24 jun 2012

Tuvalu



Volver a ver a este pequeño y desconocido clásico moderno de la cinematografía mundial, es un gran deleite audiovisual, no sólo por las obvias cualidades estéticas y técnicas de su fotografía, - la película fue filmada en blanco y negro, y luego coloreada monocromáticamente en el laboratorio- un virado que varía de interior a exterior,  que consigue "cobijar" la artesanal, "naif" y esencia silente como ambientación y narratividad del filme.

Un largometraje, donde los sonidos-ruidos asumen el lenguaje de los personajes (existen diálogos, pero son monosilábicos o repetitivos, casi onomatopeyas), la variación en las velocidades de los fotogramas, recordando al cine silente, principalmente a Chaplin y Keaton son esenciales para lograr la ya nombrada esencia y ambientación de inicios del cine, que el director Veit Helmer logra con su propuesta "experimental", artística; un absoluto compendio estético y fantástico, con máquinas que son pequeñas joyas de artesanía "steampunk", mecanos y obsoletas, quimeras y ensoñación, personajes entrañables, tiernos e inocentes en sus particularidades.

La historia, es una de amor; de viajar a Tuvalu, de dejar atrás el pasado y convertirse en otro, de personaje únicos, singulares, de amores casi infantiles, de Anton y Eva, de ciudades que quieren cubrir la fantástica piscina, del recuerdo; Tuvalu es un claro y acertado homenaje al cine, no sólo de los inicios de éste sino de la personalidad e ilusión que se genera a 24 cuadros por segundo. Con una actuaciones más que logradas de Denis Luvant y Chulpan Hamatova (la pareja protagonista) y los demás personajes, que a través de sus movimientos, expresiones y lenguaje corporal logran un sentido en común. "El lenguaje del cine toma forma con este filme".

Un filme esencial, necesario, un clásico del cine desconocido para muchos, pero una verdadera obra de arte o por lo menos una "máquina a vapor que hace funcionar, esa piscina de ilusiones y fantasías que es el cine". 

Zoom in: Fue el 1er largometraje de Veit Helmer
Aunque el director es alemán, la película fue rodada, en locaciones reales de Bulgaria
Multipremiada película en diversos festivales, tanto fantásticos como cinearte, comercial y demás, en diversas categorías.  
La música la hace Goran Bregovic, músico habitual de los filmes de Kusturica

Montaje Paralelo: Delicatessen (1991) - Cine silente (20´s) 



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