28 ago 2012

Archivos Videotecarios: Primeras imágenes de Latinoamérica - México (Gabriel Veyre)




El destino decidió que este jovencito francés de apenas veinticinco años fuese el encargado de iniciar la historia del cine en México. A finales de julio de 1896, Gabriel Veyre llegó en tren a la Ciudad de México proveniente de Nueva York. Era la primera vez que visitaba América y entre su equipaje traía un artefacto mecánico de nombre impronunciable: el Cinematógrafo Lumière.

Meses antes, Veyre se había incorporado a las filas del ejército de camarógrafos comandado por los hermanos Louis y Auguste Lumière, en Lyon. Cerca de doscientos jóvenes, provenientes de toda Francia, Italia, Suiza y España, se entrenaban afanosamente en los misterios de la filmación, revelado y proyección de las "vistas animadas". Desde diciembre del año anterior, estas "vistas" constituían el nuevo espectáculo en las capitales europeas, y los Lumière estaban dispuestos a llevar su invención a todos los rincones del mundo civilizado.

Los Lumière habían otorgado a Claude Ferdinand Bon Bernard la licencia para explotar el cinematógrafo en México, Venezuela, Colombia, Cuba, las Guayanas y el resto de las islas del Caribe. Veyre acompañaba a Bon Bernard en calidad de director técnico del cinematógrafo. Su misión consistía en exhibir las imágenes que habían causado furor en París siete meses antes y, de paso, registrar las primeras "vistas" capturadas por un equipo Lumière en América.

A su llegada a la Ciudad de México, Bernard y Veyre realizaron las diligencias adecuadas para presentar la nueva invención ante el presidente Díaz. La estrategia de "entrar por la puerta grande" había sido la clave del éxito para la introducción del Cinematógrafo en otros países, y México no fue la excepción. Así, el jueves 6 de agosto, Veyre echaba a andar la manivela de su proyector nada más y nada menos que en el castillo de Chapultepec, ante Díaz, su familia y un grupo de invitados selectos. La crónica de aquella noche señala que el general Díaz quedó tan encantado con el invento francés, que la sesión se prolongó hasta entrada la madrugada.

Con este recibimiento por parte de la máxima autoridad del país, el camino quedó allanado para Veyre y Bon Bernard. El viernes 14 realizarían una proyección para la prensa y "grupos científicos" y, finalmente, el sábado 15 se haría la primera exhibición pública. A partir de ese momento, el cinematógrafo se convertiría en una nueva opción de entretenimiento para los mexicanos. 

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