11 ene 2015

Incendies: Hijos de la guerra


                                          "La guerra deja ardua herencia de guerras."
                                                                                     Guglielmo Ferrero 

Incendies es la segunda película que vemos y reseñamos del director canadiense Denis Villeneuve, quien con sus dramáticas puestas en escena, secretos familiares e intrincados relatos, donde el lado más oscuro del hombre, la  religiosidad - por lo menos en esta película y en Prisoners- y las complejidades morales de sus protagonistas, son la esencia del trabajo de este guionista y director graduado de la Universidad de Quebec, que tiene varias nominaciones en festivales como el Oscar, BAFTA, Cannes y otros importantes certámenes cinematográficos. 

Con siete películas -2 realizadas en 2013- en su haber en menos de 20 años de carrera, el realizador quebequense, sabe imprimirle a sus obras todo un aura de misterio, de thriller moderno, alimentándose de las complejidades y miedos que atormentan a la sociedad contemporánea, y todo ésto, lo pone en escena en Incendies, su película más premiada- presente en los Oscar a Mejor película extranjera- y la cual vamos a reseñar. 


Villeneuve adapta junto a Valérie Beaugrand-Champagne, la obra de teatro homónima de Wajdi Mouawad, en la cual dos hermanos gemelos - un hombre y una mujer- que viven en Canadá, viajan a Palestina para averiguar sobre la vida de su madre -recientemente fallecida-, y desentrañar todo el misterio que está detrás de esta inmigrante y compleja mujer. Drama de misterio, con todas las características de intriga y complejidades morales del director canadiense que toma elementos de la vida real, principalmente el personaje de la madre inspirado en Souha Bechara -joven libanesa que intentó matar a un dirigente de ese país-, el centro de detención y tortura Khiam y la guerra civil que se vivió en ese país entre los años 70 y parte de los 90.

La película que inicia en Canadá con en el "acto de apertura" del testamento de la madre de Jeanne (Mélissa Désormeaux-Poulin) y Simon (Maxim Gaudette) Marwan; el notario, amigo de la familia y jefe de la difunta mujer, no sólo les va a leer las condiciones de este testamento sino que se va a abrir todo un mundo de preguntas sobre el pasado de esta mujer; tanto Jeanne como Simon, viajarán al Líbano para cumplir las promesas escritas en esas cartas y por el camino (el viaje externo e interno) descubrirán quién fue su madre, qué hizo esa guerra con ella, con su entorno y con ellos mismos; a cada paso que van dando estos hermanos, el pasado de su madre y una guerra - como todas- sin sentido, no sólo los unirá más sino que se darán cuenta - en una de las escenas más dramáticas - que ellos son fruto de la misma. De forma paralela, iremos viendo como se desarrolla la investigación de los hermanos, principalmente de Jeanne y la vida de Nawal Marwan (una estupenda Lubna Azabal, quien fue nominada en varios certámenes a mejor actriz), la madre de éstos; sus tragedias, errores, violencia y supervivencia se irá concatenando con las preguntas de los hijos y la progresión de un conflicto entre facciones musulmanas, cristianas y la ocupación israelí, que afectarán en todos los sentido a esta mujer. 


Con una estupenda fotografía por parte de André Turpin, cinematógrafo y director canadiense que mayormente ha trabajado con sus compatriotas; quien no sólo se adapta al ambiente de la película sino que aporta tanto sus cualidades técnicas como sus capacidades artísticas, Turpin ha pasado de la experimentación formal en el color al naturalismo más realista como lo hace en Incendies, trabajando con "película Kodak 5219" - como específica en una entrevista- la cual conserva la calidad, alejándose de la imagen granulada; aunque sobria en su trabajo cromático pero de grandes detalles en la misma, esta dirección de fotografía, nominada en varios festivales, es uno de los puntos más fuertes de este trabajo.

La dramática música del compositor francés Grégoire Hetzel, usada al final del metraje y en otros pasajes, se complementa perfectamente con los sonidos de Radiohead y uno que otro ritmo libanés, marcando las situaciones más complejas y definitivas de este trabajo que tiene además una excelente edición y montaje por parte de Monique Dartonne, y unas cortinillas o textos en rojo ocupando gran parte de la pantalla, que separan los capítulos pero que además, le dan gran fuerza al relato.



Obviamente, si vamos a hablar de lo mejor de este relato, además de su dramático guión, es la interpretación de Lubna Azabal, actriz de origen marroquí nacida en Bruselas, conocida por sus papeles en el cine francés o películas con temática musulmana; Azabal, además de recibir diversas nominaciones y premios por este trabajo, es una gran representante internacional, ya que habla español, francés y bereber (lengua del norte de África), situación que, aunque la encasilla, funciona dentro de sus capacidades y su talento para personajes de fuerte carácter y algo sombríos.

Dentro de lo narrativo, y mucho más cerca a la resolución de los conflictos, Villeneuve sabe darle giros inteligentemente elaborados, sin caer en "culebrones"  o excesos dramáticos, y se decanta por imágenes que tienes mayor repercusión en el metraje, como las piscinas, que tomarán un papel fundamental dentro del relato (catarsis y clímax), y los detalles que se irán concatenando a medida que progresa esta historia incestuosa, de guerra, odio y amor fraternal.



Aunque puede ser coincidencia, las dos películas de Villeneuve, tienen cierta atmósfera religiosa o el tema de la religión está presente en su obra, como lo vimos en Prisoners y obviamente en Incendies, donde la religión, hace parte de los diversos conflictos que afectan a la trama haciendo además, que los protagonistas, se cuestiones su propia moral y sentido de la vida; igualmente, las temáticas de la familia, ciertas distorsiones éticas y la ambigüedad que se refleja en cada personaje, parecen ser elementos esenciales en la obra del director canadiense que se reúne con grandes técnicos y artistas de su país - o del sitio en el que está rodando - para asimilar y traducir sus ideas, tanto en imágenes, música o sonido. Este director canadiense, no sólo se va consolidado como uno de los mejores de su país, sino que su oscuro y dramático mundo parece consolidarse tanto en en el cine más independiente - de festivales y critica- como en el Hollywoodense, por sus historia bien contadas, pausadas, atrayentes y de gran pulso dramático, donde los giros y expectativas son contundentes.

Un trabajo realmente recomendable, superior - para mí- a Prisoners - sin dejar de lado que igualmente es una gran película- y que parece funcionar en estos días de tensiones religiosas y extremistas.

Zoom in:   Nominada en diversos festivales, principalmente por la actuación, guión y dirección, escogida para los Oscar de ese año, a mejor película extranjera.
Selección oficial en Venecia, Sundance, Toronto, entre otros

Montaje Paralelo: Guerra Civil Líbano 


2 comentarios:

  1. Como nota al pie, los hermanos viajan a Líbano, ¿no? Es el país de origen de Mouawad y toda la historia de la madre representa el conflicto libanés. O yo estoy un poco socio-políticamente confundida ?

    Una ENORME película. Fue la primera que yo vi de Villeneuve y me golpeó todo lo que una película debe golpearlo a uno. Bella y brutal. De hecho hace unas semanas me leí mi primer libro de Mouawad y espero que le llegue el turno a "Incendies" pronto.

    Saludos.

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  2. cierto, se me pasó lo del origen del escrito del libro u obra original; la película es un melodrama llevado a sus niveles más ocultos, y un verdadero estudio de las problemáticas de la guerra; vale la pena leeer la obra de este personaje; igualmente un saludo

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