Autobiográfica película del actor y desde hace unos años, director, escritor; Ethan Hawke; un filme íntimista, de sensaciones encontradas, diálogos inteligentes y por ende buenas actuaciones, con planos y secuencias muy íntimas, cercanas a los personajes que terminan siendo reflejo y catarsis del propio actor-director; ya que el libro en el que está inspirado el filme, es del propio Hawke.
Una película que puede estar relacionada con el género romántico, que sin embargo, es legado del cine de relaciones más simplificadas y de diálogos bien estructurados de Richard Linklatter (Antes que amanezca). Pero en este caso, Hawke asume el papel, desde la dirección; de un intereprete de su propia vida por medio de Mark Webber (los rasgos y la gestualidad del actor, recuerdan a Hawke), y finalmente el libro que escribió, es una autobiografía fabulada de sus relaciones y de su evolución y transición hacía su madurez. Y como tal el filme cumple ese funcionamiento, enmarcado en un buen trabajo de dirección, fotografía y actuaciones sobrias y alejadas de los estereotipos o cliches del cine romántico.
Además de Webber y Hawke (quién en teoría interpretaría a su propio padre), actuán la colombiana Catalina Sandino (quien muestra sus dotes musicales) y Michelle Williams.
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