos, actores y figurantes-, que confían ciegamente en la visión del director japonés, para crear o proyectar, lo que finalmente fue Ran.

Separada por capítulos, con los kanji - textos japoneses- como parte básica de la estructura, y con una excelente puesta en escena de dos monitores en un fondo iluminado en rojo, casi un elemento videoartistisco, que se configura como en una especie de memoria tanto de Marker como de la misma producción, que se unen a las grabaciones no diegéticas de la voz o entrevistas de Kurosawa (son y además aparecen en escena grabaciones hechas en un voicerecorder de la época), elementos que marcan no sólo la autoría de Marker sino una especie de cuestionamiento con la memoria y con los medios, características de gran valor en el trabajo del francés.




Como hemos visto en los otros making of /documental, factores como el clima, las irrevocables visiones y apasionamientos de los directores, hacen parte de todo ese entramado, que casi que forma otra narrativa, construyendo la dramaturgia de estas obras; Marker, logra sin mayores exaltaciones, homenajear y rendirle tributo tanto a ese espacio físico e icónico del Japón como los es el Monte Fuji, como a la misma presencia de Kurosawa, junto a las reflexiones de Marker, sobre cómo debe verse una película, junto a los impasibles rostros de los técnicos, y la voluntariosa actitud de quienes rodean a sensei; sin dejar de lado, esas bellas tomas que hace el francés de ciertos movimientos tanto de los actores como de las improvisadas acciones de este espacio, integrándose a la música de Toru Takemitsu, quien no sólo aparece en pantalla, sino que es el mismo compositor de Ran.  Marker, no sólo logra registrar los grandes momentos de la producción sino que medita sobre la intermedialidad, tanto en su aspecto técnico como en su aspecto más semántico. jugando con el montaje y con las mismas frases/acciones que se ven en la obra. 

Para finalizar, y anotando mi punto de vista; tal vez, uno de los mejores making of , que se han hecho, no sólo por la calidad del mismo, sino por la visión personal de Marker, que a pesar de acercarse al trabajo de Kurosawa, aún mantiene ese espíritu libre y creativo del ensayo fílmico; cuestionando el valor de los medios, hablando sobre las particularidades de otro autor, y aún así concatenando con todas las complejidades de una producción, de un rodaje y lo implícito en ésto. Un trabajo, más que destacable que encaja perfectamente, en ese subgénero del "detrás de cámaras" pero con toda la habilidad y estética de un gran director como lo fue Chris Marker.

Zoom in: Seleccionada para Un certain Reggard en Cannes  

El documental apareció como un extra para los coleccionistas de la obra de Kurosawa

Montaje Paralelo: Burden of Dreams (1982) - Lost in La Mancha (2002)


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