18 feb 2013

Django Unchained: El western hiperbólico


                                       "Me gusta la manera en que mueres."
Si existe un director de cine, al que se le pueda llamar fanático de éste, es a Quentin Tarantino, cineasta que apela al homenaje y amor por el celuloide, e imprime éstos ideales en cada uno de los fotogramas y palabras que se vislumbran en sus películas. El director nacido en Knoxville, Tennessee, es uno de los más importantes realizadores de esta época, su universo cinematográfico es reconocido por crítica, público y festivales; y sus posturas estéticas, narrativas y cinéfilas hacen parte de la cultura popular y del colectivo cinematográfico más selecto, abierto y heterodoxo, en resumidas cuentas un director para toda clase de público, de culto, de crítica, de odios y amores, y en general uno de los mejores representantes del cine norteamericano actúal - para bien o para mal-.

Señalado en los años 90 como uno de los "enfat terrible" del cine, y una de las grandes promesas; el cine de Tarantino ha pasado de un "cine de autor" a un "cine de culto" - tan subjetivo esta frase, como las opiniones sobre este cineasta- un "filmmaker" que llega al público en general, que es recibido de buena manera por festivales y crítica, que seguidores y detractores, expulsan con pasión sus mejores frases, textos, odios y alabanzas.

El "VJ" del cine contemporáneo, un recopilador, imitador, un "copista" del cine popular, del cine rechazable, de la estética underground, rescatador de cine que a nadie le importaba, y de figuras en decadencia; en fin, una figura tan popular como Mickey Mouse o John Houston, un icono estadounidense, un representante de la cinematografía actual (Hollywood, Indie.....autor...etc, etc.)

Tarantino en el "set" de rodaje

Django Unchained, es la última entrega de Tarantino, un Western que se alimenta del "blackxplotation" y del subgénero de los Leone y los Corbucci (Spaguetti Western), principalmente de éste último de quien toma, no sólo el nombre de la película Django, sino su estética, un actor y parafernalia del género. 

Con todas las marcas del universo "Tarantinesco", sus ingeniosos diálogos y oscuro humor; exagerado hasta límites insospechados, este hiperbólico western de venganza, racismo y visceral violencia, es a final de cuentas un alegato "antibélico", pero al servicio del entretenimiento y deleite de Tarantino.

Con las excepcionales actuaciones de Christoph Waltz, Jamie Foxx, un impagable y detestable Samuel L. Jackson, y como en sus últimas películas un genial Leonardo Di Caprio; actuaciones que están al mando de la estética y personalidad del director estadounidense.




La pareja de "cazarecompensas" interpretadas por Waltz y Foxx, no sólo está acompañada de las ingeniosas frases y actuaciones, sino de un contrastado homenaje al Spaguetti Western, a través de la fotografía de Robert Richardson, colaborador habitual de Tarantino y de otros directores estadounidenses, y uno de los genios de la fotografía cinematográfica americana, donde donde el dramatismo del color y la luz, es la gran lección de este importante fotógrafo. 

Además, de su indiscutible calidad visual, guión y estructura narrativa, la película o las últimas películas de Tarantino, se han visto influenciadas por una especie de Ucronía, donde la Historia toma un rumbo alternativo, gracias a personajes que, por un fin justifican cualquier medio, como es en el caso de Django, una acertada mezcla de géneros, de amores fílmicos y ditirámbicos personajes, escenas y homenajes.



Con Texas de fondo, y la Guerra de Secesión como conflicto, Django Desencadenado, es una historia de venganza, camino del héroe y desenfreno de violencia como catarsis. El Dr. Schultz (Christoph Waltz), un cazarecompensas que en su camino se encuentra y libera a Django (Jamie Foxx), un  esclavo negro, fuerte, que busca a su mujer Broomhilda, y como en la leyenda nórdica, éste hará lo que sea para encontrar a su amor, tan fuerte como los lazos que los unen. En su camino de venganza y muerte, llegarán a la plantación del terrateniente Calvin Candie (Leonardo Di Caprio), y la muerte, el racismo y el odio sólo serán parte, de los pintorescos y grotescos personajes de tal plantación, y será el lugar en el que la violencia de uno y de otro explotará.

 
Los dos Django: Jamie Fox y Franco Nero (el original)

Tarantino, saca de su sombrero de vaquero una gran cantidad de recursos no sólo visuales, estéticos o del lenguaje cinematográfico, sino de su particular humor, homenajea y parodia a partes iguales a uno de sus géneros favoritos, mezcla leyenda, cine y subgéneros en igualdad de condiciones; su medio de expresión es el cine, rompe el molde utilizando este mismo, y su "videotienda mental" se traduce en cada una de las imágenes que filma, con el mismo pulso de un fanático, de ídolo y cineasta, conforma este divertimento para los sentidos; aunque  la música no sea la gran genialidad de otras películas, que la hipérbole de violencia supere en algunos casos a la narrativa, y que la narrativa sea convencional, no le quita las impagables escenas del naciente Ku Kux Klan y sus inconformes capuchas, los diálogos y demás recursos tarantinescos, que hacen de esta película tan entretenida como discursiva frente a los géneros cinematográficos.


Tan excesiva como lograda es la ambientación de Django; Tarantino acude a su videoteca y gusto personal, y, conforma un recopilatorio de subgéneros cinematográficos, que con más aciertos que errores, buen gusto y calidad técnica, revierte al estereotipo y arquetipo fílmico en una manifestación del personaje cinematográfico - o sea el camino del héroe- además, la dirección de actores, las interpretaciones de Waltz, Jackson y DiCaprio, están entre las mejores de sus carreras.

Visualmente no sólo estética sino "filmicamente" logra convertirse en una cita a "pie de página visual" de todo el cine que Tarantino reconoce en su influencia, es en cierta manera una especie de "ensayo" donde, como algunos escritores, van citando, van diciendo de dónde vienen sus ideas, sus frases, sus textos.

Sin embargo, no se puede dejar de lado y es criticable, el exceso de metraje, algunos pasajes musicales - que de lejos, es la banda sonora menos interesante de Tarantino- y otras manifestaciones que recuerdan a sus últimas obras, pero, siendo sinceros y en aras del entretenimiento, como western, como película de serie B, como cine en general, no sólo es disfrutable sino un referente del conocimiento cinéfilo del director nacido en Knoxville.

Es posible, que no sea la mejor de Tarantino, y aunque los premios, taquilla y demás parezcan objetar tal sentencia, no le quita, algunos errores, excesos y defectos, que más que notables, son como la D de Django, no suena, no sirve pero aún queda en la película.



Zoom in: Nominaciones y premios en los Oscar, Bafta y Globos de Oro, principalmente, para actores secundarios, guión original y mejor película
Top Ten de las películas del año pasado.
Además del Django de Corbucci, existe el Sukiyaki Western Django de Miike Takashi, en donde actúa Tarantino, al igual que lo hace en ésta.
Los homenajes al western y al spaguetti western, son innumerables,pero son obvias las referencias al Bueno, malo y feo, al cine de Peckinpah, a Corbucci, y no se le olvida las influencias del cine oriental, serie B, blackxpoltation y demás subgéneros que redondean su cine. 

Montaje Paralelo: Sukiyaki Western Django (2007) - Django (1966) - Inglorious Basterd (2009) 

Link: http://unchainedmovie.com

2 comentarios:

  1. Coincidimos en mucho y en otro no tanto.
    Es de lo mejor de Tarantino, una gran película. Pero respecto al metraje, creo que no es excesivo. Tal vez, su problema sea el nexo de unión entre los "dos finales". Ahí para el espectador parece que la película se alarga.

    Y respecto a la bso, me parece una de las mejores. Desde Kill Bill no disfrutaba tanto con ella. Supongo que como buen amante del western no soy objetivo.

    Un abrazo.

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  2. Igual, es una gran película de Tarantino, y sus excesos son finalmente, su marca, su huella; lo de los dos finales, me parece interesante y no lo había pensado así, cuando la vuelva a ver, tartaré de verla con otra objetividad. un saludo

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