El siempre desafiante y polémico Lars Von Trier, engendró en el 2009 a su propio Anticristo cinematográfico, un sádico y molesto ejercicio onanista, repleto de referencias cinematográficas, religiosas y filosóficas, de gran estilo visual y chocante historia.
Un filme, que no deja indiferente, básicamente por que Von Trier no deja nada al azar (desde la estilización de la imagen hasta la brutalidad de otras), que manipula al espectador y juega con sus propias concepciones; por que rompe con diversos moldes, y por que simple y sencillamente puede hacer lo que le venga en gana, y aún así con las malas críticas, abucheos y sus declaraciones polémicas y fuera de lugar, sigue siendo sino un genio, si un diversificador de la imagen, un creador que logra incomodar, y hacer pensar para bien o para mal en lo que ha visto.
Personalmente, uno de lo mejores trabajos de Von Trier, con todos sus vicios, elementos desclasificatorios, autoreferencialidad y prepotencia, que sólo quien se cree, es o lo han vuelto un genio, puede lograr.
Las actuaciones de Willem Dafoe y Charlotte Gainsbourg, son las apropiadas para la dinámica de excesos, sensaciones, brutalidad y pánico que se va proyectando en el filme; actuaciones que están al nivel del cine de Haneke, por la crudeza de sus propias sensaciones y motivaciones sicológicas.
Lars von Trier es un cineasta muy particular e interesante de seguir, sobre todo en esta cinta.
ResponderEliminarHace un tiempo atrás al igual que tú publiqué una entrada sobre este film, http://wwwespacioculturalcom.blogspot.com/2011/07/anticristo-una-sensibilidad-misogena.html, porque me parece genial la estética utilizada en la construcción de los parlamentos.