"Pero el cine no es simplemente la cámara, es el montaje."
Gilles Deleuze
El cineasta húngaro Gyorgy Pálfi, es uno de los más interesantes y polémicos realizadores europeos contemporáneos; sus trabajos, que se alejan de las convenciones narrativas, igualmente se replantean desde lo cinematográfico los continuos cambios que se han dado en su país, reflexionando sobre las complejidades culturales de éstos y la crisis de identidad de un país afectado por los constantes fracasos políticos; igualmente no podemos dejar de lado que las obras de Palfi, se están cuestionando sobre su propio papel dentro de lo fílmico, sobre el valor de la imagen y el movimiento como valores supremos del "lenguaje" del cine, y esto es notable tanto en Taxidermia, su obra más conocida, como en Final Cut, película de la que vamos a hablar; un verdadero homenaje y a la vez un estudio del montaje cinematográfico como la esencia y el verdadero hilo conductor del Séptimo Arte.
Escrita por el propio Palfi junto a su esposa Zsófia Ruttkay, los cuales se valen de una gran cantidad de material de archivo para crear este "collage" de amor arquetípico; que toma como base un día normal en la vida de un hombre(s) y una mujer(es) que están enamorados y todo lo que conlleva. Más allá de convertir este material - 500 películas en total- en un largometraje, es ante todo una consolidación del "raccord" como motor narrativo, siendo este elemento el que le da una continuidad lógica a Final Cut, sin necesidad de contar una historia (sería más bien múltiples historias definidas en personajes arquetípicos). Además, es todo un ejercicio sobre el montaje cinematográfico llevado no sólo a posiciones discursivas sino a cuestionamientos sobre la misma capacidad del cine y sus "semánticas" propias.
Igualmente desde lo dramático, este largometraje funciona como una serie de personajes que de todas formas están contando la misma historia de amor; es en cierta forma, reducir la trama o abstraerla a dos personajes: el masculino y el femenino, teniendo un día normal en su vida.
Aunque no podamos hablar de fotografía o de música (aunque Balasz Barna,si interviene en lo musical en ciertas partes), ya que cada una corresponde al extracto cinematográfico, si es obvia la relación con el montaje y edición, a lo cual recurren a cuatro personas encargadas de hilar, unir, empatar estos momentos de cine, generando este juicioso y característico trabajo en el que se narra desde el mismo montaje.
Con esta película, más que abrir un debate sobre la forma del cine o decir, que es un ejercicio único; sabiéndose que en las redes sociales y la internet misma se ha saturado de estos ejemplos denominados por Andy Baio como "narrativas supercuts", en donde se homenajea a ciertos directores, estilos o gustos fílmicos, o en los casos del cine experimental, donde autores como Bruce Conner o Cristian Marclay, ya han trabajado con materiales conocidos o películas conocidas, dándoles otro tipo de manifestación, pero es con el trabajo del cineasta húngaro, que se hace un profundo estudio a la narrativa, al montaje como el verdadero motor de ésta, como ya habían propuesto los rusos en los años 20.
Un trabajo altamente recomendable, no sólo por la estructura de éste sino por lo que significa como referente frente a lo experimental, el montaje y las otras posibilidades del quehacer cinematográfico.
Zoom in: 500 películas en total fueron utilizadas para este trabajo pero no se podían utilizar más de dos fragmentos de una misma película, aún así Palfi utilizó más de un fragmento de la obra de Lynch, ya que es, su director predilecto.
Montaje Paralelo: Telephones de Cristian Marclay (1995) - Supercuts de Andy Baio (Teoría)
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